El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, reconoce que la independencia de Cataluña no cuenta todavía con una mayoría suficiente. Lo ha hecho durante una conferencia pronunciada en la sede de las Sciences Po de París -prestigiosa institución de estudios en ciencias sociales y políticas- titulada ¿Cuál es el futuro de Cataluña dentro de Europa? En su intervención, ha asegurado que la hoja de ruta de su Gobierno es producto de un acto “profundamente democrático, no va de nacionalismo” y ha hecho un llamamiento al diálogo. “Nunca nos levantaremos de la mesa de negociación. Queremos llevar a cabo esta transición con diálogo con el Estado español, con la Unión Europea y con la comunidad internacional”, ha manifestado.
El jefe del Ejecutivo catalán ha explicado el proceso que, en su opinión, ha derivado en una apuesta por la independencia de Cataluña. Un proceso que comenzó con la sentencia del Tribunal Constitucional que recortó el Estatuto y que tendrá su punto culminante en septiembre de 2017, con la celebración de un referéndum vinculante, tras pasar por una consulta ciudadana en 2014 y las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015. Estos comicios, ha dicho, dieron un mensaje claro. “Los partidos independentistas consiguieron la mayoría absoluta de diputados. En total, 72 diputados favorables a la independencia de un total de 135. Los partidos contrarios a la independencia se quedaron con 52. Finalmente, 11 diputados fueron para un partido que no se ha posicionado ni a favor ni en contra de la independencia”. En porcentajes, “los partidarios de la independencia consiguieron el 47,7% y los contrarios a la independencia, el 39,17%”.
"Invasión legislativa constante" del TC
Puigdemont admite que “es cierto que el resultado es ajustado y no tiene la amplitud que nos hubiera gustado, pero la independencia es la opción que ganó las elecciones. Creemos que tenemos mayoría para iniciar el proceso, pero para culminarlo necesitaríamos una mayoría que debería ser más amplia. Esta será la labor que se tendrá que hacer estos próximos tiempos. Es para nosotros un elemento más de motivación, y estamos convencidos de que lo conseguiremos”.
Ha denunciado “la invasión legislativa constante” por parte de un “Tribunal Constitucional que está a las órdenes del Gobierno español y vulnera la más elemental separación de poderes, consustancia en toda democracia”.
En este sentido, ha asegurado que “la persecución judicial a los políticos que defendemos el proceso de independencia es un instrumento que utiliza el Estado para atacar el proceso catalán”, en alusión al procesamiento del expresidente Artur Mas y dos consejera de su Ejecutivo por la organización de la consulta del 9N, y la causa abierta contra la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, por la aprobación de los trabajos sobra la desconexión.
Puigdemont afirma que “aspiramos a unas relaciones muy próximas y amistosas con el Estado español” cuando Cataluña sea independiente, así como con Francia, con la que esta comunidad mantiene vínculos como “la historia, la lengua, la economía, la vocación mediterránea, entre muchos otros”.