Mustafa Zizaoui había sido soldado de tropa profesional en el Regimiento de Artillería Mixto número 32. Accedió en 2011, pero lo abandonó repentinamente poco después. Lo mismo sucedió con Zakaria Said Mohamed, quien pasó de servir en el Regimiento de Ingenieros número 8 de Melilla a convertirse en “policía religioso” en Mali a las órdenes de Al Qaeda. Tras ellos emerge la figura de Mustafa Al Lal, alias el ‘Doberman’. Líder de la mezquita As Salam de Melilla, lideró una célula yihadista que envió a un total de 24 terroristas a lugares de conflicto, pero que tenía un objetivo principal: captar y radicalizar a miembros del Ejército español y de las fuerzas de seguridad del Estado.
Así lo recoge la Fiscalía de la Audiencia Nacional en un exhaustivo informe, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, elaborado por su coordinadora antiyihadista, Dolores Delgado. Solicita penas de entre 10 y 12 años para seis integrantes de esta red, desarticulada en mayo de 2014 en el marco de la denominada ‘operación Javer’ de la Policía y la Guardia Civil. En su informe detalla las actividades de esta célula, que fue mucho más allá que las demás redes dedicadas a la captación y envío de terroristas.
Una Constitución española bajo la Sharia
El grupo del ‘Doberman’ era además el encargado de gestionar la plataforma Sharia 4 Spain, un movimiento propagandístico mundial interrelacionado con otros países de Europa. Se presentaban como un “movimiento religioso contrario a la democracia y el liberalismo. Partidarios de un régimen totalitario basado en la Sharia”. Habían llegado a redactar un proyecto de Constitución en castellano con el ordenamiento jurídico que impondrían en un Estado regido por la Ley islámica. Utilizaban todas las redes sociales existentes, tenían contenidos destinados a mujeres y coordinaban campañas con otros radicales europeos como la que pretendía prestar apoyo a los presos islamistas, ideada por “los hermanos alemanes”.
Pero entre el material que difundían a través de Internet, la Fiscalía destaca el dirigido a militares españoles de religión musulmana poniendo de manifiesto la contradicción de pertenecer a una organización que “ocupa tierras musulmanas y es causante de sufrimientos”. Se les transmitía que ese dilema sólo podía resolverse mediante el abandono de las Fuerzas Armadas.
“Si eres metopa (miembro del Ejército), no eres musulmán”
Otro de los documentos intervenidos por las fuerzas de seguridad se titulaba “Si eres metopa (término para referirse a los miembros del Ejército) no eres musulmán”. Ese camino fue el que siguió Zakaria Said, quien en 2012 decidió trasladarse a Mali junto a otros miembros del grupo. Antes de partir, dirigió este mensaje de despedida a su madre: “Si no nos reencontramos en esta vida, nos reencontraremos en el Edén. Si Alá quiere”.
El encargado de llevarle desde Marruecos a Argelia fue precisamente el otro ex militar, Zizaoui, hombre de confianza del ‘Doberman’. De ahí, Zakaria pasó al norte de Mali, donde recibió adiestramiento en el manejo de explosivos, una actividad en la que terminó especializándose. Tras su entrenamiento fue nombrado “policía religioso” de la región de Gao, controlada entonces por los yihadistas.
Mensaje desde Mali a los melillenses
Pronto pondría en valor su experiencia militar para acabar ostentando el cargo de comandante de la Kathiba Al Quds de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). El 2 de septiembre de 2015 el grupo difundió un vídeo al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL para informar de un atentado contra cascos azules en Mali. En él aparecía Zakaria instando a los melillenses a unirse a la yihad. Pese a que todo el vídeo es en árabe, él se dirige a la cámara en castellano.
Los expertos en la lucha antietrrorista creen que Zakaria murió poco tiempo después en otro enfrentamiento. Mejor suerte corrió otro yihadista que viajó con él y que regresó a Melilla para ayudar al ‘Doberman’ en sus tareas de captación. Se trata de Benaisssa Laghmouchi, quien empezó a reclutar radicales cada vez más jóvenes, incluso menores de edad. Entre su grupo de fieles estaba un sobrino del jefe. Para la financiación de sus actividades no dudaban en cometer actos de delincuencia como el asalto que realizaron en la casa de una vecina a la que llegaron a poner un cuchillo en el cuello antes de robarle joyas y dinero en metálico.
Fraude al seguro y sociedades en Dinamarca
Otra vía de ingresos documentada en este informe consistía en simular accidentes de tráfico entre ellos para cobrar la indemnización de las aseguradoras. El propio Zakaria, para sufragarse su viaje a Mali, destinó 1.500,23 euros que la compañía AMA le concedió por un accidente con su moto. También contaban con un entramado societario en Dinamarca gracias a su relación con otro yihadista afincado en ese país, pero que había residido durante un tiempo en Melilla.
Se trata de Kenneth Sorensen, quien tiempo después se desplazó a Siria para unirse al Frente Al Nusra. Allí murió el 3 de marzo de 2012. Había conocido al ‘Doberman’ en 2007 durante una peregrinación a La Meca. Las sociedades que crearon carecían de actividad comercial alguna y figuraban como titulares de las mismas miembros del grupo, entre ellos, los dos ex militares.
La mezquita As Salam de Melilla
Las acciones de este grupo del ‘Doberman’ se remontan al año 2005 en el barrio de la Cañada de Hidum en Melilla, y más concretamente en la mezquita As Salam. Allí acudían no sólo los fieles de Al Lal sino también otros radicales procedentes de Marruecos con los que tenían relación. El 'Doberman' habilitó en el garaje de su casa un gimnasio para que su célula se entrenase en artes marciales y realizasen ejercicios de musculación.
Contaban con un sistema de financiación que les permitía dedicarse en exclusiva a su preparación para hacer la yihad. En el domicilio del 'Doberman' se incautaron cheques y pagarés por valor de más de 30.000 euros. Entre otros efectos, contaba además con un manual sobre cómo fabricar armas biológicas mediante la difusión de la bacteria yersinia pestis, causante de la peste bubónica.
La yihad “en casa”
Entre los objetivos del grupo se incluía también la posibilidad de realizar la yihad violenta “en casa”. A través de las búsquedas en Internet que realizó otro de los procesados, Kamal Mohamed Dris, se encuentran diversas consultas sobre la ubicación de las sedes de altas instituciones del Estado en Madrid. Este yihadista se interesó por la localización del Tribunal de Cuentas, el Tribunal Constitucional, el Congreso de los Diputados o la Comandancia de la Guardia Civil.
“No creemos en vuestros dioses, leyes ni constituciones y hemos rechazado vuestros parlamentos, a los que adoráis a la vez que a Alá, entre nosotros y vosotros ha surgido allí la hostilidad y el odio para siempre”, difundía este grupo cuyos integrantes detenidos serán juzgados próximamente en la Audiencia Nacional.