Los Carabinieri italianos en colaboración con la Guardia Civil han logrado dar caza a la persona que desde 2012 ejercía como capo máximo del clan Polverino, uno de los grupos camorristas más importantes de Nápoles. Giuseppe Simioli fue hallado el pasado 25 de julio en un escondite a las afueras de Roma. Un refugio inexpugnable que probablemente jamás habría sido descubierto de no ser por su relación extramatrimonial con una mujer brasileña afincada en Tarragona. Ella le visitaba regularmente y llegaron a tener dos hijos. Los seguimientos en España e Italia a esta amante afincada en la localidad tarraconense de Comarruga permitieron a las autoridades descabezar de nuevo esta organización, que en los últimos años acumula numerosos golpes policiales.
Según relatan a EL ESPAÑOL fuentes de la investigación, Giuseppe Simioli, alias Petruociolo, fue el encargado de gestionar los negocios del clan en su territorio de Marano cuando los principales jefes del grupo decidieron huir a España ante el acoso de la Policía italiana. Entre ellos estaba el capo máximo Giuseppe Polverino, alias O Braone. Esta emigración se produjo antes de 2009 y los dirigentes del grupo se establecieron inicialmente en Girona para luego instalarse de forma definitiva en Tarragona. A su llegada a España conocieron a varias mujeres en el mundo de la noche con las que arrancaron relaciones extramatrimoniales.
Kellen Barbosa era la amante de Polverino. Su hermana, Adriana, también mantuvo una relación con otro miembro del clan camorrista. Ambas aparecieron en televisión bailando samba en el popular programa de Telecinco Hombres, Mujeres y Viceversa. Polverino fue arrestado en Cádiz en 2012 en una operación conjunta con Italia que se saldó con 27 detenidos. Entre 2009 y 2013 este clan acumula cerca de 200 arrestos entre España y el país transalpino. Pero faltaba una pieza clave del puzzle, el lugarteniente del jefe, Giuseppe Simioli, buscado por las autoridades desde 2010. Y es en este punto en el que entra en juego otra de las chicas brasileñas llamada Katrin Turpin.
Katrin Turpin, pendiente de juicio
Siete años después, los movimientos para verse con su amante napolitano y sus constantes desplazamientos desde Tarragona a Italia le han costado la cárcel a este dirigente camorrista. Turpin fue arrestada en 2013 en España junto al resto de las chicas, acusada de integración en organización criminal y blanqueo de capitales. La Guardia Civil sostiene que forman parte de la estructura del grupo y se encuentran en libertad provisional a la espera de juicio. En el marco de estas pesquisas, el Grupo contra el Crimen Organizado italiano de la UCO pinchó numerosos teléfonos, establecieron diversos seguimientos y así pudieron acreditar que Katrin Turpin tenía una relación con Simioli.
Los agentes salieron de dudas cuando comprobaron que la mujer tenía dos hijos que hablaban italiano, y que a medida que pasaban los años, desarrolllaban un inconfundible parecido con el hombre más buscado. Otro indicio fue el nombre elegido para los menores: Giuseppe (por su padre) y Caetano (por su abuelo paterno). El apellido de ambos menores, en cambio, era el de su madre, un recurso habitual cuando se trata de evitar dar pistas a los investigadores policiales.
Kellen Barbosa hizo lo mismo con el hijo que tuvo con Polverino. No le puso el apellido de su padre hasta después de la detención. “Por las escuchas realizadas hemos descubierto que ellos mismos dicen que si tienen descendientes con algún miembro de la Camorra, tienen la vida solucionada porque en caso de arresto, el clan se encarga de seguir pagando la manutención de forma vitalicia”, relata a este diario un comandante de la Guardia Civil al frente de las pesquisas. Pero para ello es necesario que le ponga el apellido italiano.
Desplazamientos sigilosos
Las fuentes consultadas indican que Katrin Turpin estaba bien aleccionada por el clan a la hora de moverse sin levantar sospechas. En todos sus desplazamientos iba siempre acompañada por terceras personas que se encargaban de su traslado. Ponen como ejemplo uno de estos viajes a Italia: primero usó un coche para ir desde Tarragona hasta Barcelona. En la ciudad condal se introdujo en una nave industrial y salió con otro vehículo. Luego tomó un avión hasta Milán, después otro vuelo hasta Turín. Desde ahí se cruzó el país en tren hasta Nápoles y allí estaban esperándola miembros del clan Polverino con un coche y una moto. En uno de los dos transportes iba la mujer y en el otro su maleta.
“Cualquiera que haya estado alguna vez en Nápoles sabe que es imposible hacer un seguimiento de un vehículo sin llamar la atención tal y como conducen ahí. Y de una moto, mucho menos”, sostienen desde la investigación. Aquella vez se le perdió de vista.
Establecer un seguimiento de 24 horas todos los días a la amante del capo no era sostenible. Por ello el objetivo principal de la Guardia Civil era saber cuándo se desplazaría a Italia para así montar el operativo el día clave. Las escuchas de teléfono y otras investigaciones permitieron determinar que pasaba un mes en Tarragona y tres en su escondite italiano. Por su parte, Simioli estaba con ella casi todo el tiempo menos en Navidad, Semana Santa y verano, que lo pasaba con su primera mujer y su familia local. De este modo, el pasado mayo, cuando llegó el momento de partir según los cálculos de la Guardia Civil, se estableció un seguimiento exhaustivo sobre Turpin.
La guarida del capo en Campagnano
En mayo, la amante del mafioso prófugo usó un coche para desplazarse desde Tarragona hasta Roma. Desde España, los agentes del Instituto Armado dieron el aviso a sus colegas italianos, que estaban esperando el vehículo en la frontera con Francia para seguirlo discretamente hasta la guarida del capo. El problema fue que, al llegar a Roma, se desvió hasta un descampado para cambiar de coche. Era una zona abierta, imposible de continuar el seguimiento sin llamar la atención. Una vez más, se había escapado.
A partir de ahí comenzó una investigación que consistió en averiguar qué coches iban regularmente a ese mismo descampado. Se revisaron cámaras de seguridad de comercios cercanos, matrículas, empresas de alquiler de vehículos, se pincharon teléfonos y más seguimientos... Así dos meses intensos hasta que todas esas pesquisas dieron resultado cuando el pasado 25 de julio las autoridades italianas llegaron a un chalet en la localidad de Campagnano, a unos 40 kilómetros al norte de Roma. Allí hallaron al actual capo del clan Polverino, Giuseppe Simioli, quien apenas opuso resistencia ante la llegada de los Carabinieri. “No suelen reaccionar de ninguna manera porque saben que antes o después les van a pillar”, dice el comandante de la Guardia Civil.