Tras los fracasos en los paros convocados el pasado abril, el colectivo sindical de maquinistas del Metro de Madrid trata de aprovechar la semana del Orgullo Gay para forzar al Gobierno de Cifuentes y obtener los privilegios que requieren. Esta vez la huelga será ininterrumpida, desde la 13h del miércoles 28 de junio a la medianoche del viernes 30.
Los sindicalistas exigen la readmisión de dos trabajadores despedidos que no cumplieron con su horario laboral y ser reconocidos por la Seguridad Social como "maquinistas de tracción eléctrica". Pretenden que la Comunidad de Madrid reconozca en sus contratos el riesgo de contraer enfermedades por el desempeño de su trabajo; un extremo que en otros sindicatos y en el propio Ejecutivo regional se considera "desactualizado".
Ni un 10% de seguimiento
A pesar de la alta implantación de este sindicato entre los trabajadores -más del 70%-, las huelgas anteriores no alcanzaron el 10% del adhesión y los servicios mínimos no se vieron afectados. ¿Por qué? "Ni sus propios afiliados se creen aquello que reivindican. No tiene sentido. Ni siquiera el Metro puede reconocerles aquello que piden, es cosa de la Seguridad Social. Por otro lado, la mayoría de los maquinistas no está en eso", explica un sindicalista de la empresa de Metro.
Se prevé que más de 2 millones de personas visiten la capital de España durante la semana del Orgullo Gay. "Quieren chantajearnos con eso, ni siquiera aceptan negociar, sólo quieren que aceptemos lo que proponen. Tanto el reconocimiento de categoría como la readmisión de los dos despedidos no tienen sentido", relata a este periódico el consejero delegado de Metro, Borja Carabante.
A romper la "paz social"
Los maquinistas fueron el único colectivo del global de Metro que no se adhirió al último convenio suscrito, que buscó la paz social en la empresa. "Ojalá se imponga el sentido común y la desconvoquen, pero no creo que lo hagan", explica Carabante.
Fuentes sindicales explican a EL ESPAÑOL que la huelga tiene visos de "fracaso absoluto", teniendo en cuenta lo "desfasado" de las reivindicaciones como el resultado de los paros de abril.
Las condiciones de los maquinistas
Un maquinista cobra entre "35.000 y 50.000 euros brutos al año", trabaja "7,5 horas diarias" y dispone de 51 días de vacaciones. "Aquellos a los que perjudican con sus huelgas cobran casi siempre peor que ellos aun trabajando muchas más horas. No he conocido a ningún conductor de Metro que haya querido dejar su trabajo", dice el consejero delegado de la empresa.
Los trabajadores también piden un aumento en la seguridad de las cabinas, dotarlas de walkie talkis y el diseño de un nuevo protocolo ante la celebración de grandes eventos, aunque la readmisión de los trabajadores despedidos, algo que la Comunidad no está dispuesta a conceder, copa los mensajes que el sindicato ha puesto en circulación.