El lehendakari y candidato a la reelección, Íñigo Urkullu, ha desmenuzado este lunes en Vitoria la propuesta política de autogobierno incluida en el programa electoral del PNV. Su hoja de ruta para la actualización del Estatuto pasa por alcanzar primero un amplio acuerdo político en el Parlamento Vasco, someterlo a la aprobación de la ciudadanía, y conseguir luego un pacto con el Estado que permita su materialización. Insiste en alejarse de la “vía rupturista” promovida en Cataluña  y en que en todo el camino se realizará dentro de los cauces legales, aunque plantea la celebración de una consulta que a priori no tiene encaje en el actual ordenamiento jurídico y la “obligación” del Estado de aceptar su resultado “por principio democrático”.

Urkullu ha aprovechado el escenario de la Plaza de la Provincia, donde se alza la Diputación de Álava, símbolo de la foralidad sobre la que se erige el autogobierno vasco, para desarrollar el proceso que su partido pondrá en marcha durante la próxima legislatura para reformar el Estatuto de Gernika y profundizar en la soberanía vasca. Su objetivo es lograr un nuevo marco de relaciones, de carácter bilateral, entre la comunidad autónoma y el Estado.

En presencia de los principales cargos institucionales del territorio, el diputado general, Ramiro González y el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, ha desbrozado en siete puntos, o ideas fuerzas, los pasos que se compromete a seguir para  construir el futuro político  de Euskadi. “Más autogobierno es más bienestar·, ha subrayado Urkullu, insistiendo en la necesidad de aumentar las capacidades propias sin que estén “sometidas a suboordinación”.

Estos son los siete pasos por los que se compromete a transitar Urkullu.

Primero.- ACUERDO EN EL PARLAMENTO. Su hoja de ruta comienza con la consecución de “un acuerdo básico de carácter institucional” en la Cámara de Vitoria, donde a partir del 25-S  y tras la irrupción de Podemos serán tres las fuerzas políticas partidarias del derecho a decidir, lo que representará una mayoría cualificada muy considerable. En la ponencia creada a tal fin en la legislatura pasada, los distintos partidos ya fueron fijando posiciones sin llegar a ningún acuerdo. El PNV persigue que el proyecto de nuevo Estatuto, que apruebe el Parlamento, “incremente y actualice” el poder competencial del País Vaso y aumente su capacidad de relación territorial y su proyección en Europa.

Segundo.- RESPETO A LA PLURALIDAD. El acuerdo “será plural, entre diferentes” El PNV ha apostado hasta la fecha por un pacto transversal que incluya al menos al PSOE, uno de los grandes partidos de ámbito estatal, lejos de la aventura emprendida de espaldas a Madrid por el gobierno tripartito del lehendakari Ibarretxe (PNV-EA-EB), que pactó únicamente con la izquierda abertzale.

“La sociedad vasca está conformada por identidades plurales que deben convivir desde el respeto mutuo”, ha asegurado Urkullu durante la presentación de la propuesta. El acceso al Parlamento de  una fuerza estatal como Podemos, que defiende el derecho a decidir, altera el equilibrio de fuerzas y la relación de pactos conocidos hasta el momento.

Tercero.- CONSULTA. El proyecto de nuevo Estatuto, acordado por el Parlamento, deberá ser sometido a su validación entre la ciudadanía vasca a través de una consulta que “habilite” su ulterior negociación con el  Estado.

El PNV plantea que el acuerdo político esté sustentado en dos principios, de legalidad y democrático, es decir que el proceso se lleva a cabo dentro del marco legal y que respete la voluntad de los vascos.  Pero sortea las dificultades legales al dotar de “un valor relevante y primario a la decisión de la ciudadanía”.

De esta forma considera que el Estado  “debe excluir el principio de unilateralidad y asumir la obligación de negociar y acordar los ajustes legales precisos para responder al deseo expresado por la ciudadanía”.

Cuarto.- PACTO CON EL ESTADO. Tras la celebración de la consulta el País Vasco alcanzaría un pacto con el Estado  para su reconocimiento como nación. Bajo la óptica del PNV el nuevo Estatuto debe reconocer de forma insoslayable “la identidad nacional” del pueblo vasco, recogiendo de este modo el “sentido de pertenencia ampliamente compartido” por la sociedad vasca”.

Quinto.- BILATERALIDAD. El Pacto con el Estado supondría también, según Urkullu, la aceptación por parte del Gobierno central de un sistema “bilateral, con garantías” que establezca entre Madrid y Vitoria unas “relaciones de igual a igual”  que blinden el contenido del nuevo Estatuto.

El PNV viene demandando desde hace tiempo trasladar al ámbito político el mismo modelo que rige para la aplicación del Concierto Económico, que impone el principio de mutuo acuerdo entre las partes  para solventar los conflictos de interpretación y desarrollo.

Su reivindicación surge de la queja de que los sucesivos Gobiernos centrales han invadido competencias del Estatuto y quebrado con sus decisiones  unilaterales el principio del  autogobierno vasco.

Sexto.- INCORPORACIÓN A LA LEGISLACIÓN.  Llegados a este punto se abriría un proceso de negociación con el Estado para incorporar el nuevo  Estatuto a las leyes españolas. Requeriría su aprobación por las Cortes.

Séptimo.- REFERÉNDUM. El proceso se cerraría con el referéndum de ratificación por parte del electorado vasco.

Urkullu ha defendido la exigencia de ampliar el autogobierno para “mejorar la calidad de vida” de los vascos y ha insistido en combinar el avance por las vías legales con el ejercicio del derecho a decidir de los vascos. “No es una vía de ruptura”, ha remarcado durante el acto electoral en la capital alavesa.

 

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