Los acusados que han declarado en la sesión de hoy en el juicio por las 'tarjetas black' mantienen todos que los datos que ha entregado a Bankia a la Justicia están manipulados. Ninguno de ellos reconoce la totalidad de esos gastos, y hablan de entre 3.000 y 6.000 errores recogidos en las hojas Excel aportados por la entidad que preside Ignacio Goirigolzarri.
La lucha de los encausados es intentar desmontar la principal prueba del caso, es decir, los detalles de cada una de las tarjetas utilizadas por consejeros y directivos de Caja Madrid, y con las que se gastó un total de 15 millones de euros.
En los interrogatorios dirigidos por el fiscal Alejandro Luzón, se han expuesto varios ejemplos de las equivocaciones que ha cometido Bankia a la hora de elaborar ese documento que provocó la denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por un presunto delito de apropiación indebida por utilizar unas tarjetas de crédito que se ha desvelado que estaban ajenas a contabilidad oficial de Caja Madrid y cuyos gastos no fueron declarados a Hacienda.
En su caso, el sindicalista de UGT Gonzalo Martín Pascual acusa a Bankia de confundir un restaurante modesto, "como todos a los que solía ir", con una droguería o una perfumería. "Igual no están acostumbrados a ver este tipo de restaurantes", ha alegado.
El acusado, que gastó con su tarjeta 129.750 euros, ha insistido, como el resto de sus compañeros de banquillo, que "hasta que me vi encausado nunca había tenido ningún tipo de duda sobre la legalidad de la tarjeta".
"Nunca he estado en Bolivia"
El alegato del sindicalista de CCOO Rodolfo Benito, expulsado tras saltar el escándalo, es muy similar. "¿Cómo voy a poder decir que reconozco el Excel si lo único que reconozco de la hoja es el daño que me ha hecho diciendo que hecho gastos que no he efectuado nunca?", ha espetado a preguntas del Ministerio Fiscal ante el tribunal de la Audiencia Nacional que está juzgando a los 65 usuarios de las tarjetas.
Según su relato, todos los gastos realizados por su tarjeta -un total de 140.521- eran en el ejercicio de su función como consejero. "Nunca hice un gasto personal". Benito también sembró la duda sobre la realidad de la hoja Excel elaborada por Bankia en el año 2014. "Yo no he estado nunca en una joyería, nunca he comprado en un supermercado. No he pernoctado en hoteles de Madrid como dice ahí porque yo vivo en Madrid. Jamás he estado en Bolivia", ha señalado.
Todas las preguntas del fiscal son prácticamente similares para todos los acusados, sobre quién le entregó la tarjeta, cuál era el límite, para qué le dijeron desde Caja Madrid que era esa tarjeta, en que la usó, si se utilizó semanas después de su salida de la entidad, y sobre gastos concretos de la tarjeta.
Y todas las respuestas están siendo similares: las entregó el secretario general; nunca superaron el límite de la tarjeta, era para sus gastos como consejero aunque discrecional, les dijeron que podía utilizar la tarjeta hasta semanas después de su salida de la caja que la tarjeta quedaría inhabilitada automáticamente y ninguno reconoce los gastos en su totalidad, es decir, algunos son cierto pro otros no.
Por su parte, el economista Alberto Recarte ha señalado que entre los gastos que Bankia ha reflejado como suyos -un total de 139.878 euros- ha encontrado entre 60 y 100 errores. Ha asegurado haber enviado un burofax a la entidad para que le aclaren esos gastos "pero Bankia no ha modificado ni un solo apunte porque sabe que si cambia un solo de los datos tendrá que explicar como han hecho esa hoja Excel y no quieren hacerlo". "Es muy poco serio", ha añadido.
Recarte ha indicado que tras saltar el escándalo devolvió el dinero porque "uno nunca sabe si se ha podido equivocar en algo, pero estoy seguro que no". "No solo no me declaro culpable sino que soy absolutamente inocente de lo que me acusan", ha recalcado.
Díaz Ferrán, un magnífico cliente
Otro de los consejeros que le ha tocado hoy declarar ha sido el exvicepresidente de la patronal de empresarios, Arturo Fernández. El fiscal le ha preguntado porqué otro de los acusados y concuñado suyo, Gerardo Díaz Ferrán -actualmente en prisión por la estafa de Viajes Marsans- gastó en su restaurante, Cantoblanco, 80.000 euros de su tarjeta, y si se trataba de una manera de ayudarle en su negocio y financiarle.
"El señor Díaz Ferrán mantenía muchas reuniones y comidas en mis restaurantes, era un magnífico cliente para mí. Él entregaba un dinero a cuenta y luego se pagaba el resto", ha asegurado.
El propio Fernández también gastó en sus propios establecimientos 10.495 euros del total de los 38.776 euros utilizados con su tarjeta. En esta ocasión, Luzón no le ha preguntado por esos gasto pero Fernández ya explicó en la fase de instrucción ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que "lo hizo porque los restaurantes son más baratos y son míos".