El año que necesitan Valencia y Mazón: un gran proyecto de reconstrucción que dé en 2025 sus primeros frutos
- La Generalitat debe brindar a los municipios arrasados por el agua una hoja de ruta ilusionante, atractivos añadidos a los que tenían antes de la DANA.
- Más información: El vicepresidente Gan Pampols apela a la "unidad" de todos los grupos políticos para acometer la reconstrucción tras la DANA
Los deseos de año nuevo más amargos, pero también los más ambiciosos, brotan este 2025 del fango de Valencia. El reto es bárbaro. La reconstrucción económica, social y anímica en 562 kilómetros cuadrados, donde el agua arrasó 75 municipios y se cobró la vida de, al menos, 223 de sus 845.000 vecinos.
La población afectada es superior a la de Navarra o Cantabria. Duplica a la de La Rioja. Las cifras dan buena cuenta de que esa reconstrucción no se completará en 2025. Ni siquiera en la presente legislatura, que expirará en 2027. Tal vez tampoco en la siguiente.
Pero el año entrante ha de ser el ejercicio en el que se presente y comience a ejecutarse un plan convincente para la recuperación, una de hoja de ruta que ilusione y ofrezca sus primeros frutos.
Es el año que necesita Valencia y, por extensión, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, que ha ligado su futuro político a la recuperación en la zona devastada y ha nombrado al teniente general Francisco José Gan Pampols como su vicepresidente para la reconstrucción.
El líder del PP valenciano, como máximo representante de la administración que posee las competencias de Emergencias, se enfrenta a una losa muy difícil de levantar: la de la indignación ciudadana por la tardía reacción ante la catástrofe, en especial en el fatídico barranco del Poyo, tanto antes como después de que se produjeran las violentas inundaciones.
La suya no es, ni mucho menos, la única administración responsable. A la Generalitat le falló la que debió ser su principal fuente de información el 29 de octubre, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).
El organismo estatal omitió aquella tarde los avisos que exige su propio protocolo, por no hablar de que el barranco carecía de modernos sistemas de medición y de las actuaciones hidráulicas que habrían minimizado la catástrofe.
La atribución de responsabilidades entre ambas administraciones, gobernadas por PP y PSOE, respectivamente, ya ha comenzado de forma despiadada, y será inevitable a lo largo de 2025. Pero la Generalitat y el Gobierno, sobre todas las disputas, deberán centrar sus esfuerzos en la reconstrucción.
Proyecto de "unidad"
Gan Pampols ha asumido el reto con el propósito de trabajar al margen del estruendo político. Así lo acreditan sus primeros movimientos, como la composición de un equipo completamente independiente en su conselleria y el ofrecimiento a la oposición para desarrollar un proyecto de "unidad".
Otra circunstancia esperanzadora, según ha podido constatar EL ESPAÑOL, es su buena relación con José María Ángel Batalla, el comisionado nombrado por el Gobierno para la reconstrucción, que fue titular de Emergencias con Ximo Puig y, temporalmente, durante los primeros meses de Carlos Mazón.
El teniente general trabaja en un plan de acción que, según precisan a este periódico, deberá ser presentado en el primer trimestre de 2025. Será una pormenorizada estrategia que atienda cuestiones derivadas de la propia Emergencia, como la retirada progresiva de todos los escombros o de los más de 120.000 vehículos arrollados por las riadas.
Pero también con la mirada a medio y largo plazo, con la determinación, entre otras cuestiones, de agilizar la burocracia para la construcción de nuevas viviendas y, en sentido opuesto, restringir la rehabilitación de aquellas más expuestas a los daños del agua.
A su vez, será un plan que establezca, negro sobre blanco, cuáles son las infraestructuras hidráulicas imprescindibles para proteger el territorio de episodios similares.
El rol del Gobierno
Tal circunstancia comprometerá al Gobierno de España, el competente para desarrollar las grandes infraestructuras. No le deberá temblar el pulso, pues ya es el responsable de que no se acometieran los postergados proyectos que, en caso de haber sido desarrollados, habrían mitigado los daños de las riadas.
Como informó este periódico, desde 1994 han fracasado 9 proyectos para proteger a los habitantes de l'Horta Sud de crecidas del barranco del Poyo.
En cualquier caso, más allá de reconstruir, el proyecto de Mazón y Pampols deberá estar dotado de un importante componente de progreso.
Los municipios golpeados por la DANA deben ganar en atractivo para recuperar la actividad y los vecinos perdidos. Rehacer es una oportunidad para hacer mejor, en materias como el urbanismo o la actividad económica.
Del mismo modo que la ciudad de Valencia aprovechó la riada de 1957 para revolucionar su orografía y hacer del río que la dividía el mayor jardín lineal de Europa, las zonas ahora devastadas deberán ser dotadas de atractivos añadidos a los que tenían la víspera del fatídico 29 de octubre de 2024.