La evolución de los tipos de interés, el precio del petróleo y la inflación son las tres grandes amenazas sobre las previsiones económicas contenidas en el Programa de Estabilidad 2017-2020 que ha aprobado el Consejo de Ministros. Estos tres supuestos han sido estimados de una manera extremadamente continuista, por lo que cualquier turbulencia puede dar al traste con los equilibrios previstos por el Gobierno.
El Ejecutivo contempla que los tipos de interés prácticamente no se moverán en los próximos tres años. El euríbor a tres meses pasaría del -0,3 actual a un 0,1 en 2020, una variación de apenas cuatro décimas. La hipótesis oficial asume una curva de tipos prudente, ajena a las tensiones que se podrían generar con una política más activa de la Reserva Federal o a los diferenciales que se van a generar con economías como la del Reino Unido después del brexit.
Cuatro dólares de diferencia en el barril de crudo
En cuanto a la inflación, el deflactor del consumo privado que es el parámetro que emplea el Ministerio de Economía para calcularla, evoluciona positivamente según las estimaciones, pero muy moderadamente y nunca supera el 1,8, por lo que se mantiene por debajo del 2% que el BCE considera como su objetivo de estabilidad.
La previsión más conservadora es la del precio del crudo, que también es la que está más sujeta a los vaivenes de la política internacional. Economía estima que el precio medio del petróleo Brent para 2018 será de 53,5 dólares por barril, mientras que la Agencia de Energía de EE.UU. estima ya que será de 57,1 dólares, una diferencia de casi cuatro dólares por barril.
Sobre estas previsiones, el Gobierno ha estimado que el PIB crecerá un 2,7% en 2017, un 2,5% en 2018 y un 2,4% en 2019 y 2020. La tasa de paro pasará del 19,6% de media en 2016 al 17,5% este año y a un 11,9% en 2020. La cifra de paro prevista para finales de 2020 -un 11,2%- supone 16 puntos porcentuales por debajo del máximo desempleo alcanzado en 2013, explicó el ministro de Economía, Luis de Guindos.
“En 2020 se habrá recuperado todo el empleo destruido desde 2007”, comentó De Guindos, que añadió que uno de los datos más relevantes del nuevo cuadro macroeconómico es que España podría completar en 2020 ocho años con superávit por cuenta corriente, un hecho inédito en nuestra historia. Esto, según el ministro de Economía, da cuenta de que dicho superávit es sostenible y refleja un cambio estructural de la economía española: que el aparato productivo se ha orientado a las exportaciones. “España es competitiva”, subrayó.
Sin embargo, otros analistas consideran que este superávit podría evaporarse rápidamente con una subida de los precios del petróleo, pues tienen un gran impacto en la factura exterior de España.
La AIReF ve riesgos contrapuestos
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha avalado las previsiones del Gobierno en base a los supuestos con que se han formulado y las políticas que se han comprometido. El escenario macroeconómico lo juzga “probable” y las hipótesis de trabajo “factibles”.
Respecto al crecimiento previsto, la AIReF considera que hay riesgos contrapuestos: en el corto plazo son favorables o al alza (el Gobierno se quedaría corto en su estimación del 2,7% para 2017) y en el medio plazo son “moderadamente desfavorables o a la baja”.
En cuanto a los Presupuestos, la autoridad fiscal considera que existen riesgos al alza en el crecimiento del consumo público en el medio plazo.
El crecimiento de la demanda interna es el principal factor que alimenta el crecimiento español. Pero el Gobierno también vaticina un notable dinamismo en las exportaciones de bienes y servicios. Es aquí donde la AIReF ve “potenciales riesgos desfavorables o a la baja en el medio plazo por el lado de la demanda externa”. A su juicio, las principales fuentes de incertidumbre radican en el brexit y en la política comercial, fiscal y monetaria de EE.UU.