El Gobierno ha vuelto a recibir otro espaldarazo a su cuadro macroeconómico, en esta ocasión por parte del FMI. El Fondo ha actualizado sus previsiones de crecimiento para la economía global en su informe World Economic Outlook en que ha incluido una revisión al alza de las estimaciones para España. En concreto, el organismo ha mejorado en tres décimas su anterior estimación para el PIB, hasta dejarla en el 2,6%, una décima por encima del cálculo incorporado por el Gobierno en su cuadro macro.
El FMI reconoce el buen ritmo de la recuperación cíclica de las economías desarrolladas, lo que le ha permitido elevar la previsión de crecimiento global en una décima, hasta el 3,5% (frente al 3,1% que creció en 2016). En este contexto se enmarca la revisión al alza de las estimaciones para España, un cambio que si bien resulta un respaldo para las previsiones del Gobierno, también enfría los ánimos para hacer nuevas revisiones al alza.
El Ejecutivo está estudiando elevar su previsión de crecimiento en la Actualización del Plan Presupuestario que tendrá que enviar a Bruselas antes del día 30 de abril. En ese documento se plantea elevar en algunas décimas su previsión del PIB para así sostener las estimaciones de ingresos que ha incorporado en el Presupuesto General del Estado. El Gobierno prefiere que sean los distintos organismos públicos y privados quienes revisen al alza sus estimaciones (dado el buen ritmo de crecimiento de la economía en el inicio del año), para así tener un argumento de peso que permita elevar sus propias previsiones. Sin embargo, la estimación del FMI no da mucho margen al Ministerio de Economía, ya que apenas prevé una décima más de crecimiento.
El Fondo cree que el ritmo de la recuperación se irá moderando y que al final de año la tasa de crecimiento se habrá ralentizado hasta el 2,3%, tres décimas menos del avance del conjunto del ejercicio. El descenso paulatino del ritmo de la economía se prolongará en 2018, con un avance del PIB del 2,1%.
El mayor crecimiento de España previsto por el FMI tendrá reflejo en las cifras de desempleo, que bajará en 2017 al 17,7% y hasta el 16,6% un año después, frente a las anteriores proyecciones del 17,9% y el 17%, respectivamente.
A pesar de esta mejora de las expectativas, la tasa de paro en España seguirá superando ampliamente la media de la zona euro, que se situará en el 9,4% este año y el 9,1%, situándose únicamente por detrás de Grecia, cuyo desempleo será del 21,9% en 2017 y del 16,6% en 2018.
El 'efecto Trump'
En el caso de EEUU, las previsiones del FMI apuntan a un crecimiento del 2,3% este año y del 2,5% en 2018, confirmando el pronóstico del pasado enero, pero mejorando medio punto porcentual de forma agregada las previsiones de octubre ante el impulso que la economía cobró durante el segundo semestre de 2016, gracias a la recuperación cíclica de la acumulación de existencias, el sólido aumento del consumo y la distensión prevista de la política fiscal.
En este sentido, el FMI señala que la orientación fiscal neutral proyectada para 2017 representa "una ligera distensión respecto de la que suponía en octubre de 2016", señalando que el pronóstico para 2018 supone "un estímulo fiscal considerable en Estados Unidos, resultado de la nueva política tributaria que aplicaría el gobierno federal".
De este modo, la institución supone que el déficit fiscal estadounidense habrá crecido 2 puntos porcentuales del PIB para 2019, lo cual implica un impulso fiscal equivalente a 1% del PIB.
"Hasta el momento, el nuevo programa de políticas previsto ha estimulado los mercados financieros y reforzado la confianza de las empresas, lo cual podría acelerar más el ímpetu actual", señala el FMI, advirtiendo de que, a más largo plazo, las perspectivas de la economía estadounidense son más moderadas porque el envejecimiento de la población frena el crecimiento potencial al 1,8%.
El 'brexit' tardará más en impactar
En cuanto a la zona euro, las nuevas previsiones del FMI auguran una expansión del 1,7% este año, una décima más que en enero, mientras confirman las expectativas de crecimiento del 1,6% en 2018.
Este ligero repunte estaría respaldado, según la institución por una orientación fiscal levemente expansiva, condiciones financieras acomodaticias, un euro más débil y los efectos de contagio beneficiosos del probable estímulo fiscal estadounidense.
Sin embargo, el FMI advierte de que la incertidumbre política que suscitan las elecciones venideras en varios países, sumada a la incertidumbre en torno a la futura relación entre la Unión Europea y el Reino Unido, presuntamente afectarán la actividad.
A este respecto, el FMI prevé que la economía británica crezca en 2017 un 2%, medio punto porcentual por encima de su pronóstico de enero, mientras calcula que en 2018 Reino Unido crecerá un 1,5%, una décima más que su anterior pronóstico.
"Las perspectivas a mediano plazo de la zona euro en su conjunto siguen siendo poco halagüeñas, ya que el crecimiento potencial proyectado se frenaría por una productividad débil, factores demográficos desfavorables y, en algunos países, los problemas aún no resueltos del sobreendeudamiento público y privado, con un elevado nivel de morosidad", apunta el FMI.
En cuanto al Reino Unido, la institución apuesta por una materialización más gradual de lo previsto de los efectos negativos de la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, incluyendo una pérdida de poder adquisitivo para los consumidores británicos tras la depreciación de la libra y su transmisión paulatina a los precios, así como el impacto de la incertidumbre en la inversión privada.