La barcelonesa Montse Pérez ha tenido que alquilar a través de la plataforma Airbnb su propio piso para poderlo recuperar y durante la mañana del jueves lo mantendrá ocupado hasta que llegue el inspector del Ayuntamiento de Barcelona. Los hechos han sido denunciados a este y también han sido puestos en conocimiento del juzgado.
El problema comenzó el 12 de mayo cuando alquilaron a un ciudadano de 26 años con doble nacionalidad chilena y rusa el pequeño piso, un cuarto de casa, situado en el número 129 de la calle del Mar de Barcelona, en el popular y ahora turístico barrio de la Barceloneta. Así lo ha explicado a Efe la hija de Montse Pérez, Thais Franco.
El contrato de alquiler fue de 950 euros mensuales y en sus cláusulas se hacía constar que el inquilino no podía realquilarlo ni hacer un uso turístico. La propietaria se aseguró de que el joven, que le dijo que había sido trasladado de Londres a Barcelona para trabajar como asesor financiero, era solvente. Era creíble ya que mostró una nómina de 3.000 libras esterlinas al mes.
Una vez firmado el contrato, cuando la propietaria intentó contactar con el inquilino para hacer el cambio de nombre de los suministros ya no lo localizó. Cuando acudió a la vivienda comprobó que ésta estaba abierta y había sábanas encima de la cama, ha relatado su hija.
Los vecinos le comentaron que del piso entraba y salía gente con maletas y que estaba siendo usado como piso turístico.
Fue entonces cuando la familia descubrió que el piso que habían arrendado al chileno-ruso aparecía anunciado en la plataforma de viviendas turísticas Airbnb al precio de 200 euros la noche. Una ganancia de 6.000 euros al mes frente a los 950 que debía pagar el supuesto inquilino.
Montse Pérez y su hija Thais Franco descubrieron así lo que creen que es una posible organización que se dedica a alquilar pisos en Barcelona para después realquilarlos a turistas a través de la plataforma Airbnb, que no comprueba la titularidad de la vivienda, y obtener así grandes beneficios.
Reconquistan su propio piso
En esta situación las propietarias decidieron reservar su propio piso y el primer día que estaba libre fue este miércoles, tal como ha avanzado este jueves La Vanguardia.
Para que el inquilino no reconociera a la propietaria, la reserva la hizo su hija Thais Franco, quien, cuando acudió haciéndose pasar por turista, comprobó que quien le abría la puerta y le facilitaba las llaves era otra persona desconocida.
Montse Pérez y Thais Franco han recuperado de esta manera su vivienda, y, aunque desconocen las consecuencias legales, han cambiado la cerradura del piso.
Franco ha explicado a Efe que cuando acudieron a los Mossos a denunciar la situación éstos les dijeron que se trataba de un asunto civil en el que no podían intervenir, por lo que interpusieron una demanda judicial en el juzgado de guardia y comunicaron los hechos al Ayuntamiento de Barcelona, que este jueves enviará un inspector al piso.
Thais Franco ha asegurado que se trata de una organización que se dedica a este tipo de fraude ya que tienen conocimiento de que el chileno-ruso, al que no localizan, también ha alquilado otros inmuebles en Barcelona con el mismo fin: pagar 950 euros de alquiler al mes y obtener luego 200 por cada noche alquilándolo a turistas a través de la plataforma Airbnb.
La familia, que tenía que abandonar el piso a las 11 de la mañana de este jueves cuando finalizaba su reserva en Airbnb, considera que está en su derecho de recuperar su piso porque el inquilino ha incumplido las cláusulas del contrato.
Montse ya ha enviado un burofax al inquilino comunicándole la rescisión del contrato, sin embargo, éste no ha contestado.
El caso ha destapado una de las numerosas picarescas que se producen en Barcelona con el alquiler de pisos para satisfacer la enorme demanda turística que tiene la ciudad, especialmente en barrios atractivos para los visitantes, como son la Barceloneta o Ciutat Vella.
El Ayuntamiento de Barcelona ya ha requerido varias veces a la plataforma Airbnb, a la que ha llegado a multar con 600.000 euros, que colabore en detectar el fraude en el alquiler de pisos que no tienen licencia de turísticos y no publique los que no tienen licencia. No obstante, la plataforma hace caso omiso.
Airbnb retira el piso de la web
La empresa de alquiler de pisos turísticos Airbnb ha retirado de su plataforma el apartamento, que un inquilino ofertaba como piso turístico sin el conocimiento de la propietaria de la vivienda, Montse Pérez, según ha comunicado a Efe la plataforma.
Antes de retirar el anuncio, Airbnb ha responsabilizado al "anfitrión" -quien estaba alquilando el piso- de haberlo ofertado, y ha pedido "a todos los anfitriones que certifiquen que tienen permiso para anunciar su alojamiento" y "comprueben y sigan las leyes locales".