El sudor en el suelo, la tarjeta de transporte público y las huellas de ADN en distintos lugares de la casa son algunos de los aspectos que delataron a Patrick Gouveia Nogueira como asesino de su familia. Todos estos detalles, una vez abierto el sumario del caso, han sido confirmados por este periódico con distintos familiares de los brasileños fallecidos en Pioz.

El ADN estaba en las bolsas en las que depositó los cadáveres, en los enseres de la casa, en todas partes. Ese mismo día, 17 de agosto, viajó hasta Guadalajara, y desde allí a Pioz. Así lo acredita su tarjeta de transporte. En tercer lugar, el sudor que vertió, por el esfuerzo, se encontró en el suelo de la casa. Parecía que todo había sido planeado meticulosamente, pero se ve que, definitivamente, no fue así. La huella de Patrick se encontró y con profusión en distintos rincones de la casa. 

Testigos que le vieron

Todos estos detalles cuadran con otro que han trascendido de la investigación. Uno de ellos es que varios testigos lograron verle saliendo de la casa. La secuencia se desarrolla de la siguiente manera. El pasado 17 de agosto el móvil de Patrick le localizaba en la casa de sus tíos en Pioz, Guadalajara. Patrick no dudó. Primero mató a su tía Janaína Santos Américo. Luego, a los sobrinos, que aparecieron degollados. Espero a que llegara su tío Marcos Campos, y entonces le torturó y le mató. Una vez muerto, le descuartizó como a su mujer. Ese día nadie escuchó nada, y tampoco esa noche, en la que se entretuvo dejando la casa impoluta, como si nadie hubiera pasado por allí. Pese a actuar con el máximo sigilo, Patrick no se percató de un detalle: alguien le había visto.

Son varios los testigos que vieron esa noche a Patrick salir de la casa de sus tíos. Quien acredita esta información del sumario es Walfran, el hermano de una de las víctimas. Son varias las personas que vieron al joven, al día siguiente de los hechos, salir de la casa de sus tíos.

Todo apunta ya, definitivamente, a una planificación premeditada que desembocó en la carnicería que se vivió esa noche en Pioz. Patrick lo tenía todo orquestado desde que el conflicto con sus tíos se torció definitivamente. Patrick entró en la casa de su propia familia y acabó con su vida. Con el secreto de sumario ya abierto, los detalles comienzan a trascender tras un mes de investigación de la policía. Tan solo falta que Patrick, ya que Brasil no permite la extradición, sea detenido en su país para ser juzgado por los tribunales de allá, por los que ya pasó a los dieciséis años, cuando acuchilló a uno de sus profesores en dos ocasiones.

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