Podemos redobla su apuesta en su permanente lucha contra el PSOE por la hegemonía de la izquierda. La victoria de Pedro Sánchez en las primarias ha cambiado el paso a Pablo Iglesias y sus compañeros de filas, que deseaban que venciera Susana Díaz. Cambia el ganador esperado y cambia la estrategia. Por ello, el renacido líder socialista se encontraba este lunes con una propuesta envenenada: compartir moción de censura frente a Mariano Rajoy.
En el partido de los círculos creían que la victoria de la presidenta de la Junta de Andalucía beneficiaba más sus intereses a medio y largo plazo. Aunque en ningún momento lo dijeron públicamente, preferían que Susana Díaz se encaramase como secretaria general del PSOE y que una de sus primeras decisiones fuera decir "no" a la moción de censura presentada por Iglesias.
Contraataque de Podemos
La sorprendente victoria de Sánchez ha variado el rumbo de los de Iglesias. Este lunes, la ejecutiva de Podemos decidió poner en marcha un contraataque para poner otra piedra en el camino al nuevo líder del PSOE. El número tres, Pablo Echenique, sorprendía al anunciar que "el PSOE es un partido histórico que en estos momentos es necesario para cualquier acuerdo político que ponga fin al saqueo del Gobierno de Rajoy".
"Si Pedro Sánchez presenta una moción de censura en el Congreso de los Diputados, nosotros estaríamos dispuestos a retirar la nuestra para hablar de la que presente el PSOE", detallaba Echenique. "No es el momento de promesas, sino de hechos", agregaba. Horas después, el propio Iglesias insistía en esta tesis, después de habérsela explicado por teléfono al propio Sánchez. ¿Y qué le ha respondido el recién elegido? "Eso hay que preguntárselo a él", contestaba el líder de Podemos para aumentar suspense a su propuesta. Tanto Echenique como Iglesias insistían en que no ponen ningún tipo de plazo a Sánchez para responder.
Tiempos distintos
Más allá de las palabras y la ausencia de plazos, es evidente que se trata de una oferta envenenada para Sánchez. Podemos quiere marcarle el paso, con el argumento de que si quiere echar a Rajoy, es el momento de hacerlo. Así, si el nuevo PSOE no se suma a compartir moción de censura, en el futuro el partido de los círculos podrá acusar a los socialistas dirigidos por Sánchez de no cumplir con sus promesas o de no hacer todo los suficiente para desalojar al PP.
Ocurre, sin embargo, que el Partido Socialista de Sánchez tiene y quiere sus propios tiempos. No parece probable, a priori, que el secretario general recién elegido vaya a aceptar la propuesta. Además, los tiempos no concuerdan, porque Podemos ya tiene registrada su moción de censura con Iglesias como candidato y Sánchez no tendrá todo el poder hasta que se celebre el próximo congreso, los días 17 y 18 de junio. De hecho, todo apunta a que la moción de Podemos se debatirá en los días previos a que se celebre ese cónclave.
Ante estas dudas, Podemos responde que tiene tiempo de retirar su moción de censura hasta el día anterior a que se celebre. Y si tuvieran una promesa de Sánchez de que va a presentar la suya, ellos podrían retirarla y esperarle. Por ello, en las próximas semanas los portavoces del partido morado van a insistir en esta oferta.
En realidad, lo que esconde la propuesta de Podemos es simple y llanamente la lucha por la hegemonía de la izquierda. El propio Iglesias lo dejó claro el pasado sábado, durante la concentración en la Puerta del Sol, donde ante miles de personas él se centró en apelar a los votantes del PSOE. Los líderes de los dos grandes partidos de la izquierda parecen ya afanados en una carrera por ver quién es más contrario a Rajoy y quién hace más para acabar con el Gobierno del PP. Porque en el fondo ambos, Sánchez e Iglesias, están en permanente campaña electoral para conquistar a los votantes de la izquierda.