Este jueves se cumplían 5 años del "cese de la violencia" de ETA. Los representantes públicos del Congreso de los Diputados fueron incapaces de aprobar una declaración institucional al respecto cuyo artífice, Eduardo Madina, víctima de la banda, trató de orquestar con otros miembros de la Cámara. Sin embargo, la propuesta no salió adelante por la cerrazón de Bildu.
Tras el anuncio de la propuesta, varios miembros de la Cámara se pusieron manos a la obra y comenzaron a negociar distintas versiones del texto. Se vio juntos a Leopoldo Barreda (PP), Eduardo Madina (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Fernando Maura (Ciudadanos). "Si sale, puede ser muy bonito”, aseguraba el líder de Podemos.
Media hora después, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, también presente en las conversaciones, comenzaba a dar por hecho que aquello no iba a ninguna parte. A su juicio, una iniciativa de estas características, que exige unanimidad, sólo puede fructificar si se opta por un texto "muy concreto" con principios muy básicos y si todos los firmantes renuncian a posiciones maximalistas y buscan sólo los puntos de consenso.
Las reticencias de Bildu
La principal voz que se posicionó contra la iniciativa en la Cámara fue la de la portavoz de EH Bildu, Marian Beitialarrangoitia, quien, pese a los intentos del resto de grupos para convencerla, no dio su brazo a torcer. A su juicio, la declaración propuesta por Madina y otros representantes daba por hecho que el País Vasco existe un “presente de convivencia”. Sin embargo, su opinión es que tal cosa no existe. No todos los colectivos, dijo, tienen reconocidos todos sus derechos.
El texto de la propuesta versaba en uno de sus puntos sobre el “recuerdo y homenaje a todas las víctimas del terrorismo”. Según Bildu, mientras la izquierda abertzale reconoce a todas ellas, el resto de partidos no actúa de la misma manera. Por el contrario, algunos miembros del Congreso han confirmado de forma anónima que lo que Bildu quería en el fondo era que la palabra "terrorismo" no apareciese en la declaración.
Las declaraciones institucionales cuentan con un procedimiento singular. Deben salir adelante con el acuerdo de la unanimidad de la Cámara: todos los partidos y todos los miembros deben votar a favor. Los diputados de Bildu se negaron a respaldar los borradores del resto de los grupos. Al final, el PP también se descolgaba de la iniciativa al considerar "insuficiente" la última versión del texto.
El texto de la propuesta
La primera versión del texto era esta: “El Congreso de los Diputados manifiesta su satisfacción por un presente de convivencia en el recuerdo y homenaje a todas las víctimas del terrorismo. Afirmamos nuestro compromiso por un futuro donde las ideas políticas, desde la tolerancia, puedan seguir defendiéndose en libertad y en el respeto a los principios democráticos, y en el que ETA culmine su disolución".
La última frase es el punto en el que los populares no estuvieron de acuerdo. Los representantes del PP sugirieron firmemente que esa “disolución” se remarcase como “incondicional”. Solicitaron además una referencia a la “victoria de los demócratas y del estado de derecho”. Unas alegaciones que resultaban inaceptables para Bildu, cuya portavoz, la citada Beitialarrangoitia, fue juzgada en su día por haber pedido un aplauso durante un mitin para los dos etarras que perpetraron el atentado contra la T-4 de Barajas. Atentado en el que perdieron la vida Carlos Alonso Palate y Diego Estacio.
Al finalizar la jornada, Pablo Iglesias, uno de los más ilusionados por la iniciativa, lamentaba que no se hubiera llegado a un punto de acuerdo. Terminaba elogiando la “altura de Estado de Eduardo Madina”. Este último sufrió un atentado de la banda terrorista el 19 de febrero del año 2002. Aquello le dejó consecuencias irremediables. Una de ellas fue la amputación de la mitad de su pierna izquierda.