Los atentados del 11M alcanzarán el mes que viene su decimotercer aniversario. Y tan sólo diez días después de esa trágica fecha se materializará la salida de prisión de uno de los condenado por aquella matanza Hamid Ahmidan Hamut. Este individuo era el primo del líder de la célula que colocó las bombas en los trenes, Jamal Ahmidan, alias El Chino, uno de los fallecidos en el piso de Leganés. Hamid fue condenado a un total de 23 años de cárcel por la Audiencia Nacional, pena que el Tribunal Supremo rebajó después a trece. Era una persona de la máxima confianza de su primo y su participación fue clave en varios episodios esenciales del mayor atentado terrorista de la Historia de Europa: se encargó de vigilar la finca de Morata de Tajuña y preparar el escondite para los explosivos.
Será el 21 de marzo, dentro de unas semanas, cuando Hamid Ahmidan abandone para siempre la cárcel asturiana de Villabona en la que se encuentra. Según han informado a EL ESPAÑOL fuentes jurídicas y penitenciarias, agota su pena en segundo grado penitenciario a diferencia de la mayoría de los condenados del 11M, que están en aislamiento (primer grado). Previsiblemente, este condenado nacido en Tánger (Marruecos) será expulsado a su país como ya sucedió en 2014 con otro condenado por aquel atentado: Rafa Zohuier.
Podrá ser expulsado a Marruecos
Para ello es necesario que la administración haga valer el artículo 57 de la Ley de Extranjería, según el cual “constituirá causa de expulsión, previa tramitación del correspondiente expediente, que el extranjero haya sido condenado, dentro o fuera de España, por una conducta dolosa que constituya en nuestro país delito sancionado con pena privativa de libertad superior a un año, salvo que los antecedentes penales hubieran sido cancelados”.
En el mismo momento en el que Zohuier salió de la cárcel de Puerto I (Cádiz), la Policía Nacional le trasladó hasta Marruecos. Eso a pesar de que su expulsión se topaba con el obstáculo de que había contraído matrimonio con una española durante su estancia en prisión. Por su parte, este nuevo excarcelado, Hamid Ahmidan, fue detenido a las 13 horas del día 25 de marzo de 2004 en el número 9 de la calle Marina Usera de Madrid. Su principal implicación en los hechos es que fue la persona encargada de esconder una parte sustancial de los explosivos en la finca que El Chino usaba en el municipio madrileño de Morata de Tajuña.
Según los hechos probados de la sentencia, entre enero y febrero de 2004, “con el objeto de ocultar la dinamita u otros objetos o sustancias prohibidas”, Hamid Ahmidan hizo un agujero en el suelo de un cobertizo que había junto a la casa, lo forró con planchas de un material aislante sintético y lo tapó “de forma que no era fácilmente distinguible del resto del suelo del habitáculo”.
Su participación en el 11M
El rastro de Ahmidan en los atentados también aparece en en un coche Renault Megane rojo que usaba habitualmente, propiedad de otro primo suyo llamado Hicham, quien días antes de los atentados se fue de España a Marruecos (allí fue posteriormente detenido y condenado a 15 años de cárcel por terrorismo y tráfico de drogas). Cuando el Renault Megane fue inspeccionado por la Policía, halló en su interior cuatro camisetas, un pantalón corto de deporte y unos guantes amarillos.
La sentencia explica que esa ropa pertenecía al propietario de la furgoneta Renault Kangoo que había sido robada entre el 27 y el 28 de febrero de 2004 en la calle Aranjuez de Madrid y que fue usada por tres miembros del grupo terrorista para desplazarse hasta Alcalá de Henares, en cuya calle Infantado fue recuperada el día 11 de marzo.
Para acreditar la vinculación de Hamid Ahmidan con el resto de la célula fue clave la declaración de El Chino, quien dijo que era “la persona de confianza"de su marido. La sentencia afirma incluso que el jefe de la red terrorista dejó a su primo como encargado del cuidado de la finca, proponiéndole que incluso se traslade a vivir allí porque él se iba a marchar de viaje durante seis meses”.
Tráfico de drogas
La Audiencia Nacional le condenó en 2007 a doce años de cárcel por un delito de pertenencia a banda armada y a once años por otro delito contra la salud pública por tenencia de una cantidad importante de drogas destinadas al tráfico. Cuando dos semanas después de los atentados la Policía entró a registrar su casa en la avenida Cerro de los Ángeles encontró 59 kg de droga, más de 125.000 comprimidos de MDMA, una balanza o báscula digital con bandeja y 19.010 euros en metálico además de documentación falsa. No obstante, aquel registro, aunque contó con autorización judicial, se hizo sin la presencia de Ahmidan, razón por la que el Tribunal Supremo lo consideró inválido y le absolvió de la acusación por tráfico de drogas.
Sí estaba presente en cambio en el registro que un día después realizó la Policía en el que en ese momento era considerado su domicilio, en la calle Acebuchal. Allí los agentes encontraron una tableta de hachís con un peso de más de 300 gramos que estaba escondida en el altillo de un armario del pasillo. Eso sirvió para que el Tribunal Supremo le condenase a un año de prisión por un delito de tráfico de drogas “que no causan grave daño a la salud”.
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