Pedro Sánchez acude este martes a la cita con Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados pero ya ha adelantado que no existe posibilidad alguna, por mínima que sea, de que los 85 diputados del grupo socialista (o parte de ellos) se abstengan en una sesión de investidura del líder del PP. "No va a ir a negociar nada con Rajoy, únicamente quiere preguntarle por su investidura", reconocen fuentes cercanas al secretario general del PSOE.
Mariano Rajoy tiene listo un documento programático donde incluirá las 125 coincidencias de su programa y el pacto de 'El Abrazo' que los socialistas firmaron con Ciudadanos durante la legislatura fallida. Un esfuerzo en vano para la cúpula del PSOE, donde recuerdan hoy que los conservadores votaron en contra de aquel acuerdo hace tres meses y que, por tanto, se merecen la misma rotundidad con la que los populares respondieron a la investidura de Pedro Sánchez.
El nuevo documento que Rajoy entregará a C´s y PSOE incluye medidas que los tres partidos constitucionalistas han abanderado. Por ejemplo, el PP está dispuesto a negociar una modificación profunda de la reforma laboral, aunque no derogarla, como pretenden los socialistas. También están dispuestos a abrir discusión sobre la Ley de Seguridad Ciudadana y estudiar la "mochila austríaca", un fondo de capitalización que permite al trabajador costear a lo largo de su vida laboral su pensión futura y otras cuestiones. Pero el secretario general hará oídos sordos a cualquier oferta tentadora que podrían escuchar ahora si las cosas hubieran ido de otra manera en la legislatura fallida.
Fuentes del PSOE aseguran que única y exclusivamente aceptan la reunión con el presidente del Gobierno en funciones para someter al candidato a un tercer grado y que responda a todas las cuestiones que ha dejado en el aire. Las mismas fuentes aseguran que Sánchez tiene previsto resolver la gran duda que hay encima de la mesa: si tras aceptar la encomienda del rey, Rajoy asumirá presentarse a la investidura. El socialista quiere saber si el líder del PP aceptará ir a una sesión de investidura incluso si otros partidos no se comprometen previamente a apoyarle. Además, también le preguntará si ya ha fijado con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la fecha del debate de investidura.
Otra de las cuestiones que Sánchez pondrá encima de la mesa de Rajoy es si el PP "está abierto a alcanzar acuerdos con los partidos nacionalistas conservadores, como se hizo con la constitución de la Mesa del Congreso", si a cambio le prometen la abstención en la investidura.
C´s también se enroca
La sexta cuestión que el secretario general del PSOE preguntará al presidente del Gobierno en funciones es si permitirá que el Parlamento controle la gestión del Gobierno en funciones mientras que no se haya formado el nuevo Ejecutivo. Además, también quiere saber de primera mano si comparecerá en el Congreso una vez sea firme el auto de procedimiento del PP por el borrado de los
discos duros de Bárcenas. Antes de acabar la reunión, Sánchez también quiere saber si Rajoy permitirá al grupo popular crear la Comisión de Investigación en el Congreso sobre el caso Jorge Fernández Díaz.
Tras reunirse con su Ejecutiva, Albert Rivera también ha adelantado que la posición de Ciudadanos
es inamovible y sus 32 diputados solo apoyarán a Mariano Rajoy con una abstención. El líder de C´s ha asegurado que su partido no tiene inconveniente en sentarse en una mesa con PSOE y PP para "echar un cable" si así se lo pide Rajoy en la reunión que los dos mandatarios mantendrán el miércoles en el Congreso. Pero insiste en que cambiar la abstención al sí es imposible con el mismo candidato. Rivera quiere trasladar toda la presión a Sánchez, y ha recalcado que la reunión de este martes entre los dos líderes de PP y PSOE es "muy importante", ya que es imprescindible la abstención de los socialistas para conseguir desencallar la legislatura.
La sesión de investidura, aún en el aire
Mientras socialistas y riveristas se enrocan en sus posiciones, en el PP crecen las voces internas que creen que Rajoy debe someterse a una investidura aunque no cuente con los apoyos que necesita para sacarla adelante. "Ha aceptado el encargo del rey y tiene que acatar la Constitución", aseguran en privado. Sin embargo, antes de dejar en el aire si renunciará o irá al Parlamento a pedir la confianza de la Cámara, Rajoy mantuvo varias reuniones de trabajo en Moncloa con su equipo jurídico para evaluar qué alternativas reales había a aceptar el encargo y presionar para que los demás se abstengan.
Finalmente aceptó intentar formar Gobierno pero sin plazo fijo, para ganar tiempo y meter más presión a Sánchez y a Rivera. Una estrategia que se le puede volver en contra si finalmente cumple sus amenazas y renuncia a presentar un programa de Gobierno para ser "humillado" en el Parlamento.