El Gobierno insiste en que el domingo no se va a celebrar un referéndum en Cataluña al mismo tiempo que el Govern promete que cumplirá con su palabra. En realidad nadie es capaz de adelantar qué pasará entre Madrid y Barcelona a partir del lunes, pase lo que pase este fin de semana. A 24 horas del 1 de octubre, la percepción más extendida entre la sociedad es que los catalanes podrán votar aunque los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado intenten impedirlo.
Sin saber todavía qué escenario se abre a partir del 2 de octubre, hay una batalla que sin ninguna duda ha ganado la Generalitat a Moncloa: la de la comunicación. El president ha conseguido que cale entre la ciudadanía su mensaje de que los catalanes votarán el domingo gracias, en gran medida, a la ausencia mediática del presidente del Gobierno. Como muestra, el último ejemplo. La imagen que guardarán los españoles este viernes es ver a los hombres más cercanos a Carles Puigdemont enseñando las urnas con las que los catalanes podrán votar el domingo. Pero no tienen ni idea de cómo conseguirá Mariano Rajoy evitar que lo hagan.
España vive un enfrentamiento sin precedentes en la historia democrática entre Estado central y catalán y muchos políticos y ciudadanos han echado en falta en estas convulsas jornadas ver y escuchar al presidente del Gobierno lanzar una oferta de diálogo a Cataluña. La última vez que los españoles vieron a Mariano Rajoy fue el miércoles, a 6.500 kilómetros de distancia de Barcelona, cuando ofreció una rueda de prensa junto con el presidente de EEUU, Donald Trump, desde la Casa Blanca. Desde allí se limitó a recalcar que el referéndum no se va a celebrar porque es ilegal.
En territorio español, el jefe del Ejecutivo no habla en público del desafío secesionista desde el 23 de septiembre, cuando clausuró una reunión de presidentes provinciales en Palma. Rodeado de la cúpula del Partido Popular, Rajoy insistió en que el referéndum soberanista solo provoca "ridículo" y una "tensión innecesaria en la sociedad". Tampoco entonces ofreció una salida política al conflicto.
Ni rastro
Presionado por esta crisis sin precedentes, Rajoy se vio obligado a cancelar el miércoles desde EEUU su agenda para jueves y viernes, cuando tenía previsto reunirse en Tallín con los jefes de Estado de la Unión Europea. A muchos de sus colaboradores les alivió saber que el jefe del Ejecutivo seguía el minuto a minuto de los acontecimientos de Cataluña desde Moncloa.
El presidente aterrizó en Madrid el jueves por la mañana y presidió la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos. Fue la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la que dio la cara durante toda la semana en el Congreso de los Diputados a todas las preguntas dirigidas al Gobierno. Rajoy presidió el consejo de ministros del viernes. Pero ni el presidente ni su equipo de colaboradores ha creído necesaria la intervención pública del jefe del Ejecutivo cuando el Govern redoblaba su desafío.
Por su parte, Puigdemont presidió el jueves una reunión urgente de la Junta de Seguridad a la que acudió el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto; el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo y el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.
Su entrevista con Évole
El camino que ha elegido Puigdemont para hacer llegar su mensaje hasta el último ciudadano de Cataluña ha sido el contrario al de Mariano Rajoy. El president se atrevió a dar una entrevista televisiva al periodista Jordi Évole el domingo 22 de septiembre, convirtiendo a Salvados en el mejor estreno de la temporada: 3,4 millones de espectadores siguieron al president. El líder del movimiento independentista catalán ha atendido también a muchísimos medios de comunicación extranjeros en busca del amparo internacional de su causa. Dos de los últimos donde ha compartido sus aspiraciones han sido Washington Post y la agencia de comunicación Associated Press.
Rajoy ha rechazado hasta dar la batalla en redes sociales. Así, mientras el time line de Carles Puigdemont está inundado de mensajes y noticias a favor del independentismo, el del jefe del Ejecutivo se limita a anunciar o compartir datos económicos. Una imagen sobresale entre todas: la fotografía del presidente del Gobierno dando una "agradable caminata" por Washington antes de reunirse con Trump.
Por anunciar, Carles Puigdemont ya ha adelantado hasta que votará el domingo a las nueve y media de la mañana en el polideportivo municipal de Sant Julià de Ramis (Gerona). De Mariano Rajoy, sin embargo, solo se ha confirmado que permanecerá todo el domingo en Moncloa acompañado de la vicepresidenta; del ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo y de algunos de sus colaboradores más cercanos, como la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro.
En contacto permanente con Zoido
El presidente del Gobierno mantendrá durante todo el fin de semana una comunicación fluida con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que permanecerá en el ministerio del Interior durante el fin de semana en permanente contacto con los responsables del dispositivo.
Moncloa tiene previsto abrir su sala de prensa desde las doce de la mañana del domingo durante todo el día. Sin embargo, se resisten a aclarar si el presidente del Gobierno hará una declaración institucional desde allí para invalidar el referéndum que califican como "alboroto callejero". Fuentes del Ejecutivo insisten en que "todo dependerá de cómo sucedan los acontecimientos" y hay quien incluso ha deslizado la idea de que Mariano Rajoy no comparezca si no se produce ningún altercado grave. La relación Gobierno-Generalitat entrará en una nueva fase a partir del lunes.