El comité de huelga de Eulen no propondrá el nombre de ningún mediador para redactar el laudo obligatorio con el que el Gobierno pretende zanjar el conflicto laboral en el Aeropuerto de El Prat y dejará éste en manos del Ejecutivo.
El asesor del comité, Juan Carlos Giménez, ha explicado a Efe que los representantes de los trabajadores de Eulen no ven sentido a participar en este proceso "cuando creemos que el laudo es ilegal y lo vamos a denunciar ante los tribunales".
"Al final va a ser el Gobierno el que pondrá a su árbitro. Será así sí o sí porque tampoco hay tiempo para que las partes se pongan de acuerdo. No vamos a proponer a nadie", ha subrayado Giménez.
Si no se designa un árbitro lo hará Fomento
El Gobierno ha notificado a las 11.00 horas de hoy el laudo de obligado cumplimiento para solucionar la huelga indefinida en Eulen Seguridad y las partes disponen ahora de un plazo de 24 horas para designar un árbitro.
En el caso de que no lo consigan, el Ministerio de Fomento asignará a una persona en las 24 horas siguientes que someterá, con carácter previo, a las partes para que formulen cuantas alegaciones estimen oportunas en relación con su imparcialidad.
El árbitro dictará su decisión en el plazo de diez días a contar desde la fecha de su designación.
Al mismo tiempo, el asesor del comité de huelga ha asegurado que, desde que la Guardia Civil ha incrementado su presencia en los controles del aeropuerto, "la seguridad ha bajado".
Según Giménez, "se está primando que no haya colas en los controles de seguridad y eso supone que los pasajeros pasan muy rápido", con lo que, a su juicio, no se realiza un control adecuado.
Noticias relacionadas
- La negociación de El Prat reaviva la demanda salarial en la Guardia Civil
- El Gobierno establece el arbitraje para acabar con la huelga en El Prat
- El Gobierno activa el laudo obligatorio tras el 'no' de los empleados de El Prat
- Amenaza de huelga en la seguridad de los aeropuertos de Valencia y Alicante
- Habrá consejo de ministros extraordinario el miércoles por la crisis de El Prat