La OTAN en el punto de mira. En sus cuatro meses al frente de Defensa, María Dolores de Cospedal ha fijado su obsesión por que España gane peso en la Alianza Atlántica. “Hay que sacar músculo económico”, y se comprometió a subir el presupuesto en la materia al 2% del PIB. “Hay que ser fuertes” ante las amenazas crecientes; no sólo las que se traducen en agresiones físicas -como puede serlo el yihadismo-, también frente a la inestabilidad y las dudas que generan Putin y Trump, entre otros. La ministra quiere que España tome las riendas y mueve sus piezas para conseguirlo. El nombramiento del nuevo jefe de la cúpula militar -el teniente general Fernando Alejandre- es un paso más en sus aspiraciones.
Curtido en las guerras de Irak (1991), Bosnia (1993) y Kosovo (2003), Alejandre cuenta con la confianza plena de otros miembros de la Alianza Atlántica. Eso se traduce en los altos cargos de responsabilidad que ha desempeñado, llegando a ser el segundo jefe del Mando de la Fuerza Conjunta de la OTAN en el cuartel aliado de Brunssum (Holanda). Con él como Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) -designación que se ha conocido este viernes- las Fuerzas Armadas ganan en proyección internacional, prioridad absoluta para Cospedal desde que asumió la cartera.
La tradición no escrita establecía que el siguiente JEMAD saliese del Ejército de Tierra. Alejandre sustituye al almirante general Fernando García, de la Armada; y antes que él, José Julio Rodríguez -ahora integrado en Podemos-, que era del Ejército del Aire. Otros nombres que sonaban con fuerza eran el del general Jaime Domínguez Buj, Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), y el del teniente general Juan Gómez de Salazar, Jefe de la Fuerza Terrestre. “También tienen muchas virtudes e igualmente estarían capacitados para el cargo, pero los cargos que ha desempeñado el nuevo JEMAD en la OTAN han sido un argumento de peso para su nombramiento”, resaltan fuentes militares a EL ESPAÑOL.
Músculo ante la inestabilidad
A medida que pasa el tiempo es habitual escuchar las voces que cuestionan el funcionamiento de la OTAN ante las principales amenazas. A las habituales críticas de Vladimir Putin hay que sumar las que ahora pronuncia Donald Trump: “Organización obsoleta” y “error catastrófico” son algunos de los calificativos que el presidente de Estados Unidos ha dedicado a la Alianza Atlántica.
Cospedal forma parte de esa corriente de la OTAN que quiere demostrar unidad en estos momentos críticos. De ahí sus continuos guiños a sus socios militares. “Hay que recuperar músculo económico”, ha señalado en sus intervenciones. “Cohesión”, “defensa común”, “enemigos comunes” son algunos de los términos que repite con frecuencia.
El nombramiento del nuevo JEMAD encaja en esta política. Nació en Madrid en 1956. Está casado y tiene tres hijos; dos de ellos han seguido la tradición castrense familiar y sirven en la Brigada Paracaidista, cómo él mismo ha hecho. “Cuenta con varias condecoraciones españolas y de la OTAN y la Medalla del Servicio Meritorio del Ejército de los EE.UU.”, detalla Defensa en un comunicado. Su figura servirá para tender puentes con otros aliados y fortalecer el papel de España ante las dudas externas -e interna- sobre la estructura de la Alianza.
Morenés, a Washington
La designación de Alejandre ha coincidido con la visita de Cospedal a Washington. La titular de Defensa se reunió con el secretario de Defensa de los Estados Unidos, James Mattis, en el Pentágono. “Hay que unir fuerzas frente al terrorismo yihadista”, dijo la ministra: unión frente a las amenazas.
Fue Íñigo Méndez de Vigo el encargado de anunciar los nuevos nombramientos tras el Consejo de Ministros de este viernes. Además del JEMAD Alejandre, se hizo oficial la designación de Pedro Morenés como nuevo ministro en Washington. El exministro de Defensa asumirá la responsabilidad de estrechar aún más los lazos en materia militar con Estados Unidos. Piezas de una misma estrategia para afianzar a España como un referente ante sus aliados internacionales.