El camino que conducía al desarme definitivo de ETA parecía allanarse con la detención de David Pla e Iratxe Sorzabal en septiembre de 2015. Quienes constituían la cúpula de la banda representaban, además, el núcleo duro en las negociaciones: sostenían que la entrega de las armas era su principal baza para lograr los objetivos en una banda terrorista ya residual. Pero sus predecesores tampoco han dado ningún paso significativo en este sentido. Y, si llega, será un "teatro" que aspire a alterar el resultado de las elecciones vascas.
Los movimientos que ETA ha dado en cuanto a un hipotético desarme no tienen ninguna credibilidad para las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado. El mayor exponente de este descrédito se sostiene sobre la entrega de un material armamentístico anticuado -y en algunos casos obsoleto- ante la Comisión Internacional de Verificación (CIV), con Ram Manikkalingam a la cabeza.
El gesto que podría llegar en las próximas semanas sería similar al que entonces protagonizaron, aunque sin un interlocutor como la CIV de por medio. El objetivo: modificar el transcurso de los comicios vascos para favorecer los intereses de la candidatura de EH Bildu.
De acuerdo a los sondeos,el PNV sería el ganador de los comicios con 27 escaños. EH Bildu -sin Arnaldo Otegi como candidato a lehendakari- sería el segundo partido con 17 escaños. Elkarrekin Podemos, que aspira a sobrepasar a los abertzales, se quedaría en 14. PSE-EE y PP con 8 escaños cada uno, y C's, con uno, completarían la cámara.
Elkarrekin Podemos es la fuerza creciente en el País Vasco. La coalición está conformada por Podemos Euskadi, Ezker Anitza y Equo, y su candidata es Pilar Zabala, hermana de José Ignacio Zabala, supuesto miembro de ETA asesinado por los GAL. Si las encuestas dan un mayor número de escaños a la formación morada en detrimento de EH Bildu, ETA definiría la escenificación de un posible desarme.
¿Cuántos zulos tiene ETA?
El trabajo de quienes aún constituyen ETA se centra en buena medida en hacer un inventario de sus zulos y armamento. Los dirigentes, muchas veces coordinados por los abogados vinculados a la banda, recorren las cárceles en las que están encerrados los terroristas interrógandoles por esta cuestión.
Los datos que aportan los presos son confusos: no visitan los zulos desde hace años, incluso décadas, y no recuerdan la ubicación exacta ni su contenido.
Pero los presos apuestan por recuperar todo el armamento posible y utilizarlo como baza en una hipotética negociación. Su voluntad es hacer un desarme definitivo a cambio del acercamiento de los reclusos y de la concesión de privilegios para los terroristas fugados con causas pendientes.
Según fuentes de la lucha antiterrorista, el arsenal del que todavía dispone ETA lo componen unas 600 armas y algunas toneladas de productos químicos para fabricar explosivos. Pero su estado es dudoso.
Más allá de este frente de prisiones, apenas un puñado de nombres sostiene los restos de la banda. Pero donde ETA sigue siendo todavía fuerte es en sus abogados. Ellos son los que dan las directrices a los presos sobre cómo deben moverse y pronunciarse. Arantza Zulueta, ahora procesada por integración en la organización terrorista, era su cabeza visible.