Medio centenar de jóvenes, menores de edad, homenajearon a miembros de ETA en las instalaciones del Instituto Agustín Iturriaga de Hernani durante la celebración del Gudari Eguna, según la denuncia pública realizada este viernes por el Colectivo de Víctimas de Terrorismo (Covite).

La asociación, presidida por Consuelo Ordóñez, trasladará lo ocurrido a la Audiencia Nacional, donde denunciará a los responsables del centro que permitieron la realización del acto por un delito de enaltecimiento del terrorismo.

Los hechos ocurrieron el pasado día 27 de septiembre. Las escaleras del instituto, situado en el barrio de Santa Bárbara, fueron empapeladas con las imágenes de una veintena de etarras, mientras una pancarta colocada en el patio sobre la red de tenis les rendía honor. Junto a ella posaron medio centenar de estudiantes que portaban retratos de distintos miembros de ETA o de la izquierda aberztale, según las fotografías aportadas por Covite.

El Colectivo de víctimas destaca el pasado criminal de algunos de los homenajeados, como José María Larretxea Goñi, dirigente de ETA pm deportado a Cuba donde falleció de cáncer, o Juan Oyarbide Aramburu, muerto en un enfrentamiento con la Guardia Civil y al que se relaciona con trece asesinatos.

Entre los 22 homenajeados figuraba también el ya fallecido José Manuel Aristimuño, Pana, “implicado” en los asesinatos de Jesús Velasco, jefe de los Miñones de Álava, de Eugenio Lázaro responsable de la policía municipal de Vitoria, y de Antonio Recio, agente del CESID. Covite recuerda sobre Pana que en 2008 la Audiencia Nacional obligó a la entonces alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarangoitia, hoy diputada de EH Bildu en el Congreso, a retirar su nombre de un parque público y del callejero del municipio guipuzcoano.

Algunas de las personas que aparecían en las fotos, en su mayoría si no todas fallecidas, fueron asesinadas por los Gal, como los miembros de ETA Rafael Goikoetxea Errazkin o Iñaki Asteazu Izarra, o por la Triple A, como el taxista David Salvador Bernardo al que acusaron de colaborar con la banda armada. Otros como los simpatizantes de Herri Batasuna Miguel Mari Arbelaiz Etxeberria y Luis Mari Elizondo fueron víctimas del Batallón Vasco Español. Además se encontraban casos como el de José Bernardo Astiazarán Otamendi, Indio, que murió al estallarle la bomba que manipulaba en su coche.

Ante la diferente casuística sobre los homenajeados Covite hace hincapié en que la condición de víctima no anula la de terrorista. Recuerda a este respecto un pronunciamiento del Tribunal Constitucional de este año a cerca de un homenaje tributado a José Miguel Beñarán Ordeñana, Argala, miembro de ETA víctima del Batallón Vasco Español.

El fallo recuerda que enaltecer es mostrar como digno de honra a un terrorista, “condición que no se pierde por haber sido a su vez víctima de otros delincuentes que lo asesinaron”.

OTROS HOMENAJES

El homenaje en Hernani no es el único documentado por Covite durante el pasado Gudari Eguna, en el que fue colocada una pancarta en la catedral de Santiago de Bilbao e incluso hay fotografías de un “altar” con el anagrama de ETA en la calle de una localidad vasca. “El Colectivo no puede actuar en esos casos porque no se puede identificar a los responsables”, señala un portavoz de la asociación, que afirma que el fin del terrorismo no ha acabado con “el culto al delincuente” y denuncia “la pasividad” de las instituciones y la falta de “voluntad política” para acabar con estas situaciones.

“Nadie hace nada”, añade, antes de indicar que seguirán adelante con sus denuncias, muchas de las cuales se documentan “gracias a la aportación ciudadana”.

Recientemente Covite llevó ante la Audiencia Nacional al Ayuntamiento de Lekeitio por el homenaje tributado al miembro del Comando Madrid de ETA Antonio Gabiola Goyogana, Tonua, quien tras salir de prisión fue recibido y agasajado por una comitiva con la que se trasladó al salón de plenos del Consistorio, donde llegó a ocupar la silla del alcalde.

El delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, presentó un recurso ante la jurisdicción contencioso-administrativa por la cesión del uso del espacio municipal y pidió infructuosamente al alcalde de la localidad, Koldo Goitia, del PNV, que llevase a cabo un acto de desagravio a las víctimas del terrorismo.

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