El arranque de la campaña por el sí en el referéndum del 1-0 ha comenzado a las 20 horas de este jueves en la Plaza de Toros de Tarragona, tal como habían previsto y anunciado los promotores del procés, sin que el Gobierno haya movido un dedo para impedirlo.
Carles Puigdemont entró en el recinto aclamado por una multitud al grito de "¡Votarem, votarem!" y "¡No tinc por!", entre otras consignas conocidas. Tres grandes pancartas con las palabras Europa, Cataluña, República decoraban el acto, que empezó con un pequeño concierto y una cuestación para hacer frente a las querellas y procesos que pesan sobre los organizadores del 9-N.
El presidente de la Generalitat, Oriol Junqueras y la plana mayor del Govern y de Junts Pel Sí han ocupado los asientos que tenían reservados junto al escenario instalado en el foso del Tarraco Arena con un motivo de satisfacción añadido al éxito de convocatoria: ni la reiterada oposición de Mariano Rajoy al proceso, ni suspensión del referéndum del Tribunal Constitucional, ni las pormenorizadas instrucciones que la Fiscalía dio el martes a los responsables de los cuerpos de seguridad del Estado en Cataluña -y a los fiscales jefe en las cuatro provincias- han impedido el inicio de la campaña.
La euforia de los instigadores del 1-O -empezando por el presidente de la Generalitat- era palpable porque la literalidad de las órdenes impartidas por el fiscal superior de Cataluña, José María Romero de Tejada, no dejaban lugar a interpretaciones. Los Mossos no sólo tienen la orden expresa de actuar "de forma inmediata" ante cualquier acto de "preparación o celebración" del referéndum, sino que deben requisar -junto a las urnas y papeletas- la propaganda electoral.
Acto de propaganda
El mitin del Tarraco Arena es además de un centro de exhibición y distribución de propaganganda del 1-0, el mayor acto de exaltación del referéndum concebido desde que el pasado día cinco los partidos independentistas en el Parlament sacaron adelante la ley de convocatoria. Es más, frente a quienes pudieran esgrimir que este acto en concreto no entra en los supuestos de actuación previstos por la Fiscalía, el subdelegado en Tarragona, Jordi Sierra, ha zanjado el debate esta mañana al advertir al propietario del recinto que el acto que iba a acoger es "ilegal". Del mismo modo, también ha comunicado a los responsables de otro acto similar en Badalona (Barcelona), previsto en el Teatre Principal, que no se puede celebrar.
La contundencia del Ministerio Público contrasta pues con la falta de diligencia del Gobierno para hacerla efectiva en defensa de la legalidad. De hecho, el delegado del Gobierno podía haber pedido al juez que, como medida cautelar, impidiera la celebración de este acto. El Gobierno parece haber optado por el tacticismo para evitar que le acusen -como ya sucede sin necesidad de haber tomado ninguna medida extraordinaria- de haber instaurado el Estado de excepción.