España fijó el nivel 4 de alerta antiterrorista tras los atentados de junio de 2015 en Francia, Túnez, Kuwait y Somalia. Se trata del penúltimo nivel en la escala de riesgo; el 5 solo se activaría en caso de que las fuerzas de seguridad y el Gobierno contaran con datos suficientes de que podría producirse un atentado inminente.
Desde que se decretó este nivel de alerta, el Sindicato Unificado de Policía (SUP)- el mayoritario dentro del Cuerpo Nacional de Policía- denuncia que los políticos obvien "la imposibilidad" las fuerzas y cuerpos de seguridad "garanticen la misión encomendada".
"En ninguno de los discursos de los políticos se puede encontrar una sola referencia a la precaria situación de la Policía Nacional, ni a una mínima intención de mejora de sus condiciones de trabajo", apuntan, y aseguran: "Nuestros líderes políticos dejan en el olvido la responsabilidad de garantizar la seguridad pública".
Concretamente, lo que el sindicato denuncia es la "falta de medios materiales, de recursos humanos, y de formación específica" para hacer frente al terrorismo que preocupa a España.
"Dependencias que cierran por las noches, unidades especializadas que merman día a día por falta de personal, formación insuficiente para dar respuesta al fenómeno del terrorismo yihadista...", enumeran.
Formación: un vídeo de 30 minutos
El SUP asegura que la única formación que han recibido para hacer frente al terrorismo yihadista es la "proyección de un vídeo de 30 minutos con lo que ocurrió en el barrio judío de París". "Es un terrorismo muy diferente al que estábamos acostumbrados -el de ETA-, por lo que necesitamos otro tipo de formación más específica", señalan.
Por otra parte, la actualización del protocolo que la Policía Nacional debe seguir en caso de atentado terrorista (conocida como Circular 50) se produjo por última vez hace once años, en 2005. "La situación en España ha cambiado mucho desde entonces", indican desde el SUP, que aseguran que "hay que adaptar" la norma porque "hay unidades que ni siquiera existen desde hace años".
"Para un fenómeno como el yihadismo necesitamos reciclaje continuo", apuntan. "Tiene que haber un matrimonio entre el sistema y la seguridad".
"Precariedad de medios"
La formación que reciben "no es específica", como tampoco lo son "los recursos materiales" con los que trabajan.
Una de las reclamaciones más sonadas de la Policía Nacional ha sido la renovación de los chalecos antibalas, que llevan "mucho tiempo esperando". "Los chalecos pasan de uno a otros y algunos tienen veinte años, ya no tienen vida útil", explican.
Tampoco se sienten preparados con las armas con las que cuentan. "Algunas tienen veinte o treinta años", denuncian.
Este periódico ha contactado con la Dirección General de Policía, que ha confirmado que van a destinar siete millones de euros para la mejora de la protección de los policías nacionales. Se trataría de tres contratos para adquirir más de once mil chalecos antibala, anticuchillo y antipunzón de uso externo y 200 placas balísticas (complementarias de los chalecos) para las unidades operativas de seguridad ciudadana de la Policía Nacional, con nivel de riesgo elevado.
10.156 chalecos antibala, anticuchillo y antipunzón de uso interno, 4.100 pistolas para dotar a los policías de nuevo ingreso de su arma reglamentaria y cien fusiles de asalto y veinte subfusiles para unidades especializadas en prevenir y repeler acciones terroristas en España o en misiones internacionales en zonas conflictivas.
Sin embargo, EL ESPAÑOL no ha obtenido respuesta de la Dirección General sobre la formación que reciben para hacer frente al terrorismo yihadista.