Los drones ya son una realidad en las Fuerzas Armadas. En determinados frentes, se ha convertido en una herramienta fundamental de reconocimiento y aproximación; una apuesta que en los próximos años ganará en relevancia. Pero el futuro del Ejército va más allá de los drones: los aviones no tripulados serán imprescindibles en misiones de ataque y defensa. Se busca llegar más lejos sin arriesgar la vida de ningún piloto. Una apuesta que, en cierta medida, lleva el sello de la tecnología española.
En el mundo de la aeronáutica militar se les conoce con el nombre de UCAV [unmanned combat air vehicle, aeronave no tripulada de combate en inglés]. El proyecto más ambicioso que se está desarrollando en Europa lleva el nombre de nEUROn, un avión sin piloto que reúne algunas de las características de los cazas de combate.
El pasado 4 de junio, las Fuerzas Armadas francesas realizaron un vuelo de prueba con uno de estos prototipos: fue la primera vez que se efectuó ante el público una demostración de estas características. El UCAV voló a una velocidad de unos 300 kilómetros por hora a poco más de 400 metros de distancia de los asistentes. Su velocidad máxima, no obstante, puede alcanzar los 920 kilómetros por hora.
El proyecto nEUROn está desarrollado por la compañía francesa Dassault, aunque firmas de diferentes países han participado en su puesta en marcha: EADS CASA Espacio, española, es una de ellas. De acuerdo a la información facilitada por Dassault, nEUROn puede realizar buena parte de las acciones que un caza convencional puede efectuar, como "alto nivel de control de vuelo y sigilo" y "lanzamiento real de armamento aire-tierra".
Los UCAV en el Ejército
Con la tecnología ya desarrollada (ha llevado más de una década desde que se pusieran en marcha los primeros proyectos verdaderamente verosímiles), ahora falta saber cuándo se implementarán los aviones no tripulados en el Ejército.
Por el momento, el proyecto de Defensa pasa por los Reaper, unos drones de gran envergadura (20 por 10 metros) desarrollados por la estadounidense General Atomics. Su misión, ahora centrada en el reconocimiento, puede ser modificada para incorporar armamento.
Pero la incorporación de cazas de combate no tripulados -muy diferente a la función que pueda llevar a cabo un dron- es a más largo plazo. Por el momento, falta la puesta a punto de los primeros prototipos que se están desarrollando, su normalización y, finalmente, su puesta en escena en el plano militar.
"Lo que sí parece seguro, al menos a medio plazo, es que los UCAVs cambiarán los criterios de diseño de los futuros aviones de combate tripulados de tal manera que éstos delegarán en los UCAVs las misiones más peligrosas". Alberto García Pérez, experto en aeronáutica militar, considera que "a más largo plazo, hablemos de 50 años", las aeronaves no tripuladas "habrán superado muchas de sus limitaciones" y contarán con "Inteligencia Artificial".
"En futuras contiendas, quizá la forma más sencilla de vencer consista en enviar 10 UCAVs por cadsa F-22, F-35 o cualquier otro caza de última generación", señala García Pérez en el último número de Revista de Aeronáutica y Astronáutica, del Ejército del Aire. "Estos seguramente también incorporarán armas láser que los protegerán de misiles", añade.