Al octavo día apareció el informe paralelo del 11M elaborado por la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC) de la Policía Nacional. Más de una semana después de que el exjefe de la Policía Eugenio Pino desvelase su existencia, la comisaría que estaba al frente de esas pesquisas -un mando de su máxima confianza- ha aportado el documento a los actuales responsables policiales. Ocho días de espera que abren nuevos interrogantes para los que, de momento, el Ministerio del Interior no tiene respuesta.
Consultado por EL ESPAÑOL, el Departamento que dirige Juan Ignacio Zoido no puede garantizar que el documento aportado sea el original al que se refirió Pino en la entrevista concedida al diario El Mundo el pasado 9 de febrero. Según dijo públicamente el exnúmero dos de la Policía, ese informe aclaraba algunas nebulosas sobre el mayor atentado terrorista sufrido en suelo europeo hasta la fecha. Bien es cierto que el propio Pino admitía que él no lo había leído, de lo que se deduce que su conocimiento del caso parte de lo que le transmitió la BARC, una brigada creada por él mismo y que actuaba bajo sus órdenes.
A la imposibilidad de acreditar el original -cuyo contenido no coincide con el descrito por Pino- hay que sumar que estos días todos los responsables de Interior preguntados por EL ESPAÑOL aseguran desconocer las actividades concretas que realizaba la brigada potenciada por Pino. Eso, a pesar de que contó con el aval del Gobierno. "Parece ser que en su día hubo un informe que tenían dos personas", acertó a decir el ministro esta semana en rueda de prensa al ser preguntado por este asunto sin ofrecer más detalles. Confirmó lo que ya adelantó este periódico: la Policía no encontraba el informe.
Pidieron las cintas de los atentados
El comunicado oficial de Interior ha anunciado el hallazgo del documento coincidiendo con la publicación de la sentencia del caso Nóos. Consta de cinco párrafos en los que se dice que “ha sido examinado por expertos de la Dirección General de la Policía”. Estos técnicos concluyen que el documento (de unos cien folios de extensión) “se limita a hacer única y exclusivamente una somera auditoría a los protocolos de actuación de la Policía Nacional, sin que incluya referencia alguna a otro asunto que no sea esa mera revisión de las actuaciones policiales”.
Fuentes policiales conocedoras de las gestiones que realizó la BARC en torno a este asunto aseguran que la brigada solicitó documentación a distintas unidades de la Policía que tuvieron participación en la investigación del 11M. Entre esas pruebas se encuentran las grabaciones originales de las cámaras de seguridad de las estaciones en las que explotaron los trenes. Según el oficio que remitió Pino a todos los comisarios generales y a los Jefes Superiores de Policía, todo el Cuerpo estaba obligado a colaborar con esta brigada cuyas actuaciones eran secretas.
No obstante, ahora los técnicos restan cualquier valor relevante a esos trabajos, según el comunicado oficial. “No se desprende la existencia de ninguna nueva línea de investigación a realizar y de la misma manera su contenido carece de trascendencia en el ámbito policial”, zanja. El documento (un pdf introducido en un CD) ya ha sido remitido a la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
De este modo, las fuentes consultadas por este periódico afirman que se da por bueno que Pino mintió en su entrevista al diario El Mundo, en la que llegó a pedir a Zoido que desclasificase el informe. Sus palabras han causado indignación en los actuales responsables de la Policía e Interior, que no le dan credibilidad al comisario ya jubilado.
Sin consecuencias disciplinarias
Por el momento, la tardanza en encontrar un documento sobre el 11M no ha tenido consecuencias negativas sobre la comisaria encargada de custodiarlo. Su brigada ha sido desmantelada por el nuevo director adjunto operativo de la Policía (DAO), Florentino Villabona, pero el nuevo destino de sus integrantes es el Centro Nacional de Desaparecidos, que depende de la Secretaría de Estado de Seguridad. Es decir, han sido acogidos dentro de la estructura del Ministerio del Interior de Zoido.
Aún queda por encontrar el informe del caso Faisán que Pino también dijo haber encargado a la BARC. Sobre este informe, Zoido admitió que existen dos copias que aún siguen buscando. El ex jefe de la Policía se refirió también a un informe sobre la desaparición de Marta del Castillo, un extremo que ha sido desmentido por el ministro y así se lo ha hecho saber al padre de la joven sevillana asesinada.
Noticias relacionadas
- El pendrive de los Pujol aparecido contiene 800 archivos utilizados ya por la Policía
- El informe del 11-M "carece de trascendencia" para la Policía y no aporta líneas nuevas de investigación
- La brigada 'secreta' de Pino investigó y dio por culpables a guardias civiles absueltos
- Zoido estalla contra la era Fernández Díaz por los "informes que no aparecen" y los pen drive sin custodia