Los favores que recibió Ignacio González de parte del hombre fuerte de Atresmedia, Mauricio Casals, iban más allá de influir en las informaciones de los medios de su grupo de comunicación. Así lo creen al menos los investigadores de la operación Lezo. Según fuentes del caso, la intercesión del empresario se enmarca en una estrategia en la que se buscaba la “impunidad mediática y judicial” del político, acosado por las investigaciones por corrupción en su contra.
González recurría a él de manera habitual y este era solícito a sus peticiones. Al menos eso es lo que extrae la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y lo que muestran las escuchas telefónicas que viene desvelando EL ESPAÑOL desde el primer día de la operación. Casals, presidente de La Razón, presumía de su poder, de ser “peligroso en el boca oreja”. También tranquilizaba a sus amigos enarbolando estrategias de comunicación con influencia en el devenir político.
"Me voy a dejar los cojones"
El empresario llegó a parar una información contra González en uno de los programas de mayor impacto de La Sexta, según otra de las conversaciones. También presumió en otra charla de ser capaz de poner todos los medios del grupo a disposición de sus intereses particulares. La extensa red de contactos de Casals le fue útil a González para conocer detalles de las pesquisas que se seguían contra él. Casals fue la persona que le dijo a González que Rodríguez Sobrino estaba “acojanado” porque una "magistrada amiga" les había avisado de que les estaban grabando las conversaciones.
Casals tuvo que acudir el mes pasado a declarar a la Audiencia Nacional acusado de un presunto delito de coacciones a la actual presidenta madrileña, Cristina Cifuentes, y de obstrucción a la Justicia. En este caso, la investigación se centraba en sus supuestas presiones para que la Comunidad de Madrid no facilitase a la Fiscalía información sobre el Canal de Isabel II. Le preocupaba lo que pudiese afectar a Edmundo Rodríguez Sobrino, el hombre fuerte de González en el Canal y también consejero delegado de la empresa editora del diario La Razón. “Me voy a dejar los cojones en defenderte”, le dijo Casals. Cifuentes tiene que ver que no es sólo La Razón, sino que está La Razón, Antena 3, Onda Cero, La Sexta..."
Finalmente, el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, decretó el archivo provisional de las acusaciones en contra de la decisión de la Fiscalía. El Ministerio Público calificó las actividades de Casals propias de una “organización criminal”. Para el sobreseimiento de la causa fue clave que la presidenta Cifuentes negase ante el juez haberse sentido coaccionada. Casals argumentó que esas expresiones eran solo para aliviar a su amigo. Sin embargo, según sostiene la Guardia Civil, Casals no usaba su influencia sólo para proteger a Edmundo Rodríguez, sino también para salvar a González.
"¿No puedes hacerle llegar a alguien?"
“Tú que estás ahí, ¿no puedes hacerle llegar a alguien?”, le llegó a implorar el político al empresario de la comunicación en otra charla. González -en ese momento imputado por el caso de su ático de Estepona- le mostraba su preocupación por las operaciones contra la corrupción política. “Se está yendo la mano en general de todo”, clamaba González, en prisión desde el pasado 21 de abril acusado del saqueo millonario de dinero público en el Canal de Isabel II.
“Es que yo creo que no hay nadie sensato ahora, pero, ¿no puede haber alguien sensato en el PP, en el PSOE, en los estos? que diga oiga, señores, que nos llevamos el país por delante”, decía el político, cuyo teléfono estaba intervenido. El expresidente madrileño invitaba así a Casals a resolver sus problemas “por detrás”: “joder, vamos a quitar esto de en medio, vamos a quitar la mierda, ya la barreremos como sea por detrás y vamos a preocuparnos (…)”.
Montilla y Zaragoza
En aquel caso concreto, tras preguntar González por alguien sensato en el PP y el PSOE, Casals le responde que ha estado comiendo con dos personas a las que se refiere como "Montilla y Zaragoza" con los que presume tener muy buena relación. Mauricio Casals es apodado en el mundo de la comunicación y la empresa como el príncipe de las tinieblas.
El término responde a su habilidad para moverse siempre en un segundo plano y al mismo tiempo de atesorar excelentes relaciones en el más alto nivel, incluido el Gobierno de Mariano Rajoy. Ahora la Guardia Civil sostiene en uno de sus informes que existen indicios para pensar que usó esa habilidad a instancias de González en busca de impunidad, en los medios y en los tribunales.
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