La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos abre un periodo de incertidumbre que, más allá de los mercados, afecta a los movimientos geoestratégicos de buena parte del mundo. Desde Europa se observan con inquietud las promesas en materias de Defensa promulgadas por el recién elegido presidente de Estados Unidos: ¿se resentirán las relaciones entre la OTAN y la UE? Y, desde España, se lanzan preguntas más concretas. ¿Qué ocurrirá con las bases de Morón de la Frontera y Rota, donde están desplegados miles de efectivos estadounidenses? ¿Afectará el discurso de Trump a los acuerdos de cooperación militar entre ambos países?
A Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, no le ha quedado más remedio que salir al paso para tratar de tranquilizar a sus socios de la Alianza Atlántica: "[Trump] cumplirá con sus compromisos", advirtió. Trump prometió en su campaña electoral que, si la Unión Europea no se reforzaba en materia de Defensa, la OTAN viraría su rumbo para atender exclusivamente sus intereses.
Desde diferentes sectores se han tendido puentes de diálogo. El expresidente Barack Obama, en su gira de despedida por Europa, ha tratado de tranquilizar a sus dirigentes: "Uno de los mensajes que voy a trasladar es su compromiso con la OTAN y la Alianza Atlántica", advirtió tras su encuentro con Donald Trump.
Pero, a pesar de los mensajes tranquilizadores, el discurso del presidente electo de Estados Unidos ha provocado honda preocupación en el seno de la Unión. La posibilidad de establecer una política común europea de Defensa lleva tratándose desde hace años, pero el debate se ha reabierto en la última cumbre de ministros celebrada en Bruselas.
Los presupuestos de Defensa
La exigencia de Donald Trump que más afectaría a la política de Defensa española está relacionada con los presupuestos. De acuerdo a su discurso, los países miembro de la UE deberían redoblar sus esfuerzos en materia de Defensa para alcanzar una inversión equivalente al 2% de su Producto Interior Bruto (PIB); España, en concreto, no alcanza el 1%.
María Dolores de Cospedal, que realizó su primer viaje a Bruselas tras asumir la cartera de Defensa, insistió en la necesidad de afianzar una política común europea que, más que dependiente, llegue a ser complementaria a la de la OTAN: "Una Europa fuerte en Defensa, capaz de contribuir junto con la Alianza a la seguridad de nuestro espacio de interés, necesita de unas capacidades militares sólidas, coherentes con nuestro nivel de ambición y que estén a disposición de la UE, de la OTAN y de las naciones", advirtió la ministra.
Las bases de Morón y Rota
Los acuerdos bilaterales más destacados en materia de Defensa entre Washington y Madrid están centrados en las bases militares de Morón de la Frontera y Rota.
En la primera, Estados Unidos cuenta con una fuerza de despliegue rápido constituida por más de 2.000 efectivos. Su misión es la de responder ante cualquier riesgo o amenaza que pueda surgir en el norte de África o en algunos escenarios de Oriente Medio.
En la segunda hay desplegados cuatro destructores integrados en el escudo antimisiles de la OTAN. La base constituye un enclave estratégico para la geoestrategia de Estados Unidos, especialmente frente a la amenaza creciente de Rusia.
Según fuentes ministeriales consultadas por EL ESPAÑOL, no hay grandes expectativas de cambio sobre ambas bases militares, que son de propiedad española pero cedidas en parte a Estados Unidos. Las dos son de gran importancia para la estrategia militar diseñada por Washington y cualquier decisión debe atenerse al Convenio de Cooperación para la Defensa firmados por los dos países y renovado en 2015.