La plantilla de trabajadores del Canal de Isabel II recibió el pasado viernes un comunicado en sus correos corporativos. Lo firmaba el actual presidente de la compañía pública, Ángel Garrido. El tono de la carta a la que ha tenido acceso este periódico es básicamente de arenga a sus empleados tras los “lamentables hechos de los últimos días”. Pero también informa de que en la compañía se van a adoptar "medidas de control en las actuaciones de la empresa".
Garrido, hombre fuerte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, explica a sus trabajadores que el último Consejo de Administración, celebrado hace una semana, acordó “la adopción de una serie de medidas tendentes a reforzar la seguridad jurídica, el control y la transparencia en todas las actuaciones de la empresa”. El presunto saqueo del Canal ocupa el centro de la investigación de la Audiencia Nacional en la denominada Operación Lezo. Se estima que los anteriores responsables de la entidad defraudaron varias decenas de millones de euros públicos.
Vuelta a los orígenes
Garrido repite en esta carta interna la tesis que han venido defendiendo los actuales mandatarios de la Comunidad de Madrid desde que estalló el escándalo: “la empresa está colaborando activamente con la Justicia para el esclarecimiento de los hechos”. Además recuerda el cometido para el que nació el Canal de Isabel II hace más de 165 años: “suministrar a los madrileños un agua de excelente calidad”.
Entre las actividades bajo sospecha de las autoridades destaca la expansión que llevó el Canal por numerosos países de Sudamérica, una red que abarca a una veintena de filiales. Especialmente sospechosa fue la compra en 2013 de una compañía brasileña por un precio mucho mayor al real para luego repartirse el dinero público entre varios, según creen los investigadores. El Gobierno de Cristina Cifuentes ya ha anunciado una drástica reducción de la presencia del Canal en el extranjero.
“Somos una gran empresa pública cuyo principal activo sois vosotros (los trabajadores). Por eso no me cabe duda de que con vuestro trabajo y compromiso continuaremos siendo un referente de excelencia en el servicio público y un orgullo para todos los madrileños”, dice la carta de Garrido.
Malestar e incertidumbre
Sectores de la plantilla de la empresa lamentan a EL ESPAÑOL que este mensaje de apoyo llega tarde -fue enviado el viernes, más de una semana después de la operación- y de una forma discreta. Consideran que los actuales responsables del Canal deberían haber hecho una defensa pública de sus trabajadores y no a través de una carta interna horas antes del puente.
Por otra parte, destacan la incertidumbre que existe en torno a la continuidad de ciertos puestos clave de la compañía que formaban parte del equipo de Adrian Martín, ex gerente del Canal, detenido en la Operación Lezo. Las fuentes consultadas advierten que varios puestos de responsabilidad siguen ocupados por personas nombradas por él o que tuvieron poder de decisión en la era del expresidente madrileño Ignacio González.