Sara Hernández (Madrid, 1976) lleva dos años al mando del PSOE madrileño y sus críticos coinciden en que su mayor logro es que la federación haya dejado de saltar por los aires cada cinco minutos. El convulso PSOE-M (antes PSM y antes FSM) está acostumbrado a demasiados navajazos y demasiadas pocas victorias electorales en la comunidad y el ayuntamiento de la capital.
El mandato de Hernández, alcaldesa de Getafe y sin ambición de ninguna otra plaza institucional, comenzó con la preparación de las elecciones generales de diciembre de 2015. Después hubo que repetirlas y por el camino el PSOE estalló en una de sus disputas internas más agrias en décadas, que se saldó con una contundente victoria de Pedro Sánchez frente a Susana Díaz y Patxi López.
Ahora llegan las primarias por los liderazgos regionales. En 2015, Hernández contaba con el apoyo de Sánchez, pero ahora el líder ha optado por otro candidato: José Manuel Franco. Ella, que hizo campaña por Patxi López, revela en esta entrevista sus planes de ofrecer una candidatura unitaria para evitar que la pelea por el PSOE-M se convierta en una batalla de nombres. Entre sus medidas estrella: limitar a tres las legislaturas en un mismo cargo público o exigir una experiencia laboral de al menos cuatro años al que estrene uno.
Hay al menos cuatro candidatos a liderar el PSOE en Madrid. ¿Está atomizado el partido?
En nuestra región, el partido no está tan dividido como la gente puede pensar. Hemos dicho que el PSOE es el partido que más se parece a España. Si España es plural y diversa, y los socialistas queremos defender esa diversidad, ¿cómo no lo vamos a representar? Hay cuatro precandidatos confirmados y se oye de un quinto. No es más que la seña de identidad de un partido que tiene ganas de seguir avanzando, para fortalecerse y para lo más importante: ganar las elecciones en 2019.
¿Va a llegar hasta el final?
Voy a llegar hasta el final. No tengo en este momento elementos que me indiquen lo contrario. Estoy decidida y lo vengo diciendo desde septiembre del año pasado. Pero al mismo tiempo digo que se están produciendo conversaciones entre los diferentes precandidatos. Si llegan a buen término, actuaremos en consecuencia.
Queremos probar algo novedoso: la unidad previa a la elección. Por eso, desde aquí anuncio que voy a convocar al resto para que podamos poner encima de la mesa nuestro proyecto
¿Qué conversaciones?
Se habla mucho de unidad, pero siempre después de la elección. Desde nuestra candidatura queremos probar algo novedoso: la unidad previa a la elección. Por eso, desde aquí anuncio que voy a convocar formalmente como precandidata al resto para que podamos poner encima de la mesa nuestro proyecto, podamos confrontarlo y trabajemos para ver si podemos unificar esos proyectos sobre la base de la fraternidad. Entiendo que no hay nada lo suficientemente grave o diferenciador como para no trabajar de la mano. No nos unen las personas, nos unen los proyectos, las ideas y los valores del PSOE.
¿Lo que plantea es llegar a las primarias con una única candidatura?
Al menos, haberlo intentado. Se puede conseguir o no. Es como un matrimonio o una pareja. Creo que no hay nada lo suficientemente importante como para que no podamos seguir nuestra vida en común. ¿Por qué no nos merecemos el derecho, nosotros y los militantes de Madrid, de sentarnos en una mesa y hablar para ver si nuestros proyectos son tan diferentes? Esto no es una cuestión de nombres sino de proyecto político.
Si se pactase una candidatura de unidad, ¿estaría dispuesta a dar un paso atrás y no encabezarla?
O a encabezarla. Vivo este proceso con mucha naturalidad y frescura. Quiero lo mejor para mi partido y que haya el cambio necesario en 2019. El camino está por andar y el libro está por escribir.
Es decir, que para usted, ni su nombre ni el de nadie debería estar por encima de esa candidatura de unidad.
Ningún militante es más importante que el PSOE, que es lo que hay que fortalecer. Es sano que hablemos de política, que hablemos de consultas a la militancia, por ejemplo. He tenido la oportunidad de ver los proyectos de mis compañeros y, más allá de las generalidades, creo que sería necesario concretar un poco más. No veo grandes diferencias. Y si existen, no pasa nada por ponerlas en un papel y comprometerse de manera seria a resolverlas en el futuro. Y si llega el momento y la distancia es insalvable, no pasa absolutamente nada. Para eso están las primarias.
¿O es una candidatura de unidad o habrá las cuatro o cinco que están planteadas? ¿Para usted sería positivo la integración de varias candidaturas, aunque no fuese de todas?
Estaría contenta con que haya candidaturas y proyectos perfectamente diferenciados para que no hablemos de personas sino de ideas. Si después de ese proceso se puede llegar a algún acuerdo, perfecto. Si no, seguiremos adelante.
Para ser cargo institucional habrá que acreditar una experiencia profesional previa de al menos cuatro años con publicidad absoluta del currículum
¿Cuáles son las dos o tres medidas concretas que pondrá en marcha si es reelegida?
Atenderemos mucho a las agrupaciones y a la militancia, por ejemplo con consultas. Propongo que en el primer mes se apruebe el reglamento que regule las consultas y sean llevadas a cabo en temas concretos como cuestiones y mociones de confianza, pactos de investidura, acuerdos de Gobierno o cualquier otra cuestión que nazca de la militancia y llegue a la Ejecutiva.
También hablamos de limitación de mandatos, para que uno no pueda estar en un mismo cargo más de tres legislaturas. Para cambiar de un cargo a otro haría falta una legislatura de por medio, digamos que en blanco, aunque pueda haber excepciones. Queremos profesionales en la política pero no profesionales de la política. Otra propuesta es que para ser cargo institucional haya que acreditar una experiencia profesional previa de al menos cuatro años con publicidad absoluta del currículum.
Eso tendría efectos en su partido.
Hay alguna gente que su única cotización ha sido gracias a un empleo público. No es malo, pero si lo unimos a la limitación de mandatos… No puede haber profesionales de la política.
Con esas reglas, alguno de sus oponentes, como José Manuel Franco (que lleva más de 20 años en la Asamblea de Madrid), no sería hoy diputado.
No se aplicarían de manera retroactiva.
Los militantes ya no quieren ningún tipo de insinuación. Lo que a Pedro Sánchez le ha llevado a ser nuevamente secretario general ha sido luchar contra la idea de los aparatos
Hay quien dice que usted logró el liderazgo en Madrid en 2015 por el apoyo de Pedro Sánchez y que ahora tiene pocas posibilidades porque el líder del PSOE apoya a José Manuel Franco. ¿Su propuesta de candidatura de unidad nace de esa fragilidad?
No hay que quitarle mérito a los militantes de Madrid que votaron en unas primarias y decidieron el proyecto que más les gustaba. Pedro [Sánchez] nunca me ha verbalizado su apoyo, aunque puedo entender que lo tuve, así que se lo agradezco. Las normas en el partido han cambiado y vienen para quedarse. Los militantes ya no quieren ningún tipo de insinuación. Lo que a Pedro Sánchez le ha llevado a ser nuevamente secretario general ha sido luchar contra la idea de los aparatos. Ahora, en Madrid, después de la experiencia federal, la militancia se siente totalmente libre para apoyar a quien considere oportuno.
¿Fue un error apoyar a Patxi López?
Nunca es un error apoyar un proyecto político. Cuando las posiciones políticas se basan en argumentos, nunca son un error. Me siento muy orgullosa de haber apoyado a Pedro Sánchez hasta el final. Algunos compañeros que le apoyaban me decían: “No te arrimes tanto a Pedro, que las cosas no le van bien”. Pero era mi secretario general y estaba en contra de todo el hostigamiento interno que estaba recibiendo. En una etapa diferente, ante las dudas del compañero Pedro Sánchez, se presentó otro candidato que a mí me parecía que podía unir al partido. Opté por él y me siento orgullosa.
Patxi López quedó tercero en Madrid. O bien usted no estaba en sintonía con su federación o bien no supo convencerla de que era el candidato idóneo.
Hubo otras circunstancias además de los argumentos políticos. Fue un proceso muy sentimental. Se hablaba mucho desde la boca del estómago y son parámetros que hay que tener en cuenta.
¿Ha hablado con Sánchez sobre su candidatura en estas primarias?
No.
Madrid no será una nación
En una entrevista con EL ESPAÑOL, su contrincante José Manuel Franco dijo que Madrid podría ser una nación en el Estado plurinacional del PSOE. ¿Está de acuerdo?
Estoy de acuerdo con el Estado plurinacional. Estoy de acuerdo en que puede haber varias naciones porque hay singularidades, pero todas bajo un mismo proyecto que es el Estado español. Con lo que no estoy de acuerdo, y hay matices claros, es con que la región de Madrid sea considerada una nación. No veo en nuestra comunidad elementos diferenciadores. No tenemos lengua o historia diferenciadora del resto de territorios. Tenemos una historia muy parecida a Castilla la Nueva y Castilla la Vieja. Podemos salir a la calle y preguntarles a los madrileños. En ninguno existe una preocupación para que Madrid sea declarada nación. Es más, existe un sentimiento muy nacional en Madrid que además no tiene que ver con la ideología.
Si no es como nación, ¿cómo ve a Madrid en el Estado plurinacional?
Como está. Como una comunidad autónoma, potenciando la capitalidad de Madrid y lo que supone. También digo que lo mismo que consigan otras comunidades, cualquier mejora, también la quiero para Madrid.
¿Cuántas naciones hay en España?
Habrá naciones donde haya un sentimiento nacional, que se forma con elementos como una lengua propia, una legislación histórica y otras singularidades. Estamos hablando de Galicia, País Vasco, Cataluña y alguna otra.
Si usted repite como secretaria general, ¿le gustaría que Ángel Gabilondo repitiese como candidato a la comunidad?
Por supuesto. A Ángel Gabilondo le querría siempre a mi lado. Es un valor excepcional y de él he aprendido muchísimo. Y he podido ver cómo la ciudadanía le admira y le quiere. Tiene una forma de entender la política en clara consonancia con lo que pide la ciudadanía, con valores firmes y sin crispación.
Usted seguiría volcada en el liderazgo del partido y en la alcaldía de Getafe.
Sí. Ha sido muy positivo que no compartiésemos espacios para que no se produjera ninguna situación indeseada, para que la voz del partido quedase plasmada pero con las peculiaridades del portavoz.
¿Sería Cristina Narbona una buena candidata a la alcaldía de Madrid?
Cristina Narbona sería muy buena candidata a cualquier proceso. Me parece una excelente compañera y la presencia de mujeres en las candidaturas es un elemento definitorio.
¿Qué tipo de candidato o liderazgo se necesita para recuperar posiciones en el municipio de Madrid?
Un liderazgo serio y responsable. Y quiero recalcar lo de serio y responsable. Por supuesto, urbano y claramente de izquierdas. Tenemos que tener en cuenta que el 15-M nació aquí al lado. Es un movimiento claramente urbano y madrileño. El PSOE ha cometido muchos errores y producto de ellos han nacido otras opciones políticas a nuestra izquierda. El proyecto socialista es el mejor para la ciudad de Madrid, pero por mucho que lo pregonemos en la calle parece que la gente no nos escucha. Eso es lo que hay que cambiar.
¿Fue un error la candidatura de Antonio Miguel Carmona a la alcaldía?
Fue decidido por los militantes y por mayoría. Ningún otro compañero superó el proceso de avales, por lo tanto, es lo que quería la militancia y me merece todos los respetos.
¿Cree que Íñigo Errejón será duro de roer como candidato a la Comunidad de Madrid por Podemos?
El PSOE, junto con Podemos estuvo a un escaño de ser gobierno en la Comunidad de Madrid y está claro el liderazgo de izquierda que tenemos. Los valores que acompañan al compañero Errejón, de Podemos, son positivos. Habrá que ponerlos sobre la mesa para ayudar al cambio en Madrid con el liderazgo del PSOE.
Ya le llama compañero...
[Ríe] Le llamo compañero por trato fraternal, nada más.