Acabado el congreso federal del PSOE, llegan todos los autonómicos. La decisión de partidarios de Pedro Sánchez de impulsar candidatos alternativos a dirigentes cercanos a Susana Díaz ha abierto una batalla de desenlace incierto. "Detrás de la foto de la unidad se esconde la paz de los cementerios", explican fuentes próximas a un barón crítico con Sánchez, que considera que la nueva Ejecutiva y Comité Federal son un primer intento de aniquilar cualquier visión distinta a la de Sánchez.
Ahora comienza la batalla por los liderazgos regionales del partido y tanto Ximo Puig (Comunidad Valenciana) como Javier Lambán (Aragón), dos de los barones que más se significaron contra Sánchez, temen que una derrota en sus primarias desestabilice los Gobiernos que presiden y que dependen de otros partidos.
"Si Ximo pierde las primarias, no le quedará otra opción que disolver las Cortes", explica uno de sus partidarios. "El pacto de Gobierno en la Generalitat es complejísimo y tiene muchos equilibrios, entre ellos la sintonía entre Ximo y Mónica [Oltra]", la líder de Compromís. Ambos comparten Ejecutivo con el apoyo parlamentario de Podemos.
"El president entraría en una reunión sin saber si puede tomar decisiones en nombre del partido o tendría que salir a consultar al nuevo líder. Pasaríamos de un tripartito a un cuatripartito en toda regla", segun las mismas fuentes. "Por otra parte, sería la propia Mónica y Podemos quien pedirían o forzarían las elecciones", explican. No en vano, al inicio de la legislatura, Compromís trató de hacerse con la presidencia de la Generalitat.
Este lunes por la mañana, Puig no perdió tiempo al anunciar su candidatura al congreso regional, que incluye las primarias por el liderazgo el 16 de julio. Fuentes oficiales del entorno del president desmienten "cualquier cambio que afecte al Consell" y aseguran que adelantar elecciones "no está ni ha estado sobre la mesa".
Al margen de lo que finalmente decida hacer en caso de perder, el argumento de la desestabilización del Ejecutivo regional ha sido ya expresado en público en varias ocasiones por Puig. "No se pueden separar la realidad orgánica de la realidad institucional", dijo Puig en la mañana de este lunes. El día anterior le parecía "evidente" que alguien quería debilitar su posición cuando el PSPV se encuentra en un buen momento de gestión.
Esos argumentos son vistos por sus adversarios como un burdo chantaje para evitar que se visualice que no tiene el apoyo de los militantes.
Ferraz se defiende
Para la nueva Ejecutiva de Sánchez, partido y Gobierno autonómico son compartimentos estancos. "No pueden decir que su liderazgo se debilita porque haya más candidatos" ya que las primarias están en los estatutos, recordó Óscar Puente en su estreno como portavoz de la nueva Ejecutiva del PSOE. En ese sentido, esa competición orgánica nunca podría ser una operación de Ferraz contra los que ahora ostentan el poder.
"La Ejecutiva federal no va a debilitar ninguna posición institucional de ningún referente", dijo. "No vamos a alentar candidaturas alternativas a nadie, pero tampoco las vamos a cercenar o impedir que se presenten". El problema es que la línea que separa el apoyo tácito del explícito es extremadamente delgada. Nadie duda de que la presentación de un candidato contra Puig como Rafael García, alcalde de Burjassot, horas después de que Puig diese el paso, cuenta con la simpatía del nuevo número tres del PSOE, José Luis Ábalos, cuando no con el aparato que controla y que le permitió ganar para Sánchez las primarias... precisamente frente a un Puig que quería hacer lo propio para Susana Díaz.
El Gobierno aragonés, ¿"a los pies de los caballos"?
En Aragón la situación es similar y el propio Javier Lambán, presidente del Gobierno autonómico con el apoyo parlamentario de Podemos, recela de cualquier cambio en el partido que debilite al Ejecutivo. Su tono es bastante más suave, entre otras cosas porque las primarias están más lejos y se celebrarán con toda probabilidad a la vuelta del verano.
Sin embargo, fuentes del PSOE en Aragón aseguran que la posibilidad de disolver las Cortes está sobre la mesa. "Un partido que no dé estabilidad a sus Gobiernos los deja a los pies de los caballos", dijo Lambán este lunes en Huesca. Y el Gobierno lo representa su presidente. Es decir, él.
"Represento lo que entiendo que es el principal bien político con el que el PSOE puede concurrir a las elecciones de 2019, que es la presidencia de Aragón", dijo. Por lo tanto, debilitar el liderazgo del partido es también minar el Ejecutivo regional, aunque los equilibrios no sean tan complejos como los de la Comunidad Valenciana. Tampoco la ventaja de Sánchez sobre Díaz fue tan abultada. En Aragón, la diferencia fue de dos puntos frente a los más de 30 de la Comunidad Valenciana.
A Lambán podrían hacerle frente la diputada por Zaragoza Susana Sumelzo, que ha entrado en la Ejecutiva, la histórica del partido en Zaragoza, Carmen Dueso, o el alcalde de Utebo, Miguel Dalmau, nuevo integrante del Comité Federal.
Page tiene antes otro test clave
El caso de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, es distinto. Podría tener que convocar elecciones, pero por no tener Presupuestos. En la actualidad rigen los prorrogados de 2016 tras el voto en contra de los dos diputados de Podemos. Podemos y el PSOE tenían sellado un pacto, pero a última hora el partido de Iglesias se unió en su rechazo al de María Dolores de Cospedal al considerar que sus demandas no habían sido satisfechas.
Page negocia ahora una segunda votación, que espera dejar amarrada a principios de julio. "De no tener estabilidad a corto o medio plazo, las elecciones son una posibilidad. Pero no por lo orgánico. No nos confundamos. A Page lo han elegido los ciudadanos y sólo él, con las personas con las que quiera consultar, tomará la decisión. Lo que pase en el partido no lo condiciona", explican fuentes de su entorno.
Page aún no ha decidido si se presentará a las primarias. De hecho, fue el único barón que claramente vinculó su continuidad a la victoria de Susana Díaz. Las primarias y el congreso se convocarán para finales de septiembre y octubre, por lo que Page tiene tiempo todavía para reevaluar su estrategia. Si logra aprobar los presupuestos, esa victoria podría ser un buen reclamo electoral. Si no lo logra, es posible que las elecciones fuesen inevitables.
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