Cuando comienza el desfile, bajo la lluvia, Pablo Andrés Marín Romero, guía nacional del movimiento raeliano en España y Marta Isabel Gutiérrez, colombiana casi recién llegada a España, sacan a relucir por fuera de sus chubasqueros el emblema que llevan colgado del cuello. “Se llama el símbolo del Infinito en el espacio y en el tiempo”, asegura Pablo Andrés. Dos figuras entrelazadas lo forman: la estrella judía de David y la esvástica. “Ese símbolo venía en la nave que contactó con Rael”. Rael está vivo, reside en Okinawa (Japón) y es el líder de los raelianos, una organización que promulga la venida de los extraterrestres –que se revelaron al líder- y creación de una embajada para recibirles en la tierra. "El proyecto ya se lo hemos pasado a Ban Ki-moon". Colombianos y raelianos, ambos son defensores acérrimos de la ciencia como respuesta a todo. Pero también tienen respuestas y denuncias que realizar en el día de la Hispanidad.
Entre cientos de organizaciones, también ellos acudieron a la manifestación que el pasado miércoles 12 de octubre reunió a toda clase de organizaciones unidas contra el día de la Hispanidad. Era el otro desfile. Por la mañana fueron los aviones, los soldados, las autoridades y miles de personas. Por la tarde, la contracrónica. Desde la Plaza Mayor alrededor de 1.000 personas marcharon por las calles de Madrid armados de paraguas, pancartas contra la fiesta nacional y proclamas contra el “genocidio” de la conquista española de América.
Una reunión pintoresca
Antes del inicio de la marcha, tres hombres y tres mujeres disfrazados de indígenas brasileños danzan bajo la lluvia en torno a un jarro del que emana incienso. Dos hombres tocan los tambores y amenizan la previa del desfile. Mientras la muchedumbre llega, los que observan se agolpan en los soportales del inicio de la calle Gerona, una de las que desembocan en la Plaza Mayor. Cerca de las cuatro de la tarde la música se detiene y la speaker comienza su proclama: “Actualmente somos testigos de nuevas formas de colonización en beneficio del capital y las multinacionales. Con ello, se sigue generando explotación de los recursos humanos y ambientales de los territorios colonizados”.
Aplausos. Marta Isabel y Pablo Andrés escuchan atentos cuando, por detrás, aparece un hombre vestido de militar portando una especie de fusil gigantesco y un casco de conquistador español sobre la cabeza. “No se preocupen, si quieren yo les protejo”, bromea, muy serio. “Ah, pues entonces nos quedamos más tranquilos”, ríe Pablo. No es el único rasgo pintoresco de la manifestación. Hay mariachis mexicanos, rostros cubiertos por caretas de nariz alargada portando carteles que rezan “fondos buitre”, proclamas a favor del pueblo palestino… “A algunos de ellos los conocemos”, explica Marta Isabel.
Entretanto, el discurso de la speaker continúa: “Queremos expresar nuestro profundo rechazo al 12 de octubre como fiesta nacional en España. Celebrar esta fecha es hacer un homenaje a un proceso de ocupación político-militar que tuvo como resultado el exterminio de millones de personas, la esclavitud de otras tantas y el desplazamiento forzado de pueblos originarios y tribales de América”.
“Es la primera vez que venimos”, aseguraba Pablo Andrés, uno de los raelianos. Sin embargo, se encuentran entre los suyos. Ellos mismos participaron en la organización de la marcha junto a centenares de asociaciones madrileñas.
Los raelianos y la conquista de América
Revelación, ciencia, apocalipsis, extraterrestres son las principales palabras que salen de la boca de Pablo Andrés e Marta Isabel antes de la manifestación, café mediante. Entre los principios de los raelianos, además de la meditación y la lucha por construir una embajada para la futura venida de los extraterrestres a la tierra. Con esto sobre la mesa, su presencia en el acto podría resultar, a primera vista, incomprensible. Sin embargo, se trata de un colectivo con múltiples principios a defender. Uno de ellos es la búsqueda de la paz en el mundo.
Y por ello Pablo Andrés e Marta Isabel cogieron su pancarta, sus emblemas raelianos y se mezclaron con la marea folclórica de latinoamericanos que desfilaron perfectamente uniformados con los trajes típicos de sus países por las calles de Madrid. “Es una vergüenza que la fiesta nacional de España esté basada en conmemorar un hecho histórico que debería avergonzarnos a todos”, asegura Marta Isabel.
Todas estas organizaciones inciden en que en esta fecha se celebra, a su juicio, un acto de “genocidio”, un crimen contra los pueblos americanos. También los raelianos están de acuerdo en esta postura. “No se trata de culpabilizar, sino de hacer una reconstrucción de la historia. Para que no se repita. La neocolonización está también hoy presente. El imperialismo norteamericano, por ejemplo”. Al cierre de la manifestación, todavía sigue lloviendo. Algunos de los manifestantes sacan sus smartphones de última generación. Pablo Andrés también saca el suyo. “Son cosas de las que no podemos escapar”.