Cartas, banderolas y papeletas. Manuela Carmena celebrará entre el 13 y el 19 de febrero más de tres 'referendos' en Madrid. Algunos abiertos a todos los madrileños mayores de 16 años, otros por barrios. Por primera vez en la legislatura, la papeleta podrá entregarse por correo o depositarse en la urna, además de la participación a través del portal web del Ayuntamiento. Para "celebrar la fiesta de la democracia directa" el Gobierno municipal empleará alrededor de 280 urnas, una cifra confirmada por el concejal de Participación, Pablo Soto, en un corrillo con periodistas.
El Ayuntamiento enviará una carta a todo aquel que tenga derecho al voto e incluso dará la posibilidad de responder la misiva por franqueo. "Por eso los costes también dependerán del número de participantes", relata Soto. El concejal de Participación reconoce "el reto logístico" que afronta el Consistorio: "Estamos analizando la situación. Colocaremos las urnas en varios sitios, no sólo en edificios municipales. No queremos que venga la gente, sino ir nosotros a ella".
Consultas no vinculantes
El área de Participación y Transparencia del Ejecutivo de Carmena está cristalizando los movimientos más chocantes respecto a la política del PP en años anteriores. El soporte 'Decide Madrid' -una tecnología ya compartida gratuitamente con otros treinta Ayuntamientos tanto nacionales como internacionales- ofrece a cualquier ciudadano la posibilidad de proponer. En caso de alcanzar más de 27.000 firmas -el 1% del censo de la capital-, el proyecto se votará en las urnas. Es el caso de "Madrid 100% sostenible" y "Un billete de transporte único" que, unidas a la consulta sobre la reforma de la Plaza de España, protagonizarán las votaciones de febrero. Las dos primeras no son de carácter vinculante, lo que ha motivado las quejas de la oposición. Sólo en la impresión de las papeletas, el Consistorio gastará más de 200.000 euros.
Preguntado por este extremo, el edil de Participación, Pablo Soto, contesta: "En España sólo son vinculantes las votaciones con motivo constitucional. A mí me encantaría que todas lo fueran. En nuestro caso, aunque sin serlo, hacemos nuestra la decisión de los ciudadanos y pretendemos llevarla a cabo". Ya con la vista en el PP, reta: "Si quieren reabrir la Gran Vía a los vehículos particulares, que recojan más de 27.000 firmas y celebraremos una consulta ciudadana. Me encantaría, de verdad". Estas palabras denotan el afán de los de Carmena por sacar las urnas a la calle.
Con el objeto de encorsetar los costes, la alcaldesa ya recluta voluntarios para los días de urna. "Ya se han inscrito cientos de personas", asegura el concejal. Pero, ¿qué expectativas de participación tiene el Ayuntamiento? La última vez, en la consulta de los presupuestos participativos -60 millones en manos de los madrileños-, tan sólo votaron 45.000 personas, lo que no alcanza siquiera el 2% de la población. Con esta cifra en el espejo, Soto arguye que, en caso de que se supere, los 'referendos' "no habrán sido un fracaso".
En el Consistorio se agarran a la participación máxima cosechada en legislaturas anteriores: "No superaron las 7.000 personas. Nosotros tenemos 189.000 inscritos en el portal".
Con la mirada en el siguiente curso y la intención de que estas sean las primeras de muchas consultas, el Ayuntamiento comprará las urnas en lugar de subcontratar el servicio y adquirirá banderolas propagandísticas reutilizables.
¿Cuánto costarán los referendos?
Faltan dos meses para las consultas y por eso quedan partidas por cerrar. De momento, es sabido que el Consistorio adquirirá las urnas en base a un contrato menor, por lo que el coste no sobrepasará los 18.000 euros. La impresión de las papeletas y su ensobrado -se enviarán por correo- rondará los 200.000 euros, a lo que habrá que sumar el coste del envío, un importe difícil de concretar debido al contrato al por mayor que el Ayuntamiento mantiene con Correos.