La relación entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez es, como mínimo, gélida. Según llegó a confesar el presidente a varios de sus colaboradores y luego publicaron algunos medios, considera al líder del PSOE un "marciano", el político con el que peor trato ha tenido. Sánchez defendió hasta el final el "no" a Rajoy y dimitió para no abstenerse, como hizo el grueso de su partido.
Su vuelta a la primera línea política puede haber gustado a los que en el PP y Ciudadanos creen en que un giro a la izquierda del PSOE les beneficia, pero plantea un obvio problema de interlocución con Rajoy, que tiene una mayor sintonía personal con Pablo Iglesias.
Así pues, la relación entre Sánchez y Rajoy no se resume en un "cuelga tú" que encaje en la teoría de que el PP y el PSOE son muy parecidos, sino en un "llama tú". En total, son 46 días de tira y afloja mediático antes de la esperada reunión entre el presidente del Gobierno y el reelegido líder de la oposición.
Este lunes, al secretario de Organización del PSOE le daba la risa cuando le preguntaban por la reunión o si era Sánchez quien tenía que llamar a Rajoy para pedirle una reunión. Pero después, José Luis Ábalos se puso serio. El líder socialista fue el primero en descolgar el teléfono para mostrarle su apoyo sobre Cataluña al presidente del Gobierno. Incluso a pesar de que Rajoy se había permitido ironizar en público con que, si no había llamado al nuevo líder de la oposición, era "para no molestarlo", una frase que cosechó una inmediata incredulidad en los periodistas que cubrían su rueda de prensa.
Las reuniones de Sánchez
"Depende de la agenda del presidente y de los modales del presidente", dijo Ábalos. "Parece un poco absurdo que estas cosas se estén planteando en los medios de comunicación teniendo teléfonos como tenemos hoy en día", añadió.
Desde que fue reelegido líder del PSOE, Sánchez ha tenido tiempo de verse con Pablo Iglesias, Albert Rivera, Alberto Garzón, los líderes de UGT y CCOO, el comisario europeo de Economía, Pierre Moscovici e incluso asociaciones ecologistas, entre otros. Pero la convocatoria de Moncloa no llegaba y el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, se hacía de rogar. "Veo que el señor Sánchez llama mucho y se habla con muchos, lo cuál está muy bien. Y lo que decimos es que estamos a su disposición para cuando él quiera", dijo el viernes, asegurando que Rajoy estaría "encantado" de verse con un líder por el que siente manifiesta adversidad.
Finalmente, la convocatoria llegó este lunes, apenas unas horas antes de que Sánchez pase por el único despacho importante que le faltaba: el del rey Felipe VI. La noticia del encuentro no era sólo esa cita sino también el contraste: hasta Felipe VI veía a Sánchez antes que Rajoy, que desde las primarias del PSOE ha pedido en numerosas ocasiones apoyo al principal partido de la oposición.
Rajoy verá a Sánchez 46 días después de que haya sido reelegido, pese a que en 2014 lo vio de inmediato. El PSOE ya ha anunciado que votará en contra del techo de gasto presentado por el Gobierno y que quiere tejer alianzas con otros partidos, especialmente con Podemos y Ciudadanos. Por ese motivo, aunque haya reunión, no está claro que salga algo en claro de ella.
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