Madrid es la ciudad de los árboles, un refugio para toda clase de especies exóticas. Es una ciudad de bares y de callejuelas estrechas, de rincones y plazas señoriales, pero también es verde y con muchos lugares de reposo. Sin embargo, a veces, esos lugares apacibles acogen los acontecimientos más funestos.
La tragedia de este lunes tuvo lugar en Moratalaz. Un hombre estaba sentado en un banco debajo de un árbol cuando, de repente, una de las ramas se desprendió y le golpeó la cabeza, dejándole inconsciente. Tras sufrir una parada cardiorrespiratoria, nada pudieron hacer ya por su vida.
No es el primer suceso que ocurre en estas circunstancias. En el verano de 2014 dos personas corrieron la misma suerte. El primero de ellos era un varón de 33 años. Jugaba con sus hijos en el parque del retiro cuando una rama se le desplomó sobre la cabeza. A otro hombre, este de 72 años, le ocurrió lo mismo cuando paseaba por Vallecas. En aquel momento, no estaba Manuela Carmena y su equipo al frente del Ayuntamiento, sino Ana Botella, cuyo mandato lanzaba sus últimos coletazos. En aquellas fechas, los ediles de la oposición no dudaron en criticar la gestión de la entonces alcaldesa. Ahora, la situación se repite.
La rama de un olmo cayó sobre su cabeza. Poco más de un año después, en octubre de 2015, un policía de Alcorcón sufrió el mismo percance con igual desenlace.
A falta del análisis concreto y pormenorizado que el Ayuntamiento de la ciudad ya lleva a cabo, es preciso ir más allá. Algunos colectivos como la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid ya han pedido al gobierno municipal que se inicien las actuaciones al respecto. Ante tales sucesos, cabe entrar a analizar los factores que se producen en la ciudad.
El número de árboles
Madrid es, prácticamente, una selva de 300.000 árboles, la que más vegetación posee de toda Europa. Se completa además con 5.000 hectáreas de zonas verdes distribuidas en los diferentes distritos de la capital. Tan solo el parque del Retiro atesora más de 15.000 árboles en 125 hectáreas.
Sin duda, una cantidad exacerbada y puede que incluso inabarcable para los funcionarios de las empresas que el Ayuntamiento subcontrata a la hora de realizar las labores de mantenimiento y de protección de la vegetación de la capital.
Aunque es cierto que esa vegetación convierte a la ciudad en un auténtico pulmón medioambiental, la sobreabundancia de especies vegetales puede que se hiciera en su día de un modo un tanto desorganizado. Así lo asegura desde el Jardín Botánico de Madrid Jesús García, que opina que aquellas campañas de repoblación que se emprendieron en los años 80 y 90 quizás no fueran las más adecuadas. "En aquellos años, prácticamente, se fomentaba de una forma alocada. Sobre todo cuando se colocó un árbol por cada niño". García se refiere a la iniciativa que se emprendió en 1989 durante la alcaldía de Agustín Rodríguez Sahagún, en cuya ejecutiva se encontraba Esperanza Aguirre.
"Cada árbol necesita un hábitat concreto, y eso aquí no se hizo. Se plantó de forma indiscriminada. A nosotros, en el jardín botánico, nos caben muchos más árboles de los que tenemos, pero no plantamos más para cuidar estos lo mejor que podamos", explicaba.
Moratalaz: un barrio de incidencias vegetales
Moratalaz es un barrio en el que el Ayuntamiento de la capital viene registrando diversas incidencias relacionadas con el estado de los árboles que se encuentran en sus calles y avenidas. El consistorio cuenta con una aplicación llamada "Avisos Madrid" en la que los ciudadanos hacen llegar sus solicitudes. A través de ella se han gestionado más de 40.000 incidencias entre 2014 y enero de 2016. A través de este buscador, se constata que el distrito de Moratalaz es el que más avisos por plaga registró. El lugar en el que ayer falleció el hombre cuando se le desplomó la rama de un árbol sobre la cabeza.
Es preciso tener en cuenta muchas circunstancias a la hora de plantar árboles. No resulta tan sencillo. "Si la especie es la apropiada para la ciudad en la que estás, la distancia entre árbol y árbol, y si el lugar para plantar es el adecuado, si puede crecer bien", explica García.
La plaga de gareluca
La gareluca es una especie de oruga, luego convertida en escarabajo que afecta en gran medida a los olmos. Estos se convierten en su único objetivo, y de ellos se alimentan sin piedad. En 2014 se confirmaron los primeros indicios y el año pasado la plaga se hallaba extendida. Trascendió, además, que se había asentado en gran medida en el barrio de Moratalaz el año pasado, y también a buena parte del resto de la ciudad.
En aquel entonces, el Ayuntamiento de Ana Botella emitió un protocolo para comenzar las actuaciones que permitieran erradicar la plaga. No obstante, se convirtió en una tarea muy complicada debido a la gran cantidad de masa vegetal presente en la ciudad.
Las hojas de los olmos se convierten en el alimento principal de la galeruca. Esta oruga ingiere cuantas hojas puede, dejando los árboles con un aspecto absolutamente esquelético. Esto, aunque no lo parezca, puede acarrear serias consecuencias en el ciclo de vida de los árboles. Ya sin las hojas, el verdadero afectado es el proceso de la fotosíntesis, esencial para que obtengan el alimento que necesitan. Y con esto, el árbol pierde fuerzas, y puede alcanzar un serio deterioro.
Estos y otros motivos, aunque no son determinantes, ponen en contexto la situación de la ingente vegetación que se encuentra en la ciudad. Mientras tanto, los grupos parlamentarios solicitan actuaciones inmediatas ante un Ayuntamiento que ya investiga los motivos del fallecimiento en Moratalaz. En concreto, Begoña Villacís ha mostrado su preocupación ante la situación. "No es un accidente aislado, es la tercera muerte que hemos tenido en dos años y la situación es muy grave", recalcó. La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento asegura que se están tomando medidas, pero "no son suficientes". La física de Newtones inapelable. No tiene remedio. Tan solo se puede prevenir.