Uno de los presuntos yihadistas de Cataluña, Driss Oukabir, va poco a poco revelando los pasos que dio los días y horas previos a los atentados de Barcelona y Cambrils. Siempre en clave exculpatoria, asegura que tan sólo dos horas antes del atropello masivo de la Rambla se puso en contacto con su hermano Moussa, uno de los terroristas muerto en Cambrils.
Según asegura, quiso asegurarse de que había devuelto la furgoneta que poco después provocaría una matanza en pleno corazón de la Ciudad Condal. Driss había prestado sus datos personales para alquilarla. Según la versión del preso, Moussa le dijo que sí la habían devuelto, y que le mintió.
Driss Oukabir, de 28 años, se encuentra acusado de varios delitos de terrorismo porque el 16 de agosto acudió a un negocio de alquiler de furgonetas. Fue en compañía de Younes Abouyaaqoub, el autor del atropello múltiple de la Rambla. Allí, Driss dejó su documentación para alquilar una Fiat Talento, matrícula 7086 JWD.
Conversaciones antes de los atentados
Oukabir sostiene que no sabía nada de las intenciones criminales de sus vecinos de Ripoll. Según declaró ante el juez, pensaba que esa furgoneta iba a ser usada por unos amigos de su hermano Moussa para una mudanza. En torno las 14 horas del mismo día de los atentados, Oukabir se encontraba en su barrio junto a un vecino español y otro cubano.
Alega que escribió a su hermano a través del servicio de mensajería de Facebook (Messenger) desde una plaza cercana al Ayuntamiento de Ripoll en la que solían juntarse. Quería saber qué habían hecho con la furgoneta. Apenas la habían recogido 24 horas antes, pero según su versión, quiso asegurarse de que ya la habían devuelto. Su hermano le contestó que sí y Driss le pidió que le mandase una foto del recibo, pero nunca llegó. La conversación se produjo en árabe. Dos horas después, aproximadamente, la citada furgoneta irrumpía violentamente en la Rambla.
Los hermanos no volvieron a verse. Unas diez horas después de ese intercambio de mensajes, Moussa Oukabir moría abatido por los disparos de la Policía en Cambrils junto a otros cuatro terroristas. Driss no se enteró de la muerte de Moussa hasta cinco días después, cuando se lo dijo un guardia civil de la Comandancia de Tres Cantos (Madrid), justo antes de su declaración ante el juez. Las fuentes consultadas añaden que durante su declaración en la Audiencia Nacional, el juez Fernando Andreu se interesó acerca de esta conversación entre hermanos horas antes de los atentados.
De fiesta en Tánger una semana antes
Driss Oukabir se fue a Marruecos la semana anterior, pero dice que lo hizo para evadirse y desconectar. Según precisa, se repartió entre la casa de su tío en Tánger y un hotel de la misma localidad. Su presencia en Marruecos ha sido investigada por las fuerzas de seguridad, al igual que los posibles contactos de la célula. La gran mayoría de los detenidos o abatidos por los Mossos d’Esquadra en la operación posterior a los atentados eran del país norteafricano. Para esas pesquisas, los agentes españoles cuentan con la estrecha colaboración de las autoridades locales, que han interrogado a numerosas personas en las últimas semanas. Tratan de determinar si los terroristas contaron con algún tipo de apoyo.
Según fuentes de la investigación, Oukabir había tenido problemas con su novia Sara, de la que tiene vigente una orden de alejamiento y un juicio pendiente por violencia de género que se celebrará en febrero. Eso motivó su viaje a Marruecos. Optó por quitarse de en medio unos días y convenció a su madre para que le sufragara el vuelo. Sacó un billete entre los días 9 y 12 de agosto.
En concreto se desplazó a Tánger, aunque él es original de Aghbala, población situada a más de 500 kilómetros, en la cordillera del Atlas. En Marruecos vive su padre Said, con el que no guarda buena relación. De hecho, durante los días que permaneció en Marruecos, no acudió a visitarle. En lugar de eso, estuvo con su tío y con la mujer de éste. A lo largo de su estancia disfrutó de la noche tangerina junto al camarero de un hotel de la localidad al que conoció en ese viaje. Finalmente acabó pasando varias noches en un hotel.
Sin un trabajo estable
Había abandonado España el 9 de agosto con un billete de ida y vuelta. Tendría que haber regresado a España el día 12, pero se quedó dormido y perdió el vuelo, siempre según su versión. Para solucionarlo llamó a su novia Sara, con la que mantiene una relación difícil plagada de idas y venidas. Ella accedió a sufragarle otro billete de vuelta para el día siguiente.
Lo gestionó su hermano pequeño, Moussa, en el locutorio de Ripoll regentado por Salh El Karib, detenido y luego puesto en libertad por estos hechos. Hasta ese momento, Driss Oukabir había vivido de su dinero. Según las fuentes consultadas, el presunto yihadista no tenía ningún trabajo estable y se pagaba sus caprichos con el dinero procedente de sus negocios personales, algunos de ellos no del todo transparentes. Hace tiempo estuvo empleado en un restaurante situado a 20 kilómetros de Ripoll, pero apenas le duró unos meses.
Según consta en la investigación, estaba de vuelta en España el 13 de agosto, apenas cuatro días antes de los atentados. Llegó en un vuelo de la compañía Air Arabian.