Felipe VI afronta este sábado su tercera pitada en un estadio de fútbol. El enfrentamiento entre Barça y Alavés reeditará el desplante al himno que el rey vivió por primera vez en la edición 2014-2015, también con el club catalán como protagonista, aunque aquella vez con el Athletic de Bilbao enfrente. El año pasado (Fútbol Club Barcelona-Sevilla) también se abucheó al monarca, en el mismo escenario que el de esta noche: el Vicente Calderón.
A su lado, en el palco, se sentarán los presidentes de País Vasco y Cataluña, Iñigo Urkullu y Carles Puigdemont. Este año, al contrario que el anterior, la delegación del Gobierno no ha prohibido la presencia de las esteladas en el recinto. Hasta el momento, más allá de las multas de Antiviolencia, la fiscalía ha decidido archivar las denuncias que buscaban la condena judicial del desplante a los símbolos nacionales.
La existencia de sectores independentistas en las aficiones de ambos clubes garantiza la pitada, a pesar de que la presión de asociaciones separatistas no se haya explicitado como en ocasiones anteriores.
El decálogo de buenas prácticas del Alavés
Ni Barcelona ni Alavés, a pesar de las multas recibidas por el primero de estos dos clubes, han pedido respeto, de forma institucional, para el himno y el rey. De hecho, el equipo vitoriano, en colaboración con el Gobierno vasco, ha elaborado un decálogo de buenas prácticas de cara a la final de Copa.
En el díptico -se repartirán más de 40.000 ejemplares- se aboga por el respeto a la afición visitante, a las decisiones arbitrales y a los vigilantes de seguridad, pero no se mencionan los pitos al himno.
Los abucheos al rey, con Puigdemont al lado, llegan menos de una semana después de que el president de la Generalitat, también en Madrid, lanzara su órdago a Rajoy: habrá diálogo para pactar un referéndum, pero si el Ejecutivo del PP se niega, Cataluña iniciará el camino a la desconexión a su libre albedrío.
La primera gran pitada
La primera gran pitada, aquella que sentó un precedente y replica lo sucedido cada vez que el Barça juega una final de Copa, tuvo lugar en 2008. Estadio de Mestalla (Valencia), Barça-Athletic, Juan Carlos I en el palco. Los sectores independentistas de las dos aficiones unieron fuerzas para empañar un himno que apenas sonó, a pesar de la potencia de los altavoces. El juez Pedraz archivó la denuncia que interpusieron Manos Limpias y Vox.
Dos ediciones después, Barça y Athletic volvieron a verse las caras en la final, esta vez en el Calderón, con un desenlace similar. Aquella fue la última gran pitada para el rey anterior.
Las multas
En 2015, con los mismos conjuntos sobre el tapete, Felipe VI debutó como monarca pitado. En esta ocasión, aunque la fiscalía volvió a archivar el caso, la comisión de Antiviolencia multó a los dos equipos, además de a la Real Federación Española de Fútbol.
El combinado catalán fue sancionado por un importe de 66.000 euros, de los cuales 6.000 respondieron a la pitada del himno. Las declaraciones de algunos de sus directivos, que el Barça presentó como alegaciones en su defensa, redujeron el castigo inicial. El Athletic, que no exhibió excusa, fue multado con 18.000. Para la RFEF, 18.000.
Así será el dispositivo de Seguridad
El encuentro ha sido catalogado de "alto riesgo". Delegación de Gobierno, Policía nacional y municipal, bomberos, Samur y Casa Real han organizado un dispositivo de 2.500 efectivos, entre ellos guías caninos, unidades de subsuelo, motos, coches y caballería.
Se prevé un estadio lleno, más de 50.000 espectadores; y las dos "fan zone" de los equipos también repletas. Debido lo riguroso de los controles a las puertas del Calderón, se abrirán las puertas tres horas y media antes del partido.
El dispositivo, según ha informado Delegación de Gobierno, se ha confeccionado teniendo en cuenta que España se encuentra en el cuarto peldaño -de cinco- de alerta antiterrorista.