"Tras 22 años en la Guardia Real protegiendo al rey ahora no me contratan ni para camarero"
Luis Gutiérrez abandonó el Cuerpo al cumplir 45 años. Es uno de los miles de soldados afectados por la ley de tropa y marinería.
14 enero, 2017 02:13Noticias relacionadas
Luis Gutiérrez mira de soslayo los documentos que acreditan su expediente en el Ejército. Uno a uno, revisa unos papeles que son el resumen de su vida: su trayectoria en la Infantería de Marina y su incorporación a la Guardia Real, donde se desempeñó durante 22 años; los títulos que ha ido obteniendo en materia de seguridad a lo largo de su carrera; sus credenciales en el uso y manejo de armas. "Pero ahora parece que somos demasiado viejos para encontrar trabajo, que no valemos para nada", lamenta. Porque, a sus 46 años, su recorrido en el Ejército ha terminado. No por deseo propio, sino por imperativo legal.
*Vídeo de Moeh Atitar
El caso de este cabo primero del Ejército es uno más de los 76.686 militares de tropa y marinería que hay en España. Los soldados que ingresan en esta modalidad lo hacen cuando tienen entre 18 y 29 años, a sabiendas de que a los 45 pasan a ser "reservistas de especial disponibilidad". Traducido en otros términos: finalizan su relación con el Ejército cobrando una mensualidad de 600 euros con la compatibilidad de trabajar en otro lugar. En el último ejemplar de Revista Española de Defensa -editada por el Ministerio- se incluye un artículo que interpela al sector privado para que contrate a "héroes" que han combatido en Afganistán, Mali o Irak: "Les devolverán con creces hasta el último céntimo invertido", asegura el texto.
"Pero el problema es que no encontramos nada, que en la misma situación que yo están muchos, muchísimos compañeros. He servido durante 22 años a la Guardia Real [protegiendo al rey, entre otras funciones] y ahora no me contratan ni como camarero", apunta Luis.
- ¿Y cuándo terminó su trayectoria en el Ejército?
- El 1 de octubre de 2015
Enuncia la fecha de carrerilla, sin dejar terminar la pregunta. La tiene grabada a fuego porque era la víspera de cumplir 45 años. Recuerda el despacho de El Pardo (en Madrid, donde se ubica el Palacio Real) en el que un coronel le deseó suerte en su nueva etapa fuera del Ejército: "Me dijo que esa siempre iba a ser mi casa". De eso hace 15 meses y sus sensaciones ahora son muy distintas: "De pronto es como si no existieras".
Trabajo en seguridad privada
Desde Defensa se ofrecen algunas cifras sobre la reinserción de los efectivos que concluyen su carrera en esta modalidad: 65 plazas de oficial y 737 de suboficial en 2016 y cupos para acceder a plazas ofertadas en la Guardia Civil o Policía Nacional. Pero desde la Asociación de Tropa y Marinería de España se insiste en que estos datos no son suficientes y que se deberían alcanzar convenios con empresas privadas para favorecer la inclusión de los efectivos en otros sectores laborales.
"Porque ahora no nos quiere nadie, o casi nadie", esgrime Luis Gutiérrez. Según detalla, sus títulos en el manejo de armas no le han servido para acceder a puestos de seguridad privada a bordo de atuneros que faenan en aguas africanas: "Creía que siendo infante de Marina y todos los documentos sería sencillo, pero no es así -se aflige-. Y claro, tampoco encuentro en otros sectores, como la hostelería".
Por el momento, sostiene su economía familiar con los 602 euros que recibe por su condición de reservista de especial disponibilidad y con el paro (que dejará de cobrarlo en octubre). Su retribución como desempleado es compatible -con un descuento proporcional- con un trabajo que ha encontrado en una empresa de seguridad de privada, para la que trabaja diez horas al mes en el Palacio de los Deportes de Madrid.
"Cuando acabe el paro, si no encuentro nada, no sé qué pasará. He echado mi currículum en muchas empresas de seguridad, pero ninguna me ha llamado. Tenemos la hipoteca de nuestra casa en Fuencarral (Madrid), créditos, tarjetas... Mi mujer trabaja en limpieza y así vamos tirando. Vivo el presente, pero el futuro se acerca con dos hijos de 13 y 8 años, y pinta mal".
Un problema que llega al Congreso
El problema de personal de las Fuerzas Armadas fue uno de los primeros que se debatió en el Congreso en el arranque de la actual legislatura. Los diferentes grupos políticos aprobaron por unanimidad la creación de una subcomisión para analizar el caso y tratar de paliar los problemas. Además, en su primera comparecencia en la comisión de Defensa, la ministra, María Dolores de Cospedal, explicó los motivos que sustentan la ley de tropa y marinería: "No podemos tener un Ejército lleno de soldados de 50 años", apuntó.
Luis Gutiérrez, tras 22 años en El Pardo, pide más ayudas a los soldados que se encuentran en su posición para encontrar una salida laboral. Aunque, si le dieran a elegir, tiene una opción clara: "¡No sabes lo que se echa de menos! La piscina en el verano para los niños, ir a ver los caballos con ellos... Pero sobre todo un trabajo que es vocacional, a unos amigos con los que he compartido tanto y una vida que ya no tengo".