El teléfono móvil de Diana Quer sigue constituyendo una de las principales fuentes de investigación para los agentes de la Guardia Civil que están a cargo de las pesquisas. A falta de pruebas -su desaparición sigue siendo un misterio-, los movimientos que hizo con su terminal revelan algunos de los pasos que la joven madrileña efectuó en la localidad gallega de A Pobra do Caramiñal en la madrugada del 21 al 22 de agosto. Y, con esos indicios, todo apunta a que la joven madrileña se subió a bordo de un coche tras pasar por casa. El Instituto Armado interroga ahora a algunas de sus amistades que podrían estar vinculados a algunos casos de delincuencia.
Diana Quer abandonó el parque de Valle-Inclán, corazón de las fiestas de A Pobra que por entonces se estaban celebrando, pasadas las 2.30 de la madrugada. Su madre -Diana López-Pinel- denunció su desaparición al día siguiente, cuando advirtió su ausencia. En un primer momento se investigó a un hombre, un feriante, que aquella noche había lanzado improperios a varias jóvenes de la localidad, pero su vinculación con el caso quedó descartada. La madre, además, aseguró que su hija nunca había pasado por casa, y que lo habría advertido en caso que así hubiera sido.
Pero las pesquisas vinculadas al teléfono móvil de Diana Quer alargan los movimientos que la joven realizó aquella noche. Según la señal del terminal, hubo actividad pasadas las 3.30 de la madrugada, hora más que suficiente para que llegara a su casa. Además, en la vivienda se encontró la ropa con la que aquella noche había salido de fiesta, por lo que todo indica que pasó por allí para cambiar su vestuario.
Los movimientos del teléfono móvil van incluso más allá: además de determinar las horas en las que el terminal tuvo actividad, los agentes que están al cargo de la investigación -que se encuentra bajo secreto de sumario- pueden comprobar desde dónde se realizaron. En base a estos datos, todo parece indicar que la joven se montó en un coche.
Por eso se están revisando de nuevo los movimientos filmados por las cámaras de seguridad: si hasta ahora se buscaban los pasos que Diana Quer podría haber realizado a pie, ahora se investigan los vehículos que circularon por las inmediaciones pasadas las tres de la madrugada.
Interrogatorios en el círculo cercano
En caso de que la joven hubiera montado en el coche, todavía faltaría determinar si lo hizo por iniciativa propia o contra su voluntad. Por eso, las autoridades han vuelto a citar para tomar declaración a algunos de los amigos de Diana Quer.
Según se ha podido desprender de las investigaciones y que ha confirmado el propio padre de la desaparecida -Juan Carlos Quer-, ahora se toma testimonio a algunos jóvenes con los que había entablado amistad y que podrían estar vinculados con algunos casos de delincuencia.
Estas amistades tuvieron contacto con Diana Quer bien en A Pobra do Caramiñal -donde veraneaba con su madre Diana y su hermana Valeria, de 16 años-, bien en Boadilla del Monte, donde residía el resto del curso.
Juan Carlos Quer, en una entrevista emitida en Antena 3, afirmó que desconocía estas amistades, a quien se les está tomando testimonio a lo largo de toda esta semana. Habló de personas que podían estar "bordeando la ley" y a las que calificó como "poco recomendables".
La hipótesis de la fuga
Con todos estos datos, la Guardia Civil se encuentra ante la disyuntiva de la hipótesis de la fuga. Por un lado, los vecinos advirtieron de una fuerte discusión que se había vivido en la casa de Diana Quer pocos días antes de su desaparición. La familia, no obstante, y a pesar de reconocer este enfrentamiento, siempre lo ha desvinculado a la desaparición.
Los datos que indican la presencia de un coche podrían respaldar la hipótesis de la fuga. Pero hay un detalle que contradice esta versión: la joven se fue sin más ropa que la que llevaba puesta, sin su DNI y sin tarjetas de crédito, elementos comunes en todas las fugas. Además, los días siguen pasando y no ha habido ninguna señal de su ubicación.
El padre de la joven, Juan Carlos Quer, siempre ha descartado la posibilidad de un secuestro por motivos económicos, puesto que no han recibido ninguna llamada en este sentido.
La clave, entonces, pasa por saber si Diana subió a aquel coche por iniciativa propia: de hacerlo, sólo existe la posibilidad de una fuga o de un crimen cometido a posteriori. En cualquier caso, no hay indicios los suficientemente claros para descartar ninguna hipótesis y la desaparición de la joven sigue siendo un misterio, 15 días después.