Barra libre. Los correos electrónicos aportados por Bankia durante la primera sesión del juicio oral del caso de las tarjetas black ponen de manifesto una total despreocupación por el constante incremento de los cargos realizados por los usuarios de los plásticos, 65 de los cuales se sientan desde este lunes en el banquillo de los acusados. Son mensajes correspondientes principalmente a 2006 y en todos los casos el ex director financiero de Caja Madrid Ildefonso Sánchez Barcoj aparece como el directivo que daba las instrucciones sobre la gestión de las tarjetas.
A tenor del contenido de esos 'mails', no es de extrañar la vehemente reacción de los defensores, que pidieron al tribunal que no admita esos documentos como prueba. El abogado de Sánchez Barcoj subrayó que Bankia carece de legitimación para aportarlos porque los datos proceden de una entidad jurídica diferente, Caja Madrid.
Otros defensores tacharon la aportación de Bankia de extemporánea y se quejaron de que les genera indefensión porque, pese a su antigüedad, los correos han sido entregados ya en el propio juicio oral y se ignora "si son todos, algunos, si son íntegros o no".
"Urgentemente"
Los mensajes, cruzados entre miembros de la secretaría de Sánchez Barcoj y otros departamentos de Caja Madrid como la dirección de medios, evidencian que todo lo relativo a las tarjetas black de los consejeros y directivos se gestionaba con suma rapidez y de forma perentoria. Así se hace constar en el "asunto" de los correos ("Urgente-ampliación tarjeta") o en el propio texto de los mensajes, en los que se apremiaba a hacer la gestión indicada por Barcoj "a la mayor brevedad" (subrayado).
En diciembre de 2006, Sánchez Barcoj dio instrucciones para anular, con fecha del día 31, las tarjetas de varios miembros del Consejo de Administración y de la Comisión de Control que cesaban en sus cargos.
Desde la dirección de medios se informó a la secretaría de Barcoj de que, si las tarjetas se anulaban el 31 de diciembre, dado que el cierre de la facturación se había realizado el día 25 "hay seis o siete días en los que el límite de la tarjeta vuelve a estar completo y disponible, con lo que se pueden realizar compras por todo el límite de la tarjeta (...)".
Para evitar esos gastos, el empleado sugería "cancelar las tarjetas ahora" o "poner los límites indisponibles desde hoy y cancelar el 1 de enero".
"Consultado el tema con el sr. Sánchez Barcoj", dice el correo de respuesta, el director financiero reiteró que las tarjetas no se anulasen hasta el 31 de diciembre, "siendo consciente que esto puede generar un gasto que se reflejaría en la liquidación de enero".
De hecho, lo generó. Consejeros como Francisco Moure, para quien el fiscal pide cuatro años de prisión, hizo su último cargo el 30 de diciembre de 2006. Moure se gastó con su tarjeta un total de 127.366 entre 2003 y 2006.
Los correos en los que se daban indicaciones para ampliar los límites de sus tarjetas a los acusados son constantes y se producen no sólo en diciembre o agosto, sino también en otros meses como enero, abril o mayo.
Uno de los beneficiados por la ampliación del límite de su plástico fue el jefe de la Casa del Rey Juan Carlos I, Rafael Spottorno. Este directivo de Caja Madrid y Bankia se gastó entre 2003 y 2011 un total 235.818 euros de los que, según el escrito de acusación del fiscal, ha devuelto 11.953. El Ministerio Público pide para él dos años de cárcel.
Un correo de diciembre de 2006 refleja una queja de Matías Amat, para cuya tarjeta se había pedido un límite de 25.000 euros mensuales. Pero el directivo había ido a sacar dinero y le aparecía un límite de 'únicamente' 20.000 euros. "¿Se puede hacer cambiado solo?", pregunta una secretaria.
Uno de los acusados mencionados en los correos como objeto de un tratamiento preferente es el consejero Estanislao Rodríguez-Ponga, ex secretario de Estado de Hacienda.
Un mensaje de julio de 2006 refleja que a la tarjeta black de Rodríguez-Ponga se le asignó un límite superior al de otros consejeros (5.500 euros mensuales) y, a diferencia de otros, él sí podía sacar dinero efectivos en cajeros.