El antecesor de Pedro Antonio Sánchez informó personalmente a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, de que el caso Auditorio estallaría y nada ni nadie podría salvar la carrera política del que todavía no era presidente de Murcia, como ha sucedido esta misma semana, cuando Ciudadanos ha roto el pacto de investidura por no dimitir tras ser investigado. Otros compañeros describieron directamente a Mariano Rajoy el mismo escenario. "Lo más grave es que sabía lo que podía pasar y no ha hecho nada". El expresidente de Murcia, Alberto Garre, denuncia en conversación telefónica con EL ESPAÑOL que la dirección nacional del Partido Popular, "a sabiendas de lo que existía, respaldaron" la candidatura de Sánchez. 
Garre responde a Génova que lo que está sucediendo en su región "no es ninguna broma" porque hay un auto de una juez de Lorca que ha abierto una pieza separada en el que se citan cantidades supuestamente desviadas hacia fines desconocidos. El expresidente de Murcia afea a su presidente nacional que "no mira los asuntos nunca de frente", "no acomete con contundencia" los problemas. 
A pesar de que todo el PP se ha unido para defender la inocencia de Sánchez, su antecesor en el cargo le pide distinguir entre "la responsabilidad penal y la política". La política "debe ser inmediata, ejemplar y generosa". Es decir, le pide su dimisión para evitar que la crisis se agudice más. "La justicia es lenta en España".
Garre, que también es presidente del Comité de Derechos y Garantías del PP en la región, asegura que el actual presidente "y quienes le apoyan desde Madrid nos han metido en la crisis institucional más grave de los últimos años". Es, a su juicio, "un carnaval político" en una autonomía "que lleva meses paralizada y escandalizada". De hecho, el histórico militante mantiene que "van a conseguir que para muchos se nos haga cada vez más difícil militar en este partido".
En Madrid, el Gobierno y el Partido Popular mantienen una misma línea estratégica: defender la inocencia de Pedro Antonio Sánchez hasta que la justicia diga lo contrario. Esa posición tan enrocada ha provocado que el pacto con Ciudadanos en Murcia estalle y que el acuerdo que firmaron Mariano Rajoy y Albert Rivera no atraviese su mejor momento. 


El Ejecutivo está tranquilo y considera que con su defensa a Sánchez no está siendo desleal a Ciudadanos, "su socio principal", y tampoco cree que la relación entre ambos se haya deteriorado. Es "algo normal en las relaciones políticas", aseguró el portavoz gubernamental, Íñigo Méndez de Vigo, tras el Consejo de Ministros de este viernes. De hecho, en Moncloa creen que Ciudadanos "está pagando el coste de no gobernar" porque "no puede participar directamente en las decisiones y no disponen de todos los elementos de juicio para comprender por qué se hacen unas cosas u otras".