Cuando todo apunta a una investidura in extremis de Mariano Rajoy a finales de este mes, el expresidente Aznar reaparece en escena. En esta ocasión carga a través de un artículo de la fundación FAES en la que se advierte que la formación de un gobierno "por descarte" no va a ser suficiente para que España aborde las reformas que necesita.
La fundación que preside José María Aznar señala también que "la ausencia de un proyecto político compartido" impedirá que haya un "cambio significativo" en el país. En el editorial de su último número de "Cuadernos de Pensamiento Político", en el que también analiza la "grave fractura" que está viviendo el socialismo.
España, en un "campo embarrado"
En dicho editorial, FAES considera que España se encuentra como un "campo embarrado". Y para salir, señala, no necesitará solo la "fuerza motriz" de un nuevo gobierno, sino que la sociedad debe "reengancharse" también a su gobierno y a las instituciones.
"Por sí sola, una mayoría parlamentaria, en ausencia de un proyecto político compartido por el conjunto de la sociedad española y en el conjunto del territorio, no podrá asegurar un cambio significativo en la situación de fondo", dice la fundación, que recientemente se desvinculó del PP.
FAES advierte por otra parte de que el "colapso" del socialismo va a provocar que en los próximos meses en España concurran dos circunstancias "poco tranquilizadoras". Así, cree que habrá un "inevitable" ajuste presupuestario "de magnitud" por parte del próximo Ejecutivo, y eso llevará a un espacio político deseado por los populistas.
Augura que, por un lado, estará el Gobierno acometiendo ajustes y con un relato para explicarlos "pendiente de construir" y por el otro, estarán los populistas criticando su gestión. "Y en medio de ellos, prácticamente nada", lamenta.
Crisis del PSOE
En este editorial, la fundación considera además que la crisis socialista tiene su origen mucho más atrás que los episodios vividos recientemente en ese partido y la sitúa en un modelo de partido que se empezó a fraguar al menos hace una década, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente.
Y rechaza hacer una interpretación "simplona" de la crisis socialista que busca mostrar a este partido como "rehén de una camarilla enfebrecida" decidida a "volar" posiciones más asentadas como el respeto al sistema político de 1978.
Por eso cita varias posiciones del PSOE en los últimos años en asuntos como Cataluña o la lucha contra el terrorismo para concluir que el "verdadero PSOE" lo heredó Sánchez, y señalar que sus postulados no difieren mucho de los de Zapatero: "Postularse como candidato único de todo tipo de radicales de España".