Un ‘Gran Hermano’ para vigilar a los terroristas de Cataluña en prisión
Especialistas controlarán a Oukabir y Houli, desde lo que leen hasta su dinero del economato.
26 agosto, 2017 03:36Driss Oukabir y Mohamed Houli no se verán nunca en prisión. Los dos únicos encarcelados por los atentados de Cataluña tan sólo tendrán cuatro horas de patio al día. Desde la institución penitenciaria vigilarán lo que leen, lo que escuchan, sus visitas y hasta los movimientos en sus cuentas de peculio para comprar en el economato. Este control casi absoluto se extenderá incluso a sus relaciones con el exterior por si se comunican con personas con antecedentes, aunque no tengan que ver con el terrorismo. Así será la vida en la cárcel de estos dos presuntos terroristas sujetos al Programa de Intervención con los Internos Islamistas en los Centros Penitenciarios.
El pasado martes el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu envió a la cárcel de Alcalá Meco a Mohamed Houli, el joven melillense rescatado con vida de las ruinas de la casa de Alcanar. Driss Oukabir, implicado en el alquiler de la furgoneta usada en la Rambla y hermano de uno de los atacantes de Cambrils, fue trasladado a la cárcel de Soto del Real. Ambos se encuentran en prisión provisional sin fianza desde entonces.
Según informan a EL ESPAÑOL fuentes penitenciarias, lo habitual en estos casos es que se les aplique un régimen penitenciario similar a un primer grado, aislamiento, a pesar de que aún no han sido condenados y se encuentran en prisión provisional. Así se contempla en el artículo 10 de la Ley Orgánica General Penitenciaria previsto para los penados calificados de “peligrosidad extrema”. Oukabir y Houli se verán sometidos a constantes cambios de celda donde no tendrán compañía. Se busca que no puedan comunicarse. En caso de que sean finalmente condenados, no tendrán acceso a permisos penitenciarios de salida, al menos a corto medio plazo.
Informes semanales
Recientemente el número de presos por delitos relacionados con el terrorismo yihadista, en torno a 270, supera en una veintena a los internos etarras. A ese extenso grupo se unen ahora los detenidos por los atentados de Cataluña. Los subdirectores de la cárcel de Alcalá Meco y de Soto del Real coordinarán toda la información que se reciba sobre Houli y Oukabir y elaborarán un informe cada semana. En caso de que ambos detenidos mantengan síntomas de radicalización, ni siquiera podrán apuntarse a talleres y actividades de la cárcel.
A diferencia de la dispersión que se aplica a los presos de ETA, en el caso de los islamistas se apuesta por evitar que mantengan relación con perfiles semejantes. Lo más común es separarles, pero en diferentes módulos de la misma prisión.
Los funcionarios de prisiones podrán requisar a Oukabir y Houli grabaciones u otros sistemas de almacenamiento de audio o vídeo que pudieran contener reflexiones o discursos de autores radicales. "No se autorizará la tenencia de estos materiales por favorecer el reclutamiento o la radicalización, procediendo también a la intervención de los mismos cuando se detecten en los registros o cacheos", estipula el programa. En cuanto al "control sobre el movimiento de sus cuentas de peculio", se pide indagar sobre "el origen de aportaciones cuando resulten llamativas, así como las extracciones para otros internos, exinternos o personas vinculadas con estos".
"Seguimiento individualizado"
Estas medidas se apoyan en las que desde hace años se aplican a los presos incluidos en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES), que cuenta con un apartado especial para presos islamistas. Se trata de una base de datos que fue creada por la necesidad de disponer de una amplia información sobre determinados grupos de internos de alta peligrosidad.
Tras los atentados contra el semanario francés Charlie Hebdo en enero de 2015, Instituciones Penitenciarias aprobó una Instrucción que ordenaba ampliar la vigilancia de los presos islamistas en el FIES. Existen tres categorías: A (altamente radicalizados), B (medianamente radicalizados) y C (susceptibles de radicalización). Los del A y B ya recibían el tratamiento de presos FIES, pero se excluía "de forma expresa" a los del grupo C. La novedad desde el ataque a Charlie Hebdo es que Prisiones decidió incluirles también.
La idea de este programa de intervención es aumentar el control de algunos presos mediante la "observación, conocimiento e información por parte de los funcionarios". Se hace, por tanto, un "seguimiento individualizado y específico" sobre estos presos por parte de "especialistas". De este modo, "deberá mantenerse una permanente observación y control" sobre Oukabir y Houli y sus "relaciones con los funcionarios y con otros internos", "rol desempeñado y capacidad de liderazgo en los grupos organizados o espontáneos que se crean en los centros", así como "relaciones y posible vinculación con otros grupos".