Cristina Cifuentes no sabe si podrá aprobar los presupuestos de 2017. Su equipo trabaja consciente de que su prórroga es factible. El puzle se ha roto y la presidenta de la Comunidad de Madrid ya no dispone de una mayoría sólida en la Cámara. Ciudadanos, que sostiene el Gobierno del PP, no amaga con votar junto a la izquierda. La rebelión es interna. La diputada popular Elena González-Moñux ha denunciado por acoso al portavoz de su grupo parlamentario, Enrique Ossorio. De baja por depresión y enfrentada a la dirección de su partido, no acude a las reuniones de trabajo y es posible que no participe en la sesión plenaria que se celebrará entre febrero y marzo con el objeto de aprobar las cuentas.
Azules y naranjas suman sesenta y cinco escaños, suficientes para sacar propuestas adelante. Podemos y PSOE, casi siempre enfrente, reúnen uno menos. Si Cifuentes no convence a Moñux para que vote el día de los presupuestos, habrá empate. El reglamento de la Asamblea, en ese caso, permite repetir la votación. Pero si a la tercera un bloque no se impone al otro, la medida queda tumbada.
El PP, a persuadir a Moñux
A finales de octubre, Elena González-Moñux, en el PP desde hace más de veinte años, acusaba en público a Enrique Ossorio, mano derecha de Cifuentes en la Asamblea, de haberla "insultado" y "humillado". El partido cerró filas en torno al portavoz, emitió un comunicado y no dio credibilidad a las palabras de la parlamentaria. Con un pleno a la vuelta de la esquina, el vicepresidente del Gobierno regional, Ángel Garrido, la llamó a su despacho, se interesó por su estado de salud y le pidió que fuera a votar para así mantener la mayoría. "Pusieron la política por delante de mi salud", se quejaba Moñux en conversación con este periódico. A pesar de estas palabras, acudió al pleno, votó y se marchó a casa. "Con eso demuestro que no quiero hacer daño a mi partido, que no se trata de eso", relataba. Frente a estas palabras, Ossorio reitera que Moñux lo utiliza como "cabeza de turco" de una estrategia que va más allá.
En el entorno de la presidenta tratan de restar importancia a lo sucedido: "Se solucionará. Estamos seguros. Ella, por encima de todo, es del PP". Pero Moñux, lejos de mostrar mejor sintonía con Cifuentes y Ossorio, ha denunciado al portavoz en los tribunales. Enarbola un informe de su psicólogo que menciona un "abuso de superioridad". De momento, el juez ha pedido el vídeo de pleno en el que ella asegura que el líder parlamentario popular la humilló susurrándole que no tenía ni idea de hacer su trabajo, que la iba a someter a un examen y que, si no se sabía la ley que debía presentar, no comiera para poder estudiarla.
El entorno de Cifuentes: "De verdad, no es grave"
Quienes engrosan el círculo más próximo a la presidenta explican que el problema "no es grave": "Los presupuestos de 2016 son buenos y muy sociales, así que no sería una faena prorrogarlos", relatan tras insistir que la historia de Moñux "no tiene pies ni cabeza". Según explican, varias personas del grupo están en contacto con ella en busca de una solución que pueda devolver la "normalidad" a la Asamblea.
Tan claro tienen que lo de Moñux se arreglará, que descartan con vehemencia que Cifuentes se plantee convocar elecciones: "De verdad, es que no estamos preocupados. Eso es una tontería".
Aunque varios diputados de Ciudadanos niegan la mayor: "La situación es muy complicada y en las reuniones se les ve preocupados". El grupo naranja explica a este periódico que "no se va a meter ahí", pero asegura estar dando a Cifuentes "un tiempo prudencial para resolverlo": "Si después de Navidad esto sigue así, daremos la voz de alarma. Prorrogar los presupuestos es grave". En cuanto a la posibilidad de que Moñux se reenganche, dicen: "Tiene muy mala pinta".
La trayectoria de Moñux
Elena González-Moñux (Madrid, 1962) ha pasado por varios niveles del partido en sus más de veinte años de militancia: gerente, concejal, diputada... A finales de octubre hizo pública su "acusación": "Todo fue complicado y me fueron arrinconando". Asegura que sus compañeros sólo le apoyan en privado, cohibidos por un "juego de lealtades" que suele terminar en una suerte de "espiral del silencio".
Como ejemplos concretos de "acoso" se refirió al ya relatado suceso del pleno y a un encuentro con Ossorio en el despacho del portavoz. Siempre según su versión, le habló a gritos y la llamó "tonta". La cuenta atrás ha comenzado y Cifuentes deberá convencer a González-Moñux si quiere renovar sus presupuestos de cara a 2017.