Un par de días después, otro capítulo de "La única Iglesia que ilumina es la que arde". Este sábado, los alumnos que se examinaron en la facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid se dieron de bruces con otro mural de pintadas anticlericales.
La madrugada del jueves fue la capilla de la Universidad Autónoma la que sufrió el ataque. Un cóctel molotov que se coló por la ventana arruinó una talla de San José y tiñó de negro las paredes y el suelo. El último intento por borrar las capillas de los centros de enseñanza pública se quedó en los muros que bordean el campus de Vicálvaro de la Rey Juan Carlos, que también dispone de un pequeño templo.
Los nuevos mensajes contra la Iglesia
"Iglesia fuera URJC", "Misas fuera, no más crucifijos", "Adiós misa URJC", además del ya clásico "La Iglesia que ilumina es la que arde", fueron los versos del odio escritos en estas paredes.
Según ha podido saber este periódico, algunos de los alumnos soliviantados por estos mensajes se han puesto en contacto con la decana de la facultad vía correo electrónico. Aunque no han recibido respuesta, el centro ya ha ordenado la limpieza de estas paredes, puesta en marcha durante el mediodía del lunes.
Cuatro ataques en apenas un año
El arzobispado de Madrid ya mostró su inquietud el viernes pasado, cuando la Policía fue alertada del artefacto incendiario que penetró en la capilla de la Universidad Autónoma por la ventana. Los símbolos anarquistas y el discurso guerracivilista -el lema "La única Iglesia que ilumina es la que arde" se remonta hasta 1936 y suele atribuirse a Buenaventura Durruti- se repiten en los tres últimos ataques contra lo eclesiástico que se contabilizan este año.
El 4 de enero de 2017 empezó la escalada de la violencia contra la Iglesia en Madrid. De madrugada, un asaltante profanó con un spray negro el Cristo de la parroquia Nuestra Señora de Nazaret, en Vallecas. También escribió en la pared: "La única Iglesia que ilumina es la que arde".
EL ESPAÑOL reconstruyó este episodio a través del testimonio de uno de los sacerdotes vallecanos, que zanjó: "Son jóvenes con el discurso de la Guerra Civil".
Ya en junio, el pasado viernes, llegaba el cóctel molotov contra la Universidad Autónoma. Apenas se había cumplido un año del anterior ataque al mismo lugar. En 2016, los jóvenes lograron acceder al interior y boicotearon el templo desde dentro.
El nuevo ataque refleja la solidez del discurso anarquista universitario contra las capillas en espacios públicos. Un profesor que suele aprovechar uno de estos templos resalta: "Sus referentes, los políticos de la izquierda, deberían condenar estos ataques con menos tibieza".
En Pastoral Universitaria, que aúna a muchos de los jóvenes católicos universitarios, circula indignación, además de las fotografías que hoy publica este diario. El mensaje transmitido por el arzobispado apremia: "La universidad debería ser el lugar por excelencia de búsqueda de la verdad y confrontación racional de ideas; un lugar donde siempre se defienda la verdadera libertad, cuya expresión más auténtica se manifiesta en la libertad religiosa como subraya la Iglesia y se reconoce en los Derechos Humanos".