“Sé que he nacido en Sevilla porque siempre me lo han dicho, pero no hay ningún documento oficial que lo diga”. Así comienza el relato de quien no tiene claro cuáles son sus orígenes. María Ascensión López (Sevilla, 1964) podría ir a la cárcel por culpar en diferentes medios de comunicación a una monja, su prima, de tramitar su adopción durante el franquismo.
El Juzgado de lo Penal número 3 de Almería condenó a Ascensión en enero de 2015 por un delito de calumnia después de que la mujer aludida le denunciara. Le impuso el pago de 3.000 euros de multa y 40.000 de indemnización por el daño moral causado pero, al no poder pagarlos, podría pasar 5 meses en prisión. El pasado viernes 22 de julio, la Coordinadora x24, federación de asociaciones de víctimas por el robo de bebés, presentó ante el Ministerio de Justicia una petición de indulto para Ascensión.
Este periódico ha intentado contactar por varios medios con la religiosa para recabar su versión de los hechos, pero todavía no ha obtenido respuesta.
"Ese hombre no es nada tuyo, sólo te compró"
La infancia de Ascensión fue igual que la de otra niña cualquiera, “feliz”, afirma. Sin embargo, su vida dio un vuelco a los ochos años. “Llegué del colegio un día y mi padre había fallecido”, cuenta, “cuando lo vi, me fui a mi cuarto a llorar desconsolada”. En ese momento, un familiar “abrió la puerta de mi habitación y me dijo: “¿qué haces ahí llorando por ese hombre que no es nada tuyo, que solo te compró cuando naciste?”.
Ascensión, entonces, comenzó a hacerse preguntas. “Empecé a recordar que de pequeña me preguntaban si mi padre era mi padre o mi abuelo, y entonces me hacía gracia”. Los padres adoptivos de Ascensión tenían 60 y 67 años cuando la adoptaron. El episodio genera un cambio en la actitud de la niña dentro de la familia, un cambio “que no entienden, interpretan que soy una consentida”.
Llega un momento, “no sé si días o meses después”, en el que la madre de Ascensión se sienta a hablar con ella. “Me dice que no me puede aportar mucha información. Imagínate, ella nació en 1910 educada para lo que el marido dice y ya está”, cuenta Ascensión. “Lo que me cuenta es que un día llamó la monja a casa y le dijo: “Tita, veniros para Sevilla -desde Almería- que hay una que está al caer”. Cuando llegó su padre, continúa el relato de Ascensión, le contó que iban a adoptar: “Mi madre se pasó una semana llorando”, afirma. “La persona que me denuncia -la monja- estaba entonces en la casa cuna de Sevilla y el Hospital de las Cinco Llagas, llevados por su congregación”, explica Ascensión. Y añade: “Siempre que he querido saber más me han remitido a ella”.
"Pagaron 250.000 pesetas"
Una de las afirmaciones que Ascensión siempre ha mantenido es que se pagó por ella. “Yo he dicho que se pagó, no que lo cobrara la monja”, explica. Exactamente, 250.000 pesetas (unos 1.500 euros), algo que, según dice, queda corroborado en un vídeo que no “me dejaron presentar en el juicio”.
Otras de las razones por las que acusó a su prima de organizar su adopción fue por lo que le ocurrió cuando quiso hacerse el DNI a los catorce años. “A esa edad me llamaba María Dolores, todos me llamaban Loli”, dice. Sin embargo, cuando acudió al registro civil “no aparecía”. “Un día le dije a la monja que no podía hacerme el DNI, y me dijo que probara con Ascensión. Funcionó”.
No es esa la única vez que Ascensión encontró otro nombre haciendo referencia a ella misma. “Años después, fui a Sevilla y allí, en la casa cuna y en el hospital figuro como Consuelo”, cuenta. Sin embargo, los apellidos que acompañan a los tres nombres son siempre los mismos: los de sus padres adoptivos. “Eso no cuadra con lo que dicen de que hubo un proceso de acogimiento y otro de adopción”, asegura. “Mi padre dice que estuve con ellos desde el minuto cero y mi madre me contó que hasta me curó el ombligo”, continúa Ascensión, “mi adopción no se produce hasta 1972, donde hay un edicto del juez tutelar de menores, por lo que no tengo por qué tener los apellidos de mis padres adoptivos hasta entonces”.
"Hay un periodo en mi vida en el que me caso, tengo hijos, mi madre cae enferma y dejo de lado un poco el tema", cuenta. Sin embargo, cuando sus hijos crecen decide retomar el asunto e indagar qué pasó con su adopción. Ascensión decidió crear la asociación SOS Bebés Robados de Almería muchos años después. Concretamente en 2013, el año en el que hizo las declaraciones por las que se le ha condenado. “A raíz de la denuncia hay miedo. La gente no quiere hablar”.
En 2012, Ascensión puso una denuncia ante la Policía en la Comisaría de Sevilla, ya que sospechaba que “no había sido dada en adopción sino que era una niña robada”. Esta denuncia quedó archivada en 2014.
Petición de indulto
La Coordinadora x24, la federación de asociaciones de víctimas por adopciones ilegales y desapariciones forzadas infantiles en el Estado español, presentó el viernes 22 una petición de indulto para Ascensión ante el Ministerio de Justicia. "He visto todas las personas que han firmado y ha sido una inyección de ánimo muy grande", explica Ascensión.
"Lo único que hizo Ascensión fue contar su historia y documentarla", explica la presidenta de la Coordinadora, María Bueno. "Tiene embargada su casa y le están pidiendo que pague 40.000 euros; lo que está pasando en este país con los bebés robados es una vergüenza internacional", apunta. Por ello, desde la coordinadora son "muy optimistas" con el resultado de la petición. "Tiene muchísimo apoyo de personas y colectivos que no tienen nada que ver con este tema, incluso le hemos mandado una petición a la jueza de Almería suplicando que suspenda la ejecución de sentencia hasta que no se resuelva el indulto", afirma.
Quienes forman parte de la coordinadora, se sienten con "fuerzas para luchar todos a una". "Todos estos casos se archivan o se dilatan tanto en el tiempo que mueren los protagonistas de la historia", explica Bueno. "Hay una trama. Al haber una trama hay una casuística que nos une a todos. Lo hacían de la misma forma: te quito al niño, el niño muerto", argumenta. Bueno asegura que recurrirán a tribunales internacionales. "Estos casos de bebés robados se han asumido en muchos países, pero en España no somos capaces de asumir que el juez Garzón documentó 30.000 desapariciones de bebés en la época franquista", apunta, "la reparación en este país no existe a ningún nivel".