Las imágenes sobre la presunta violación de San Fermín son un total de 96 segundos repartidos en siete vídeos. En ellos se aprecia a los cinco jóvenes sevillanos rodeando en todo momento a la joven madrileña de 18 años en el rellano de un portal en Pamplona. Ellos sonríen, miran a la cámara, llevan ya muchas horas de fiesta como demuestran sus camisetas manchadas de vino.
Todo sucede en un pequeño espacio de pocos metros cuadrados. La joven, a la que agarran en varias ocasiones del pelo, del cuello y de las caderas para dirigirla, permanece en todo momento con los ojos cerrados, sin hablar, “adoptando un rol pasivo sin tomar iniciativa”, según recoge el informe pericial que obra en el sumario del caso.
Se trata de la principal prueba que obra en la causa y su análisis pericial será clave para determinar si hubo violación o si por el contrario, se trató de una relación sexual consentida. EL ESPAÑOL ha tenido acceso a multitud de fotogramas extraídos de esos 96 segundos de vídeo -el soporte audiovisual nunca ha salido del Juzgado-. Sin embargo, la dureza de algunas imágenes impide mostrar en su totalidad y con continuidad el desarrollo de la escena, tal y como aparece en los informes. Además de lo que se ve, los investigadores policiales han analizado también lo que se escucha decir a los presuntos violadores.
“No chille, no chille”, “todos, todos”, “turno ahora, déjame” “espérate, no la levantes tanto” o “un poquito más flojito, tu”, son solo algunos de los comentarios que contiene la grabación que realizaron con sus móviles los propios miembros de La Manada (así se autodenominan). No hay en los siete vídeos una sola palabra de la joven denunciante a ninguno de los acusados. Ni una sola. Lo que sí reflejan los agentes son gemidos de mujer, no explicitando si son de queja o complacencia.
La versión de los detenidos -en prisión por estos hechos desde el 7 de julio- es que estas imágenes responden a sexo consentido. En ningún momento se aprecian golpes sobre la chica, ni violencia física como para causar a la joven lesiones de consideración. No obstante, el informe realizado por la Policía Foral pone en cuestión la teoría de los acusados. Concluye que la denunciante “permanece con los ojos cerrados constatándose que no se produce ningún diálogo verbal con los investigados o intercambio de palabras mientras estos realizan actos de naturaleza sexual”.
“A nivel de interacción corporal/física con los investigados, se observa que la denunciante adopta un rol pasivo y neutro con respecto a los actos y juegos de naturaleza sexual de los investigados. Solamente en una escena se ha detectado cierta iniciativa, no pudiendo precisar si obedece más bien a una reacción instintiva u automática que a un acto consciente y deliberado”, añade el informe de la Policía Foral. Estos argumentos los refleja también el juez en sus autos cuando dice que “no se detecta colaboración, sino ejercicio de superioridad física por parte de los agresores”.
“Ella estaba disfrutando”
Los detenidos se negaron a declarar ante el juez después de su detención. Lo hicieron dos meses después, desde prisión y por videoconferencia. Algunas de esas declaraciones se han difundido esta semana, entre ellas la de José Ángel Prenda, quien negó que la chica fuese forzada: “En ningún momento ella dijo no, en ningún momento se negó, en ningún momento ella se sintió incómoda... Nunca, nunca ha pasado nada de eso. Al revés, se mostró cómoda con nosotros. No sé el motivo que le ha llevado a denunciarnos ni con qué intención lo ha hecho".
También ha trascendido el testimonio de Jesús Escudero, ‘Escu’, quien entre lágrimas manifestaba su rechazo a los violadores. “Nosotros nos lo estábamos pasando bien todos. Ella estaba disfrutando, estaba gimiendo y hacía comentarios como: 'métemela', 'me encantas tú'. En ningún momento, en ningún momento ella se sintió a disgusto o nosotros la tratamos mal", sostuvo.
Los vídeos grabados por La Manada no hacen una sola alusión a estas palabras, ni nada parecido. De hecho, las conclusiones de los agentes van más bien en la línea contraria. Sin embargo, la mayor parte del suceso –que se prolongó durante más de 15 minutos- no quedó registrado ni grabado en modo alguno. Es la palabra de la denunciante contra la de los denunciados.
El informe policial detalla que el primer vídeo se toma a las 3.11 horas de la madrugada y el último a las 3.21. Todavía en el portal, cinco minutos después, a las 3.26, el grupo saca también dos fotos de la joven con uno de los acusados. Es decir, sólo existen 96 segundos de imágenes de lo que sucedió en el cuarto de hora que el grupo permaneció en el interior del portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona la primera noche de fiestas de los últimos Sanfermines.
Seis de los vídeos fueron hallados en el teléfono móvil del guardia civil de La Manada, Antonio Manuel Guerrero Escudero, ‘Anto’. El séptimo apareció en el teléfono del militar, Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, ‘Arfon’. Las dos fotos, que tampoco se reproducen en esta información por su dureza hacia la presunta víctima, también fueron tomadas desde el teléfono del guardia civil. En los planos en los que no se aprecian sus rostros, los investigadores han podido determinar la participación concreta de cada uno de los implicados gracias a sus tatuajes, sus lunares o las camisetas que vestían esa noche (se sacaron muchas fotos durante la fiesta).
También por la ropa interior, que se aprecia al tener todos los pantalones bajados. Otro elemento identificativo es el calzado, ya que muchos planos enfocan a sus testículos y permite ver las zapatillas que llevaban. Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, el juicio por estos hechos se espera para fechas próximas a Semana Santa.
Primer vídeo (6 segundos)
Lo graba el agente del Instituto Armado, suspendido de sus funciones mientras se investiga el caso. “Durante toda la secuencia se observa cómo la denunciante permanece con los ojos cerrados, constatándose que no se produce ningún diálogo verbal con los investigados o intercambio de palabras mientras estos realizan actos de naturaleza sexual. Ella adopta un rol pasivo sin tomar iniciativa”, dice el informe pericial. En cuanto a este primer vídeo, tan sólo se escuchan sonidos de gemidos y jadeos.
En su declaración ante el juez, la denunciante relató que le arrancaron la riñonera y un jersey y los tiraron al suelo. Que la rodearon entre todos y uno de ellos la cogió de la cara y le obligó en ese momento a hacerle una felación. Que en este momento no sabía cuántos chicos estaban, ya que estaban todos encima de ella rodeándola y no podía ver bien. Que otro la cogió por detrás bajándole los legins y el tanga y la penetró.
Segundo vídeo (22 segundos)
También lo graba el guardia civil. Es en este tramo donde se aprecia el único momento de “cierta iniciativa” por parte de la presunta víctima. Se trata de una escena grabada en el intervalo entre los segundos 00:14 a 00:16 cuando la denunciante toca las partes íntimas de uno de los investigados. No obstante, los investigadores que han analizado el documento no son capaces de determinar si lo hace de forma consciente.
En estos 22 segundos sí se escuchan comentarios como “tú, tú, graba” o “sigue, sigue, sigue, quilla cómeme, eso es, eso es”. En otro momento una voz masculina pronuncia las siguientes frases: ”¿Quieres que te la meta? Sí, pal fondo vale”. Pese al literal de estas palabras, los agentes las desvinculan de un significado sexual. Consideran que uno de los acusados le está preguntando a otro si quiere que mueva a la chica del lugar donde está a otro más al fondo del pasillo.
Tercer vídeo (10 segundos)
En este caso los audios registrados por la policía demuestran que el grupo se turna a para cometer las presuntas agresiones. “Turno ahora, déjame”, dice uno de ellos. “Se escuchan gemidos y jadeos de una mujer que se solapan con un registro de sonido diferente, probablemente de varón, que dice ‘no chille, no chille’ a la vez que emite seseos”, añade el informe. Sigue siendo el guardia civil el que graba las imágenes. Al inicio de este vídeo se aprecia cómo se sitúa el teléfono frente a su cara y en primer plano dice “todos, todos”.
En su primera declaración ante la Policía Municipal de Pamplona, la joven declaró que los acusados le taparon la boca para no hacer ruido. Aunque el contenido de los vídeos demuestra el interés de los detenidos por no hacer ruido, en ningún momento se aprecia que le tapen la boca a la denunciante.
Cuarto vídeo (14 segundos)
Los investigadores destacan que “no se llega a producir diálogo verbal o intercambio de palabras con los investigados mientras estos realizan actos de naturaleza sexual” (no lo hay en ninguno de los vídeos) e insisten de nuevo en el rol pasivo de la chica “llegándose a intuir en alguna de las secuencias como es incluso dirigida o guiada por los investigados, ya que se aprecia cómo la agarran de la zona posterior de la cabeza (nuca) y cuello, mientras están realizando actos de índole sexual”.
Quinto vídeo (39 segundos)
La Policía destaca que “en el estudio del vídeo, se ha llegado detectar y visualizar que hasta en tres ocasiones se ha agarrado del pelo a la denunciante por la parte superior de su cabeza, siendo muy evidente este extremo en la parte final del vídeo”.
En cuanto a los audios, se escuchan sonidos de golpes secos, cortos y rápidos (aproximadamente unos 25) solapándose con otro registro de sonido de fondo consistente en gemidos y jadeos con tono de voz femenino. A la vez que suenan estos golpes se oye una voz masculina que no puede ser individualizada, como agitada o nerviosa que dice “sshhh, tranquilo, tranquilo, tranquilo” y otra que dice “un poco más flojito tú, coño”. Unos segundos después se oye otra voz masculina que dice: “Quita quillo, espérate, no la levantes tanto, chupa ahí”.
Sexto vídeo (3 segundos)
Es de corta duración y tan sólo se escucha en un volumen bajo, y en susurros, lo que puede ser “ya, esto es lo que hay, para abajo”. Vuelve a ser una voz masculina, aunque los investigadores no logran identificar a su autor.
Séptimo vídeo (2 segundos)
Se escucha una voz masculina que pese a que en el inicio resulta imposible determinar el contenido de la alocución, en su parte final se extrae el siguiente contenido “... illo esto no tiene guasa” a la vez que de fondo se aprecian tres gemidos agudos, compatibles con voz femenina, así como el sonido de dos golpes similar al sonido de un cachete.
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