Descuartizado e incinerado: así se encubrió el asesinato del desaparecido en Rivas (Madrid)
Una persona ha sido detenida por el asesinato y otras tres por ayudar a deshacerse del cadáver del joven desaparecido en agosto.
17 marzo, 2017 15:00La Guardia Civil ha logrado esclarecer el homicidio de un joven de 28 años, al que un hombre mató en agosto pasado en una vivienda de Rivas-Vaciamadrid tras una discusión por drogas y al que después incineró con ayuda de otras personas, que han sido detenidas al igual que el autor material.
Un suceso que, como ha relatado en rueda de prensa el comandante Julio César Martín, jefe de Policía Judicial e Información de la Guardia Civil en Madrid, comenzó en la noche del 10 de agosto pasado cuando la víctima llegó a la casa del supuesto autor del crimen y comenzó una discusión relacionada con las drogas.
Precisamente, la víctima, A.P.C., había pasado tres años en la cárcel por tráfico de estupefacientes.
En un momento dado, el supuesto autor, J.C., de 34 años, que, según las investigaciones, no había premeditado el homicidio, recurrió a un arma blanca y mató al joven, al que descuartizó después, a la vez que limpió la casa para borrar indicios. De hecho, llegó a pintar hasta dos veces algunas dependencias de la vivienda.
Para deshacerse del cadáver, J.C. recurrió a dos personas conocidas: una mujer que aportó el coche para trasladar el cadáver y un hombre con numerosos antecedentes por su importante actividad delictiva conocido como "Paco el loco", en cuyo domicilio la Guardia Civil llegó a encontrar un verdadero arsenal.
Según las pesquisas, el cadáver ya troceado fue trasladado a una finca de El Pardo, también en la Comunidad de Madrid, donde lo trocearon, tamizaron e incineraron varias veces, si bien los investigadores no han logrado averiguar dónde arrojaron las cenizas, aunque los restos biológicos hallados en la casa de Rivas y en otros escenarios han permitido identificar a la víctima.
No fue hasta diez días después de los hechos cuando la familia denunció su desaparición, toda vez que el joven vivía a caballo entre esa localidad y la capital.
En un principio, la Guardia Civil consideró esta desaparición de riesgo limitado y le buscó por centros sanitarios y sociales, pero poco después comenzó a sospechar de que podría tratarse de una desaparición forzada y centró las pesquisas en el círculo más cercano de la víctima, que aportaron datos sobre su relación con las drogas.
Así, dieron con J.C., que en su declaración incurrió en algunas contradicciones.
En la inspección de la vivienda de Rivas los perros especializados en la detección de restos biológicos marcaron varios lugares donde había sangre, como ropa, muebles y habitaciones a pesar de haber sido pintadas.
Las primeras hipótesis centraron la autoría en J.C. y en su compañero de piso, que no se encontraba en la casa en el momento de los hechos pero sí los conoció y los encubrió. Ambos fueron detenidos.
También descubrieron los agentes que el presunto autor había trasladado a un chalet de Serracines (Madrid) varios enseres. En su registro, la Guardia Civil encontró numerosos efectos ensangrentados y documentación relacionada con el hecho.
Asimismo, hallaron una libreta con anotaciones de una finca de El Pardo, donde había pasado una temporada y donde los agentes sospecharon podía haber trasladado el cadáver. También los perros detectaron restos biológicos que, sometidos al cotejo con los familiares de la víctima, no dejaban lugar a la duda.
Creen los investigadores que fue allí donde incineraron el cadáver, aunque han descartado que lo hicieran en alguna de las dos barbacoas de la finca. También han descartado que arrojaran las cenizas a un pozo que se encuentra en ese recinto.
Aunque no se trata de una banda organizada, en el caso participaron la mujer, que ofreció su coche, hizo labores de vigilancia y condujo el cadáver hasta El Pardo, y "Paco el loco", un hombre con multitud de antecedentes violentos por extorsión y lesiones y que vivía con una identidad falsa, "robada" a un español residente en el Reino Unido.
Posiblemente, cobró por su trabajo, según los investigadores, que encontraron en su vivienda de la calle López de Hoyos de Madrid 12 armas cortas de fuego, un arma de avancarga, una pistola ballesta, gran cantidad de cartuchería metálica, numerosas armas blancas así como chalecos, grilletes y placas identificativas falsas de la Guardia Civil.