Una cámara sitúa a la auxiliar detenida en la habitación de la anciana poco antes de su muerte
El juzgado instaló un dispositivo de grabación oculto en las zonas comunes para vigilar el acceso a los pacientes.
11 agosto, 2017 12:51Una camára oculta instalada en las zonas comunes del Hospital Príncipe de Asturias puede convertirse en una de las principales pruebas contra Beatriz López Doncel, la auxiliar de enfermería detenida en Alcalá de Henares el pasado 5 de agosto acusada de matar presuntamente a una anciana de 86 años tras inyectarle aire en las venas.
Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el dispositivo de grabación fue instalado hace más de un año por el Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudad madrileña en el pasillo de acceso a las habitaciones de la Unidad de Medicina Interna; el departamento donde estaba ingresada la fallecida y donde trabajaba Beatriz López desde hace varios años. Según las mismas fuentes, las imágenes grabadas por el dispositivo el pasado 3 de agosto fueron determinantes para que el juez decretara su detención, al situar a la auxiliar de enfermería en la habitación de la fallecida momentos antes del siniestro.
La cámara oculta, que monitoriza el acceso de médicos, enfermeras y auxiliares a la zona donde se encuentra internados los pacientes, fue instalada con la sospecha de que uno de los empleados podría estar provocando alteraciones médicas a los pacientes hasta causarles la muerte. En el caso de Concepción D., de 86 años, las primeras pruebas forenses dictaminaron que su fallecimiento se debió a un fallo cardíaco provocado por la entrada de aire en las venas. Una complicación que se produjo a 24 horas de que la paciente fuera dada de alta y pudiera marcharse a casa.
No era la primera vez que los facultativos sospechaban sobre un fallecimiento poco común dentro de esa unidad. En 2015, la dirección del centro trasladó a la Justicia su preocupación por la muerte de otro paciente. Pero la investigación, que recayó en el Juzgado de Instrucción número 4 de Alcalá de Henares, no encontró pruebas concluyentes. En ese caso, tal y como adelantó El País, las sospechas se centraron ya sobre Beatriz López, la auxiliar detenida ahora. Sin embargo, los investigadores no encontraron pruebas que la relacionara de forma irrefutable.
Fue entonces cuando el juzgado autorizó la instalación en las dependencias de la unidad médica de una cámara oculta. Un dispositivo que fuera capaz de registrar en todo momento el acceso del personal a las habitaciones. Cualquier otra medida, como la instalación de cámaras en las habitaciones de los pacientes o un seguimiento más estricto sobre la propia investigada, hubiera sido ilegal con las pruebas que entonces atesoraba en Juzgado, explican fuentes del caso.
Poco después de este primer suceso, Beatriz tomó una baja laboral que se ha prolongado durante un año y dos meses. En ese tiempo, los investigadores no detectaron indicios de irregularidad en el funcionamiento del departamento médico. Las cifras de mortandad estaban dentro de las estadísticas y los casos particulares no presentaban anomalías reseñables. Eso, hasta que el pasado 3 de agosto Consuelo D. falleció por una complicación médica cuando se encontraba a las puertas de volver a casa tras un período de ingreso hospitalario. Dos meses antes, Beatriz Lopez había regresado a su puesto de trabajo.
La tesis de la jeringuilla
Los investigadores del Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional trabajan con la tesis de que Beatriz entró en la habitación de la paciente y le inyectó aire con una jeringuilla hasta provocarle un fallo cardíaco. Pero eso va más allá de lo registrado por las cámaras. El pasado cuatro de agosto, un día antes de que el juez de guardia autorizara la detención de Beatriz, los investigadores revisaron una y otra vez las grabaciones de la cámara de seguridad y tomaron nota de todo el personal del hospital que el día anterior tuvo acceso a la paciente.
Según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, fue así como detectaron que la auxiliar ahora detenida accedió a la habitación de Consuelo antes de su fallecimiento. Y por ello el juez de guardia autorizó su detención inmediata y su traslado al centro penitenciario de Alcalá-Meco en prisión comunicada y sin fianza.