Hace diez años, la noche de verano que dio fin en Madrid al EuroPride -sede europea del Orgullo Gay- un compañero del máximo responsable del evento, Juan Carlos Alonso, le dijo a este que “ya habían hecho historia”, que ya “no se podía hacer nada más”. Alonso -sin pensárselo tres segundos- le contestó: “No, ahora vamos a por el World Pride”.
En ese momento comenzó una larga carrera de fondo que ha durado una década y que esta tarde ha culminado con un Madrid histórico, que ha salido a la calle para gritar al mundo “viva la vida” de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Primero, las pancartas
No habían dado ni las cinco de la tarde y el asfalto madrileño ya había empezado a llenarse de banderas arcoíris. Madrileños y turistas salían en masa a la calle para arropar el acto central del Madrid World Pride, la manifestación estatal “por los derechos LGTBI en todo el mundo”. Por primera vez, la pancarta principal ha sido enarbolada por representantes políticos de todos los partidos del arco parlamentario -incluido el PP, después de años de desencuentros con el colectivo gay-.
Han sido en total más de dos decenas los políticos que se han colocado detrás de la pancarta junto a los dos presidentes de las asociaciones convocantes (FELGTB y Cogam). Podemos y Ciudadanos han querido mostrar su máximo apoyo al colectivo y han estado presentes su dos líderes: Pablo Iglesias y Albert Rivera, respectivamente. Ni Pedro Sánchez ni Mariano Rajoy han acudido a la gran convocatoria. Su lugar lo han ocupado ‘segundas espadas’ como los populares Javier Maroto y Andrea Levy y los socialistas Ángel Gabilondo, Carla Antonelli y Sara Hernández.
Las expectativas, cumplidas
En el año en el que se conmemora el 40 aniversario de la primera manifestación del Orgullo Gay en España -celebrada en Barcelona-, la ciudad ha cumplido las expectativas que en ella depositaron los comisarios del World Pride al elegirla como sede mundial del Orgullo LGTBI.
Con unas calles blindadas por miles de agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la manifestación ha transcurrido entre la Estación de Atocha y la Plaza de Colón, no más de dos kilómetros de marcha por el Paseo del Prado y el de Recoletos, dos de las arterias de la ciudad.
Entre pancartas, asociaciones de todas las comunidades autónomas han gritado en favor de los derechos de homosexuales al son de “igualdad, igualdad, igualdad”.
Colón, la cima
Al final del recorrido, en el escenario instalado en la Plaza de Colón también se ha podido tomar una fotografía para la historia. Después de que este año los organizadores levantasen el veto de asistencia al Partido Popular, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, también ha querido estar presente en el Orgullo Gay Mundial.
Junto a la alcaldesa Manuela Carmena, se ha dirigido a los presentes para recordar que aunque en los últimos años se han logrado muchos avances en favor del colectivo homosexual “todavía queda mucho por hacer”. Prueba de ello, el repunte de agresiones homófobas que vive la región.
La presencia de Cifuentes fue una sorpresa. Un día antes su agenda estaba vacía y los periodistas no sabían si la presidenta se asomaría la escenario del Orgullo. Un extremo que habría resultado cuanto menos raro, teniendo en cuenta que la Comunidad de Madrid ha colaborado estrechamente con el Ayuntamiento en la gestión del evento. Finalmente, la líder popular ha podido compaginar su cumpleaños con el Madrid World Pride.
"En cerca de 80 países nos criminalizan"
“Aunque hemos avanzado mucho en algunas partes del planeta, no podemos olvidar que en cerca de ochenta países hay leyes que nos criminalizan y castigan, incluso con la pena de muerte en nueve de ellos, por el mero hecho de ser como somos. Tampoco podemos olvidarnos de las personas con VIH/SIDA, cuyo estigma todavía perdura, castigando en especial a los países en vías de desarrollo”, se ha podido escuchar cuando se ha leído el manifiesto.
Manifestaciones como la de hoy siguen siendo, en palabras de los manifestantes, “necesarias, imprescindibles para empoderar, para avanzar, para hacer de este mundo un lugar donde se acabe con la violencia y la discriminación legal y social contra cualquier ser humano y donde, en suma, todas podamos desarrollarnos plenamente como personas”. “Nos queremos libres e iguales en nuestras diferencias”, han añadido desde la Federación Estatal de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales.
La llegada de las carrozas
Terminado el manifiesto y la participación de los políticos con las lecturas y discursos de Colón, llegaba el momento de las carrozas. Más del doble de unidades que el año pasado: 53. Con una ciudad completamente de fiesta, las calles se han llenado considerablemente a partir de las ocho de la tarde.
Por primera vez, y por motivos de seguridad, el recorrido ha sido vallado. El público no podía acercarse a los vehículos, tampoco a quienes circulaban tras las pancartas. Del mismo modo, la Policía ha estacionado un furgón en cada una de las intersecciones del circuito.
La Policía no ha catalogado ningún incidente de renombre y el Ayuntamiento habla de "cientos de miles de asistentes" a la espera de una cifra definitiva.