Sánchez busca reconciliarse con Zapatero, pero da por perdido a Felipe González
El nuevo secretario general ha vuelto a felicitar por su cumpleaños al último presidente del Gobierno socialista.
10 agosto, 2017 02:32Noticias relacionadas
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Pedro Sánchez quiere hacer las paces con José Luis Rodríguez Zapatero. Entre el actual líder del PSOE y el último presidente del Gobierno que tuvo el partido (entre 2004 y 2011), ha mediado un abismo desde que todo comenzó a ir mal en el PSOE. Ambos se han criticado con dureza en privado y estuvieron enfrentados en las primarias por el liderazgo del partido. Sánchez encabezó su propio proyecto y ganó. Zapatero fue casi todo en la campaña de Díaz: la animó, la asesoró e hizo campaña por ella. Y perdió.
El nuevo líder del PSOE quiere pasar página, según confirman fuentes cercanas a EL ESPAÑOL. En el congreso del partido, celebrado en junio, hablaron, quedaron en llamarse y verse cara a cara. Desde entonces, el expresidente del Gobierno ha estado muy volcado en su mediación en Venezuela, adonde ha viajado. Ahora ambos se encuentran en sus habituales lugares de vacaciones, Zapatero en la isla canaria de Lanzarote y Sánchez en Mojácar (Almería).
Este 4 de agosto, Sánchez felicitó por su 57 cumpleaños a Zapatero, algo que sorprendió al expresidente y dejó perplejos a algunos de sus íntimos. Fuentes de Ferraz explican que el actual líder cree que la reconciliación con Zapatero es posible e infinitamente más probable que con Felipe González, a pesar de que el otro expresidente estuvo mucho más cerca de él en el pasado.
"Pedro va a intentar arreglarlo"
"Pedro va a intentar arreglarlo con Zapatero. Con Felipe es casi imposible", explica un destacado miembro de la Ejecutiva. Sánchez ha comenzado a hablar bien del último presidente socialista en discretos encuentros, algo que ha llegado a oídos del homenajeado. Sánchez también ha agradecido la labor de mediación de Zapatero en Venezuela, que contribuyó a la liberación del líder opositor Leopoldo López, aunque después volviese a ser detenido.
El análisis que se hace en el círculo cercano a Sánchez es que el carácter de Zapatero, su imagen pública (que creen que la Historia ha comenzado a rehabilitar poco a poco) y su actividad en política, aunque sea un segundo plano, aconsejan un acercamiento entre ambos.
Con González, la ruptura fue pública y casi a gritos. Fue en una entrevista concedida por el exjefe de Gobierno a la Cadena Ser en la que aseguró haber sido engañado. A Sánchez le cuesta olvidar lo que considera una amarga explosión de ira. Se produjo como prólogo de su dimisión como secretario general, ya que días después de las declaraciones de González tuvo lugar el ya célebre Comité Federal del 1 de octubre en el que dimitió.
Además, según el entorno de Sánchez, la imagen de González está muy erosionada, tanto por la naturaleza de sus actividades privadas como por sus incontenidas opiniones. González casa peor con la nueva etapa del partido y, por qué no decirlo, tiene menos ganas de seguir vinculado a la actualidad de la formación política, creen en Ferraz. "Poco a poco, Felipe comienza a ser pasado. Pero tenemos Zapatero para rato", razonan las mismas fuentes.
"Zapatero no es sólo Zapatero"
"Los de Sánchez creen que Zapatero es sólo Zapatero, pero no es así. Creó equipos, tiene vínculos muy fuertes con muchos de nosotros. Le debemos mucho por la confianza que generosamente depositó en nosotros", dice por su parte uno de sus exministros. Por ese motivo, rehacer la relación con Zapatero es aún más atractiva políticamente: significaría también suavizar la fricción con otros destacados socialistas leales a él y que hicieron campaña por Díaz.
"Lo que Pedro no entiende es que no se arreglan las cosas con un mensaje de cumpleaños sino poniendo en valor su acción de Gobierno y no poniéndola en cuestión", advierten. El entorno del expresidente asegura que él está dispuesto a pasar página, pero sigue convencido de que hizo lo correcto apoyando a Díaz. "La relación puede recomponerse, pero él no va a dejar de pensar lo que piensa", advierten.
Mejorar la relación con Zapatero podría ser importante para Sánchez, aunque sólo fuese de puertas para adentro. Le permitiría exhibir que ha cambiado como líder, tal y como asegura, que no quiere romper con la historia del PSOE y que en su proyecto caben todos: no sólo los que no le apoyaron durante las primarias sino los que hicieron campaña contra él.