Una semana después de que Albert Rivera lanzara una propuesta a Mariano Rajoy a cambio de negociar el sí a su investidura, el líder del PP por fin se reúne este miércoles por la mañana con su Comité Ejecutivo para valorar el órdago que le lanzó Ciudadanos. La formación naranja confía en que los conservadores acepten todas sus condiciones "porque no son matizables" y en que el presidente del Gobierno en funciones fije ya la fecha para presentarse a una sesión de investidura.
La reunión de los conservadores servirá para dejar vía libre al candidato oficial de Felipe VI a empezar su negociación con Albert Rivera. Nadie en la cúpula directiva del PP espera que algún miembro del Comité Ejecutivo ponga pegas a las exigencias de C´s. De hecho, fuentes del partido naranja calculan que Rajoy y Rivera podrían negociar "durante las próximas dos semanas" un decálogo parecido al que cerraron con Cristina Cifuentes para ser presidenta de la Comunidad de Madrid. Si este calendario se cumple a rajatabla, el equipo de Rivera apuesta por que el presidente del Gobierno en funciones defienda su programa en el Congreso y solicite la confianza al Parlamento durante la semana del 5 al 9 de septiembre.
En el seno del Partido Popular, sin embargo, todavía estudian todas las variables que existen para evitar una investidura fallida. De poco le sirve a Rajoy tener atrapado el reloj de la democracia a su antojo, ya que el PSOE sigue enrocado en el 'no' y nada parece indicar que vaya a cambiar su postura incluso aunque consiga el voto a favor de los 32 diputados de Ciudadanos.
Los conservadores han valorado incluso la idea de retrasar la sesión de investidura hasta después de las elecciones vascas y gallegas, que se celebran el 25 de septiembre. "Solo después de esos comicios tendríamos alguna posibilidad de que el PSOE se abstuviera. Antes imposible", argumentan. Sin embargo, fuentes de la dirección nacional reconocen que "no es sencillo justificar tanta espera" y ya asimilan que Mariano Rajoy tendrá que fijar una fecha definitiva para su investidura en los próximos días. Antes, incluso, de tener garantizada la abstención, aunque fuera por la mínima, de los socialistas.
La fecha de la investidura
En el PP creen que anunciar la fecha de investidura en el Comité Ejecutivo que Rajoy preside este miércoles sería "positivo para dejar en segundo lugar las condiciones de C´s". Sin embargo, las mismas fuentes añaden que anunciarlo "en un acto de partido es muy raro". Si el presidente del Gobierno en funciones sale este miércoles de Génova con el visto bueno de su partido para emprender las negociaciones formales con Rivera, la idea es que Rajoy convoque a Rivera a otra reunión posterior donde le trasladará la fecha definitiva para la investidura que tiene que pactar con la presidenta del Congreso, Ana Pastor.
Pedro Sánchez ha decidido reaparecer después de estar dos semanas ausente prácticamente a la misma hora en la que el Comité Ejecutivo del PP valora la oferta de Ciudadanos. El secretario general del PSOE reúne a su cúpula en el Congreso para enterrar de nuevo los fantasmas internos que piden la abstención y dejar gobernar al PP. El mensaje que Sánchez quiere transmitir a los suyos y a los contrarios es que no está dispuesto a moverse ni un ápice de su posición, un rotundo no a la investidura de Mariano Rajoy. Además, aprovechará la reunión para recordar al presidente en funciones que el candidato oficial debe presentar su programa al Parlamento aunque sea para fracasar, como hizo él durante la investidura abortada en la pasada primavera.
El fantasma de las terceras elecciones
Los socialistas no tienen ninguna intención de prestar los siete votos afirmativos que el PP necesitaría en segunda votación si consiguiera sumar a los 137 diputados que tiene los 32 de Ciudadanos. En el PP ya empiezan a masticar la única opción que les quedaría: que Mariano Rajoy se presente a una sesión de investidura fallida y que Sánchez se cobre su triunfo. Igualados a una derrota parlamentaria, con el respaldo de 169 diputados y con el reloj hacia las terceras elecciones ya en marcha, los conservadores están convencidos de que "entonces el PSOE sí que se abstendrá". La alternativa al 'no' del PSOE son las terceras elecciones que no se descartan pero que nadie quiere cargar con la culpa.